Un golpe de Estado de las dos derechas ¿Y el pueblo qué?

NICMER EVANS | Mucho se ha rumorado nuevamente, como en los viejos tiempos, de un posible golpe de Estado en marcha, y si analizamos con fineza cada uno de los elementos que rodea el escenario político, no tengo duda de que podríamos advertir que si existe uno, pero a diferencia de otros momentos, la conpiración externa al proceso revolucionario está muy bien articulada con las fuerzas internas conspirativas y se conecta perfectamente con algunos errores que suman al golpe.DSC_0204

El golpe en proceso, ha aprendido de errores en casos anteriores, y ha sofisticado sus técnicas golpistas, veamos:

1. En cuanto a su acción económica, la estrategia ha sido lenta pero contundente, ya que se gesta a partir del desabastecimiento como generador de malestar popular, pero se basa en argumentos reales. El problema del acceso a la divisa termina siendo la raíz, en algunos casos real, en otros una simple excusa, para que el desabastecimiento no sea culpa de las empresas sino del gobierno, esto lo ratificamos con las medidas tomadas el 25 de septiembre donde se facilitan los procesos de importación, y por ende se facilita el robo por vía de divisas no justificadas. Logrando este primer estadium de la preparación del escenario para un golpe de Estado, los sectores privados, además de regular la salida de los productos a los anaqueles y con la excusa de la nueva ley del trabajo, reducen la cantidad de cajas habilitadas para cobrar, y el cuadro se pinta de manera sistemática y permanente con pinceladas de “bomba social”.

2. El incremento de las fallas eléctricas, a pesar de los esfuerzos por superar la inestabilidad del sistema nacional, ha sido producto no de la desinversión, si no del abandono político dentro de nuestra empresa eléctrica. Desde hace años se había advertido que aquellos que fueron botados de PDVSA por el saboteo petrolero, y que no se fueron del país, encontraron en el sector eléctrico un reducto para mantenerse activos, pero si a esto le sumamos el inadecuado sistema de resguardo y seguridad, donde desde una “iguana” hasta el “saboteo” sistemático pareciera ocultar la negligencia de no poder resolver una guerra advertida, se acumula un grano de arena más para el golpe de Estado en marcha.

3. El dólar paralelo, cuyo marcador es establecido de manera indiscriminada por sectores económicos y comunicacionales de manera impune, y por otro lado, la falta de una política clara en el manejo de la asignación de las divisas por parte del Estado, en un país donde se roban 20 mil millones de dólares por vía Sitme, asunto que es denunciado por el Ministro de Finanzas y la Presidente del BCV, e igual no pasa nada, facilita de manera muy clara un escenario donde sectores de la derecha endógena, que se lucran de esta especulación, y la derecha histérica que quiere hacer desaparecer cualquier esperanza de revolución y socialismo en nuestro país, se unen para tener un golpe de Estado en marcha.

4. La devaluación, proyectada oficialmente para un 45% y extraoficialmente para 60% al finalizar el año, es el mayor síntoma de un golpe de Estado a dos manos. La confluencia de una falta de política antiinflacionaria, una sensación de libertinaje cambiario, y unos niveles de escacez rondando el 20% donde tanto las fallas desde el gobierno, como la “frotada de manos” y claro empuje de las dos derechas: la endógena que conspira para sacar a Nicolás Maduro del gobierno, como de la derecha histérica que conspira para sacar al Chavismo y al proyecto socialista de la historia, crean el caldo de cultivo perfecto para poner en bandeja de plata, una serie de rumores que buscan calibrar el ánimo para sumar a algún sector militar en la aventura golpista.

5. Un reacomodo de los sectores económicos no productivos pintados de rojo, que se alimentan de la especulación financiera y de la apropiación vía compra de medios de comunciación, sin un cambio de línea editorial, generando una falsa sensación de control de factores potencialmente desestabilizadores, pero que al final ni se controlan ni dejan de ser desestabilizadores, suma como factor determinante para fraguar un golpe de estado a dos manos.

6. La criminalización de la crítica interna para poder determinar los errores y poderlos corregir a tiempo, y un exterminio de la democracia interna en los procesos decisionales dentro de los sectores aliados al mejor estilo stalinista, ponen en bandeja de plata el desestímulo a los sectores de base para frenar cualquier apoyo popular ante una acción golpista.

Ante todo este escenario, los chavistas debemos estar claros que el mal menor es evitar que este golpe de Estado llegue a consumarse. El pueblo organizado no debe esperar a ser convocado por el gobierno de Maduro para defender los avances logrados en el gobierno del Presidente Chávez, ya que si a algo le tienen miedo las dos derechas, es al pueblo en la calle tomando supermercados especuladores que abren sólo dos cajas, al pueblo tomando las instalaciones eléctricas y aplicando la contraloría social, al pueblo hackeando a “dollar today” y las otras cuentas que por las redes sociales tratan de ser los marcadores del precio paralelo, al pueblo en la calle exigiendo la lista de los que se robaron los 20 millones del Sitme, a un pueblo trabajador organizado en ejercicio del control obrero, a un pueblo en asamblea permanente tomando decisiones democráticamente, a un pueblo organizado denunciando a las dos derechas que conspiran contra el pueblo, defendiendo el legado de Chávez.

Nicmer N. Evans
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