Primarias en Chile: Reformas o continuismo
ÁLVARO CUADRA | El triunfo de Michelle Bachelet con más con un 73.05% de preferencias por sobre sus contendores en el pacto Nueva Mayoría no es sorpresa para nadie. Lo mismo, el triunfo de Pablo Longueira sobre Andrés Allamand con un 51,3 % en la disputa de la Alianza tampoco debiera sorprender a nadie. Se han impuesto aquellas figuras que lideran sus respectivos ámbitos en la política chilena. La consolidación del liderazgo de Bachelet y el de Longueira anuncia una campaña presidencial de alto contraste.
La concurrencia de más de tres millones de votantes es una mala noticia para aquellas candidaturas ajenas a los pactos mayoritarios. Pareciera, en efecto, que la Nueva Mayoría es capaz de atraer a sectores de izquierda y de centro con una propuesta de reformas que incluye, por cierto, una nueva constitución y educación pública gratuita. En el sector de la derecha, es claro que se ha optado por un discurso que ofrece políticas sociales dentro del modelo económico y político conocido hasta aquí. Podría afirmarse que estamos ante una Alianza continuista y una Nueva Mayoría dispuesta a reformar lo obrado hasta aquí.
Llama la atención que dentro de Nueva Mayoría sea, precisamente, Velasco el mejor posicionado con un 13%, contrastado con Orrego (8.9%) y Gómez (5.1%), lo que está mostrando que en este conglomerado hay claros límites políticos a las reformas posibles que anuncia Bachelet, pero además, está dando cuenta de que son posiciones claramente minoritarias respecto del liderazgo de la ex mandataria. En la derecha, en cambio, se advierte una Alianza que tiende más bien a un equilibrio de fuerzas, lo que tendrá evidentes repercusiones políticas a la hora de plantear una estrategia parlamentaria y un programa de gobierno.
En el actual panorama y tras las elecciones primarias, lo previsible es una elección presidencial muy contrastada entre una Nueva Mayoría que apuesta a las reformas y una Alianza que insiste en el continuismo. Esto deja poco espacio para las candidaturas alternativas, esto porque sus demandas y promesas han sido absorbidas, al menos en el papel, por la candidatura de la ex presidenta La alta concurrencia a estas elecciones primarias presagia, además, una baja en la tasa de abstenciones. No obstante, el camino a la Moneda para Michelle Bachelet no será tan expedito como pudiera pensarse. Si consideramos el piso histórico de la votación de derechas y la votación de las candidaturas “no binominales”, lo más probable es que un triunfo de Nueva Mayoría se resuelva en segunda vuelta y por un margen más bien estrecho.
Por último, debemos tener presente que la continuidad o la reforma del actual modelo económico se juega en las elecciones parlamentarias. La posibilidad de cumplir el programa de Nueva Mayoría dependerá de la configuración de fuerzas políticas en las cámaras legislativas. Las elecciones parlamentarias se llevaran a cabo bajo la modalidad binominal que tiende a mantener los equilibrios entre las dos fuerzas predominantes. En consecuencia, dar cumplimiento a un programa de reformas por la vía institucional será un camino, por lo menos, complejo. Pero, como suele decirse, en política nada está escrito y los vientos de cambio que soplan en el país podrían ser un factor determinante de los próximos años.
– Álvaro Cuadra es Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS
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