Poderoso caballero es Don dinero…

Resulta sorprendente  que,  en plena bonanza del imperio español, Francisco de Quevedo, noble y famoso escritor madrileño, haya satirizado en seis octavas las distorsiones provocadas por la ambición y posesión de Don Dinero. Y  que cuatrocientos veinte años después cueste tanto reconocer la continuidad de la sumisión global  a tal Don, pese a su preeminencia en la crisis civilizatoria y sistémica  que estamos experimentando.

Crisis desencadenada por la lucha entre Don Dinero y los Condenados de la Tierra.  Representado hoy el primero por  una minúscula  élite imperialista  y colonialista-tipificada  por los ocupas neoyorquinos   como “el 1%” de la población mundial-   arrellanada en la locación sociopolítica identificada por Franz Fanon como  Zona del Ser, en connivencia  con quienes ejercen formalmente el poder civil, militar y eclesiástico en Estados Unidos, Europa occidental e Israel y conexos.

Mientras que el 99% restante, versión actualizada de los Condenados, seguimos ubicados (por ahora) en la cada vez más amplia  Zona del No Ser, carentes  de medios de producción  o integrantes de organizaciones productivas comunitarias  no generadoras de plusvalor.

Me he permitido apoderarme libérrimamente  de los conceptos de Fanon  por encontrarlo adecuados para llamar la atención sobre la  referencia  en discursos “revolucionarios” de todo tipo, incluidos los políticos, a “absolutos” como mujeres, negros, islámicos, etc. implantados  en nuestras mentes   para  dividir y parcializar a  quienes desde la Zona del No Ser deberíamos   enfrentar  unidos al 1%  que nos manipula, domina, explota y oprime.

Pero no. Nos dividimos y nos subdividimos. Tomemos como ejemplo el caso de las mujeres, cuyo “Día” está por llegar.

No existe la “mujer”, existimos  mujeres espacialmente y temporalmente definidas con características comunes  y no comunes.  Y  también con   intereses antagónicos, no determinados por nuestra feminidad, que nos ubican  por encima o por debajo de la línea que separa lo humano de lo inhumano en  la Zonas del Ser o del NO Ser.

Lo que sí existe desde tiempos inmemoriales es una  descalificación, agravada por el patriarcado de la cristiandad, de  pensares, sentires y actuares identificados como “femeninos” lamentablemente asimilada por grupos feministas que, en vez de estimular la práctica por parte de hombres y mujeres de valores y conductas  subestimadas por  femeninas (el amor, la emotividad, la intuición, la solidaridad, el respeto y el cuidado  de la vida…)  luchan por  participar en condiciones de “igualdad” en el mundo violento, jerárquico  y destructivo organizado por  machos dominantes.

Sin embargo, estoy segura de que  la cuota latinoamericana de damas pertenecientes al 99%  estamos mucho más cerca  del Maestro Luis Britto García  que  de Hillary Clinton .

*Socióloga venezolana. Publicado en Correo del Alba