Precios relativos
Horacio Rovelli
La Argentina, gracias a la persistente depreciación de su moneda desde diciembre de 2015, es uno de los países más baratos del mundo. El salario mínimo en Estados Unidos es de 2.000 dólares por mes y en la Argentina de 310 dólares al tipo de cambio oficial y de 160 dólares al paralelo.
El precio relativo es el precio de un bien o servicio, expresado en términos de otro bien o servicio. En nuestro país, la variable de ajuste y de ancla de los precios es el salario. En la Argentina existe una fuerte distorsión de precios relativos, por ejemplo en junio 2023 cuesta más caro un litro de leche que un litro de nafta (que no se explica por su costo), y el incremento de los seis principales precios de la economía fue mucho mayor que el salario promedio desde el 10 de diciembre de 2015, dando como resultado que de, ser el mejor salario promedio de la región ese año 2015, es en la actualidad el menor de gran parte de la misma. Esos seis precios principales son
- el de todos los bienes y servicios;
- el salario, que es el precio del trabajo;
- el tipo de cambio, principalmente el dólar en sus diversas variantes;
- la tasa de interés, que es el precio del dinero local;
- las tarifas; y
- los impuestos.
En los últimos meses, los precios de los bienes y servicios han tenido una suba generalizada mayor que la tasa pasiva de interés y, ésta, mayor que la evolución del tipo de cambio local.Si se tomara por los dólares paralelos en sus diversas variantes, el deterioro del poder adquisitivo seria mayor, máxime que desde mediados del año 2022 la brecha entre el precio oficial y el paralelo ronda el 100%.
Por otra parte, debe ponderarse la fuerte heterogeneidad de las remuneraciones. En abril de 2023, según el Ministerio de Economía de la Nación, el salario bruto promedio para el sector Petróleo y Minería fue de $ 771.924., el del sector Finanzas y Seguros de $ 525.594, el de Enseñanza de $ 134.405 y el de Agro y Pesca de $ 158.646.-
Paralelamente y desde hace muchos años que en los Estados Unidos se publica el Global Product Prices, que compara los precios de los principales alimentos de los distintos países del mundo:
La Argentina, gracias a la persistente depreciación de nuestra moneda desde diciembre de 2015, es uno de los países más baratos del mundo. El problema es que el salario mínimo en los Estados Unidos es de 2.000 dólares por mes y en la Argentina de 310 dólares al tipo de cambio oficial y de 160 dólares al paralelo.
- Que la Argentina medida por el tipo de cambio oficial es mucho más barata que los países con los que comercia.
- Que dicha relación sería paupérrima para la población si se devaluara (aún más) nuestra moneda, para exclusivo beneficio de las empresas que pueden exportar.
- Que el núcleo del problema es la fuerte concentración económica con la consabida capacidad de fijar precios y la internacionalización de los mismos (que hace que la devaluación se refleje en los precios internos).
En efecto, la diferencia de precios internos y externos estimula a que se exporte en desmedro del consumo interno.
El aceite de cocina que toma Global Product Prices es mezcla básicamente de girasol y soja. En la Argentina la marca más famosa es Cocinero de Molinos Río de la Plata (Pérez Companc) y se vende en el mercado interno la botella de 900 ml a mediados de junio 2023, a $ 1.319 (o sea 5 dólares al tipo de cambio oficial y a 2,64 dólares al tipo de cambio paralelo) y esto es así porque se exporta a Alemania, Inglaterra e Italia y, si no se acepta pagar el precio fijado, prefieren exportar (el poder que tienen en el mercado les permite “igualar” el precio internacional con el local).
En nuestro país existe una relación inversamente proporcional entre el precio del dólar y el poder adquisitivo de los salarios. La suba del tipo de cambio encarece los alimentos, por lo que reduce el salario real (dado el salario nominal no se incrementa en la misma proporción) y, esa disminución del salario real comprime la demanda de otros bienes por parte de los trabajadores.
Y los mayores ahorros del sector beneficiado por la suba del tipo de cambio tampoco se traducen en una demanda suficientemente mayor de bienes de capital dirigida al sector manufacturero local. Es más, la demanda agregada desciende porque los mayores beneficios del sector exportable se dirigen a la demanda de bienes importados o se fugan, como pasa en forma mayoritaria.
Esto sucede fundamentalmente porque no se controlan debidamente las exportaciones (reconocemos que se ejerce mejor el poder de inspección desde que asumió la Dirección General de Aduana Guillermo Michel el 1° de julio de 2022), tampoco es claro cómo se fijan los cupos de ventas al exterior y, que del otro lado, están verdaderos pesos pesados del país y del mundo
Por ejemplo, la fusión de Viterra y Bunge (comunicada por ambas firmas el lunes 12 de junio de 2023) debería haberse presentado ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia Argentina, donde incluso, afirman no contar con una comunicación oficial al respecto (se enteraron por los medios). Detrás de Viterra (Grupo Glencore) está BlackRock, principal tenedor privado de títulos de deuda externa argentina cuando se realizó el canje el 31 de agosto de 2020.
Recordemos que en 2019 Glencore aumentó su participación en la sociedad Renova (la mayor fábrica de aceite de soja del mundo) comprándole un 33% de las acciones a Vicentin (que pasó a ser socia minoritaria). Parte del dinero que se pagó por esa operación que sumó 122 millones de dólares, quedó retenida en el banco suizo Rabobank, socio de BlackRock, según consta en la auditoría forense realizada en el marco del concurso de acreedores en la causa Vicentin.
