Uruguay recibe refugiados sirios

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Alrededor de 40 refugiados sirios llegarán a Uruguay en septiembre como parte del primer conjunto de un total de 120 que el gobierno de José Mujica recibirá en su país. “Serán alrededor de 40 en el primer grupo”, confirmaron fuentes oficiales, en referencia al contingente, en su mayoría menores de edad, que arribarán desde asentamientos para refugiados sirios ya existentes en Medio Oriente.

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El canciller uruguayo Luis Almagro explicó, en declaraciones al matutino local, que este primer grupo se alojará en la casa de retiro San José de los Hermanos Maristas, a unos 16 kilómetros de Montevideo, durante unos 90 días, hasta que puedan alojarse en viviendas particulares. De acuerdo con La República, el resto de los refugiados llegará en dos viajes sucesivos que se realizarán en febrero, el primero, y en fecha aún por determinar, el segundo.

De todos modos, y aunque todo está “bien encaminado”, según Almagro, aún faltan coordinar “detalles mínimos de la operación”, que serán pulidos desde hoy en Ginebra por el titular de la Dirección Nacional de Derechos Humanos, Javier Miranda. Ya están resueltos “los temas presupuestales, los temas logísticos, los temas de apoyo”, informó el canciller uruguayo, y Miranda se encargará de coordinar los requisitos que exigen las autoridades del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en estos casos.

Miranda se entrevistará con autoridades de Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), que exige una serie de requisitos para autorizar el realojamiento de los refugiados. Las exigencias al Estado receptor, en este caso Uruguay, pasan por las condiciones de alojamiento, pero también por educación, alimentación y asistencia en salud. Asimismo, se establecen pautas muy estrictas cuando se trata del traslado de niños.

Los menores, muchos de los cuales perdieron a sus familias en el marco de una cruenta guerra civil que estalló en Siria en 2011, se encuentran alojados en campamentos para refugiados en Jordania y el Líbano controlados por Naciones Unidas. “Se trata de familias en estado de vulnerabilidad; pueden ser niños acompañados de un primo mayor, una viuda con hijos, una abuela con nietos, pueden ser diferentes esquemas”, señaló Almagro.

Fue el propio Mujica quien anunció a fines de abril su intención de albergar a niños refugiados sirios, para los que originalmente ofreció la residencia presidencial de Anchorena, en el departamento de Colonia, unos 200 kilómetros al oeste de Montevideo. La iniciativa cuenta con el apoyo de distintas organizaciones de la sociedad civil e instituciones religiosas.

La comunidad árabe residente en Uruguay (sobre todo el Club Libanés y la Sociedad Libanesa) también acompaña esta idea, así como la congregación de los Hermanos Maristas, de fe católica. El ex diputado nacionalista Alem García, quien preside la filial uruguaya de la Federación Arabe, respaldó la decisión de Mujica. Destacó que se trata de una “actitud humanitaria solidaria del Uruguay que está ofreciendo una gran ayuda”. Recordó que su abuelo, refugiado libanés, eligió a Uruguay que lo recibió “de brazos abiertos”.

Esta iniciativa del Ejecutivo uruguayo se suma a la aceptación de seis presos del polémico penal norteamericano de Guantánamo. El canciller Almagro, citado por medios locales, dijo que aún no existe una fecha definida para el arribo de los detenidos.

“Hicimos una propuesta con las condiciones relacionadas a los instrumentos aplicables para recibir a estas personas detenidas ilegalmente en Guantánamo y eso pasó a consideración de Estados Unidos.” Por su parte, el ministro de Interior, Eduardo Bonomi, aseguró que se chequeó la identidad de los presos y no son peligrosos. Como en el caso de los refugiados sirios, Acnur manifestó un pleno respaldo a la decisión del gobierno uruguayo, que definió como “consistente con la protección de los derechos humanos”.