Por ahora, un diálogo de sordos entre Trump y Sheinbaum
Gerardo Villagrán del Corral
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, sostuvo una conversación con Donald Trump el próximo presidente de Estados Unidos, para abordar dos temas centrales: migración y tráfico de fentanilo, un día después de enviarle una carta criticando sus amagos de imponer 25 por ciento de aranceles a las exportaciones mexicanas a EEUU.
Acompañada por el canciller, Sheinbaum abordó la estrategia mexicana sobre el fenómeno de la migración y le señaló que no están llegando caravanas a la frontera norte porque son atendidas en México. “Hablamos de reforzar la colaboración en temas de seguridad en el marco de nuestra soberanía y de la campaña que estamos realizando en el país para prevenir el consumo de fentanilo”, dijo la mandataria.
Dijo que el objetivo de un primer acercamiento con Trump era acordar encuentros entre el equipo del republicano y el gobierno mexicano para abordar los puntos neurálgicos de la agenda que precipitaron el anuncio y su carta: migración, tráfico de drogas y de armas. Confió en que estos acercamientos se realicen antes del 20 de enero, cuando Trump tomará posesión.
Pero más tarde, sorpresivamente, Trump publicó que la presidenta mexicana había aceptado cerrar la frontera, por lo que Sheinbaum emitió un segundo mensaje en el que señaló: ““le expuse la estrategia integral que ha seguido México para atender el fenómeno migratorio, respetando los derechos humanos. Gracias a ello se atiende a las personas migrantes y a las caravanas antes de que lleguen a la frontera. La postura de México no es cerrar fronteras, sino tender puentes entre gobiernos y entre pueblos”.
Al inicio de su primer mandato (2017-2021), Trump utilizó un discurso amenazador respecto a la frontera y a los migrantes, al grado de amagar con declarar emergencia nacional, y comenzar a construir un muro en la frontera. utilizando cinco mil millones de dólares para ello, aunque en los hechos apenas avanzó en secciones reducidas y reutilizó barreras ya existentes
“Acabo de tener una maravillosa charla con la nueva presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo. Accedió a detener la migración a través de México hacia EEUU, cerrando nuestra frontera sur. También hablamos sobre lo que se puede hacer para detener la entrada masiva de drogas a nuestro país y el consumo estadunidense de las mismas. Fue una conversación muy productiva”, publicó Trump en su red Truth Social.
“México impedirá que la gente vaya a nuestra frontera sur, con efecto inmediato. Esto contribuirá en gran medida a detener la invasión ilegal de Estados Unidos. Gracias”, añadió en otra publicación.
Sheinbaum afirmó que si se llegan a poner aranceles y entramos a un proceso de subir aranceles corresponderá al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, analizar los aspectos técnicos para dar respuesta a esta medida. Además, expresó su convencimiento de que se mantendrá el T-MEC (acuerco comercial de México, EEUU y Canadá). “Nos ayuda a las tres economías y lo saben los tres países”, sostuvo.
Tras el amago de Trump, Sheinbaum subrayó que “en México no estamos cruzados de brazos, porque existe un plan. En sus relaciones comerciales el país privilegia los intercambios con naciones donde hay un acuerdo de libre comercio, especialmente el tratado de América del Norte, que ha sido benéfico para México. Eso no quiere decir que no pueda haber importación de productos de otros territorios, y que no tengamos nuestro propio plan”.
En cuanto a las deportaciones, adelantó que presentarán un diagnóstico sobre las aportaciones de los mexicanos a la economía estadunidense, porque esta idea de que son criminales, es falsa. Recordó que sin migrantes el producto interno bruto estadunidense caería 3 por ciento.
Aludió también a expresiones del gobierno chino cuestionando la politización de las relaciones comerciales, en torno a lo cual dijo que México tiene buen intercambio comercial con esa nación, lo que no anula la decisión de impulsar un programa de sustitución de importaciones para fortalecer las cadenas productivas mexicanas.
Sheinbaum reiteró que la postura de México no es cerrar fronteras, sino tender puentes entre gobiernos y entre pueblos. Durante la pandemia, Trump expresó que gracias al muro y al trabajo de las agencias de control migratorio “hemos logrado la frontera sureña más segura en la historia, frenando no sólo a migrantes, sino a criminales, el narcotráfico, a terroristas y hasta el covid-19 proveniente del lado mexicano.
En una entrevista con el programa 60 Minutes, de la cadena CBS, en marzo de este año, el expresidnete Andrés Manuel López Obrador recordó que durante su mandato, cuando Trump buscaba construir el muro, le ofreció enviarle videos de túneles cavados bajo las barreras ya colocadas por Estados Unidos en toda la frontera. “Trump se quedó callado y luego se echó a reír y me dijo: ‘con usted no puedo ganar’”, aseveró el ex presidente.
La amenaza de aranceles
Si se aprueba la imposición arancelaria de 25 por ciento a productos mexicanos exportados a Estados Unidos, sería como darse un balazo en el pie, porque entre los principales afectados estarían los consorcios automotrices estadounidenses asentados en México y los consumidores de ese país, aseguró el secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Entre las consecuencias de instrumentar la medida estará la pérdida de 400 mil empleos en EEUU, añadió.
Destacó que es una medida que dificultaría la operación de las industrias, se perderían empleos, bajaría la competitividad y habría daños para Estados Unidos, en primerísimo lugar, pero también para los demás: México y otros socios.
Ebrard aseveró que “a partir de este anuncio hay dos escenarios para el futuro regional: nos podemos fragmentar y dividir con acusaciones y tarifas, podemos hacer eso si queremos; porque si nos ponen una tarifa, nosotros ponemos otra, y Canadá pone otra, sería una división de nunca acabar, o construimos juntos una región fuerte, competitiva y preparada para liderar el futuro y competir con otras regiones”.
Señaló que la propuesta mexicana pretende impulsar una estabilidad regional, mediante la cooperación en seguridad, migración, en gobernanza; prosperidad compartida que debe ser el objetivo en los tres países. “Todo lo que vaya contra la prosperidad compartida no funciona; todo lo que sean impuestos innecesarios, encarecer productos, dificultar producción, va en contra de la prosperidad compartida que queremos”, dijo.
En la actualidad, el intercambio comercial en América del Norte equivale a mil 776.5 mil millones de dólares, un tercio del producto interno bruto mundial. Recordó que el último antecedente de una decisión similar en Estados Unidos fue en 1971 con el presidente Richard Nixon, quien ordenó aplicar un arancel de 10 por ciento a todas las importaciones mundiales a su país: el impacto fue de tal magnitud que sólo permaneció cuatro meses.
De aplicarse ahora, su efecto sería mayor: no sólo porque en 1971 era 10 por ciento y ahora se habla de 25, sino porque en 1971 EEUU solo importaba 3.4 por ciento de su producto interno bruto y hoy 12.7 por ciento, esto es, cuatro veces más.
Ebrard comentó que el primer impacto sería en las principales firmas de Estados Unidos en México, particularmente en la industria automotriz. Precisó que en la actualidad 88 por ciento de las pick ups que se venden en Estados Unidos provienen de México, por lo que el primer efecto, según estimaciones de las automotrices, sería un encarecimiento de tres mil dólares por unidad.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)