La pregunta obligada es qué puede hacer el gobierno argentino ante semejante poder económico. El Instituto de Estudios y Formación para la Igualdad (IEFI), en un trabajo que dirigió el Despachante de Aduana Fernando Basso, propone:
- Registro único y obligatorio por el Sistema Armonizado de Designación y Codificación, dado que para sustituir importaciones, primero, hay que identificar con la mayor precisión posible la totalidad de las mercaderías que efectivamente se producen (y se produjeron) en nuestro país, así como la capacidad instalada de la que deriva el potencial productivo, en base a un lenguaje común que permita unificar toda la información difusa en el Estado nacional para la efectiva asignación de recursos y programas de incentivos.
- Instaurar mercados argentinos en el exterior.
- Agencia nacional de control y fiscalización de magnitudes de exportación (que popularizara Pedro Peretti), que es poner una balanza ante portuarias y caudalímetros a metros de la totalidad de los portales de ingresos y egresos de los puertos, aeropuertos y pasos fronterizos [1]
La propuesta es nacionalizar la comercialización externa de aquellos bienes que conforman la mayor parte de la oferta argentina al mundo, mediante la creación de la empresa nacional de comercialización externa que reemplace la función comercial de las empresas transnacionales del agronegocio, mineras y pesqueras de altura.
En comercio internacional existe la llamada ley de Thirlwall [2], que afirma que en el largo plazo el equilibrio de la cuenta corriente es un requisito, y si el tipo de cambio real se mantiene relativamente constante, el crecimiento a largo plazo de un país se puede aproximar por la relación entre el crecimiento de las exportaciones a la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones.
En la Argentina, tomando un largo período: 1980-2022, por cada punto que crece el PIB industrial, se incrementan en 3 puntos las importaciones, por ende se debe trabajar en los dos frentes a la vez, controlar nuestras ventas externas y, paralelamente, sustituir importaciones.
El “Informe de Coyuntura” del mes de junio 2023 que dirige Roberto Feletti, prevé que, para 2024, habrá un superávit de la balanza comercial de alrededor de 18.000 millones de dólares, debido a la continuidad del nivel de precios internacionales elevados en alimentos y energía; el récord de exportaciones anuales que puede aproximarse a los 100.000 millones de dólares; y la disminución de las compras externas de energía por la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner a partir del 9 de julio de 2023.
De acuerdo con el documento referido [3], el sector energético se está acercando a “un giro muy importante en su comportamiento”, a partir de la nueva infraestructura gasífera y petrolera, lo cual “podría permitir un crecimiento sostenido de la economía con la energía como uno de los vectores de competitividad”. “El volumen de la oferta de divisas proyectada es lo que le otorga características de modificación estructural al cambio de escenario, con posibilidades reales de superar los movimientos pendulares que ha sufrido la economía nacional desde mediados de la década de 1970 en adelante”.
Dicho informe observa que “este escenario ofrece la oportunidad para desarrollar un modelo económico que promueva el pleno empleo y salarios elevados”, siempre que “no derive en una experiencia de mera explotación y extracción de recursos naturales que agudice los desequilibrios económicos y sociales ya existentes”.
Y es obvio que para ello debe intervenir el Estado estableciendo las reglas de comportamiento, fijando metas de producción, exportaciones (e importaciones) y creación de puestos de trabajo
En el norte
Tras la pandemia del Covid, la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) realizó diez aumentos de la tasa de interés de 0 a 0, 25% anual en junio de 2021 al rango de entre 5% y 5,25% en junio de 2023 (el mayor rango desde 2007). En ese marco, las principales empresas de ese país admiten que subieron los precios para aumentar sus ganancias.
The New York Times informó a fines de mayo de 2023 que, incluso cuando los precios de las materias primas clave han caído en los últimos meses, “muchas grandes empresas han seguido subiendo los precios a un ritmo acelerado” y señalan que “no planean cambiar de rumbo”, lo que ayuda a explicar los datos que muestran que las ganancias corporativas aumentaron allí a un nivel récord en el primer trimestre de 2023 : “PepsiCo se ha convertido en un excelente ejemplo de cómo las grandes corporaciones han contrarrestado el aumento de los costos, y algo más”, señaló el Times.
“Hugh Johnston, director financiero de la compañía, dijo en febrero 2023 que PepsiCo había aumentado sus precios lo suficiente como para amortiguar más presiones de costos. A fines de abril, la compañía informó que había aumentado el precio promedio de sus refrigerios y bebidas en un 16% en los primeros tres meses del año. Eso se sumó a un aumento de precios similar en el cuarto trimestre de 2022 y con ello, su margen de ganancias”.
Si bien en Estados Unidos las tasas de interés más altas no han impedido que las compañías más grandes inflen los precios al consumidor a pesar de reportar miles de millones en ganancias netas adicionales y más de un billón de dólares en obsequios a inversionistas adinerados, la tasa de variación anual del Índice de Precios al Consumo (IPC) en Estados Unidos en mayo de 2023 ha sido del 4,1%, 8 décimas inferior a la del mes anterior.
La variación mensual del IPC ha sido del 0,3%, de forma que la inflación acumulada en 2023 es del 2,5%.
Perón decía: “ Los hombres son buenos, pero si se los vigila son mejores”.
Notas
[1] El trabajo se titula “Una solución soberana para una economía bi monetaria” – IEFI Instituto de Estudios y Formación para la Igualdad – Junio 2023.
[2] Anthony Thirlwall es profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Ken
[3] “Informe de Coyuntura” del mes de Junio 2023- Director Roberto Feletti