Practican en Cuba la canaloplastia como plan para frenar el glaucoma
Por primera vez en Cuba realizaron una canaloplastia, novedosa técnica quirúrgica, menos invasiva que las convencionales, que permite bloquear el avance del glaucoma, enfermedad irreversible que por lo general no presenta síntomas y puede ocasionar la pérdida repentina de la visión, informó en un comunicado la embajada de ese país en México.
En el Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, localizado en La Habana, un grupo de especialistas logró este avanzado procedimiento, parte de un proyecto de investigación que evaluará la posibilidad, en un futuro, de extender esta práctica.
El doctor Ibrahim Piloto Díaz, jefe del Servicio de Glaucoma de ese centro hospitalario y uno de los participantes en la operación, explicó al diario cubano Juventud Rebelde que uno de los beneficios de esta técnica –empleada en países más desarrollados– es que cambia un poco el mecanismo por el cual se logra disminuir la presión intraocular (PIO), principal factor de riesgo de la enfermedad.
La técnica consiste, precisó, en pasar una sonda a través del canal de Schlemm –estructura encargada de drenar el humor acuoso del globo ocular y que en ocasiones colapsa–, a la que en la punta se anuda un hilo de prolene no reabsorbible, con el objetivo de repermeabilizar ese conducto y evitar la obstrucción, que provoca el aumento de la presión intraocular.
Más efectiva para reducir la presión intraocular
Es una cirugía que disminuye las complicaciones quirúrgicas, garantiza una rápida recuperación y es más efectiva para disminuir la presión intraocular, respecto de los procedimientos convencionales en el tratamiento de la enfermedad.
La doctora Liamet Fernández Argonés, especialista de segundo grado en oftalmología, quien también participó en la operación, explicó que la canaloplastia requiere de sondas de fibra óptica, las cuales son muy costosas.
La introducción definitiva de esta técnica dependerá del beneficio que se obtenga para el control de la enfermedad en los pacientes tratados. Por ahora, sólo es parte de un proyecto de investigación que sólo se puede practicar en un número limitado de casos, aclaró.
Piloto Díaz explicó que, de ser satisfactorios los resultados, el uso de la técnica podría aplicarse a otros tipos de glaucoma. En esta primera etapa se utilizará fundamentalmente en pacientes con glaucoma de ángulo abierto, en estadíos incipientes de daño glaucomatoso.
La cirugía coincide con las acciones impulsadas en Cuba para celebrar el Día Mundial de la Visión, que se conmemora el segundo jueves de octubre, como un llamado a la prevención de la discapacidad visual y la recuperación de la vista.
Un estudio realizado en el Instituto Cubano de Oftalmología, liderado por el doctor Juan Raúl Hernández Silva, reveló que en La Habana el glaucoma es la segunda causa de disminución de la agudeza visual, sólo antecedida por la catarata.
Mientras la pérdida visual por catarata se recupera con la cirugía, en el caso del glaucoma es irreversible, por lo cual resulta indispensable lograr un diagnóstico y tratamiento precoz de la enfermedad.
Destacó que el envejecimiento de la población ha traído consigo que ese mal sea también, después de la catarata, uno de los padecimientos con criterio quirúrgico más frecuente en el país.
Cuando ya hay un daño avanzado por glaucoma, no existe ningún dispositivo ni solución para devolver la visión. El problema radica en que lo afectado es el nervio óptico, la estructura que envía la información visual hasta el cerebro, advirtió.
Liamet Fernández Aragonés señaló que la presión intraocular elevada es el principal factor de riesgo y, generalmente, el tratamiento se enfoca en disminuir ese valor.
Señaló que el el tipo más frecuente del mal es el primario de ángulo abierto, que se presenta entre 2 y 4 por ciento de la población. Lo más importante en esta modalidad es que transcurre de modo asintomático, por lo que es más complicado prevenir el daño.
No es posible curar ni evitar la enfermedad, pero sí realizar un diagnóstico precoz para prevenir la ceguera por glaucoma, alertó.
La profesora Fernández Argonés destacó que para las personas con daño, hay un protocolo de seguimiento que además del control de la presión intraocular abarca pruebas como la agudeza visual con corrección, el estudio del campo visual y la toma de imágenes del nervio óptico, las cuales definen y facilitan el control de la enfermedad.
A los pacientes nunca se les da de alta, deben vigilarse toda la vida, porque la afección no se cura, sino se controla y puede sufrir variaciones con el tiempo, enfatizó.
Dentro de lo más novedoso para el diagnóstico del glaucoma, el Departamento de ese servicio del Instituto Cubano de Oftalmología cuenta con la tonometría de contorno dinámico de Pascal para la toma de presión intraocular. Este equipo, considerado el estándar de oro actual, brinda el valor más cercano al real.
Para identificar la afección también es importante observar la estructura del nervio óptico. Entre las tecnologías de avanzada que lo permiten está la tomografía con focal láser y la de coherencia óptica. En este segundo grupo, sobresale por su novedad la de dominio espectral, que tiene la ventaja de mostrar imágenes de la retina como si fuera un corte histológico y permite la detección precoz del daño glaucomatoso.
Otros tratamientos
La trabeculectomía es el tratamiento quirúrgico más estandarizado y más utilizado en Cuba y en el mundo. Consiste en crear una comunicación entre la cámara anterior del globo ocular y el espacio subconjuntival; de esta manera, cuando sube la presión intraocular, el humor acuoso fluye a través de la misma, lo cual facilita su control a fin de preservar la funcionalidad del nervio óptico, precisó la doctora Fernández Argonés.
En los pasados dos años, un mayor número de pacientes glaucomatosos se han beneficiado del implante valvular de Ahmed, empleado fundamentalmente en los casos que no se resuelven con colirios y que no tienen buen pronóstico con la cirugía convencional, pero requiere de aditamentos costosos para facilitar el drenaje del humor acuoso.
Existen nuevos procedimientos que se caracterizan por favorecer el incremento del flujo de salida del humor acuoso a través de las vías fisiológicas, preservando de manera más íntegra la pared ocular, logran disminuir las complicaciones quirúrgicas y una recuperación visual más rápida. Conocidas como mínimamente invasivas, tienen la desventaja de utilizar dispositivos caros. De este grupo, en la isla se realiza la esclerectomía profunda no penetrante y ahora, la canaloplastia.
La esclerectomía profunda no penetrante, indicó, es la única variante que se realiza de forma habitual y muestra resultados favorables.