PDVSA: Escenarios de Produccion 2018/ Perfil de ingresos

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Einstein Millán Arcia |

Han pasado casi 3 meses desde aquel sábado 25 de noviembre, donde ya avanzada la madrugada en Venezuela y amaneciendo en donde me encontraba para aquel momento, corría la noticia sobre la inesperada defenestración de Nelson Martínez.

El principiante que sustituye al experto antecesor, ofrece a su arribo, elevar la producción en un término de 12 meses en un un millón de barriles, poniendo como garantía, supuestos resultados en la construcción de 1 millón de casas en cosa de un año. A 3 meses de su arribo, su oferta se disipa, se desvanece, se apaga.

Ignora el principiante que no se trata de un millón de barriles “simplemente”, sino de un millón de barriles por día generados en medio de un ambiente de derrumbe sostenido. Ignora que debió haber incluido en su arenga, un volumen adicional de producción para contrarrestar la fuerte y sostenida declinación tanto natural como incurrida por mal praxis, durante las menguadas operaciones de una fuerza hombre desorientada y que a lo largo de una década y desde 2008, ha sido incapaz de dar resultados.

Una declinación que a partir de 2014 ha escalado impensables cifras de entre el 18% y 21% % anual. La madurez de los activos, aunado a la ausencia de proyectos de vanguardia de EOR/IOR, la errada y anacrónica incursión en la FPO y un plan estratégico inexistente, han agravado el panorama hasta llegar al callejón sin salida en el que se encuentra hoy, pero que ha venido gestándose desde 2007-2008 con la implementación del plan siembra petrolera.

Como consecuencia de todo lo anterior, el volumen necesario solo para contrarrestar dicha declinación total podría estar entre 420 MBD y 580 MBD, con lo cual la cifra requerida para poder remontar la producción actual de PDVSA en un millón de barriles por día adicionales se ubicaría entre 1.42 MMB/D y 1.58 MMB/D aproximadamente.

Según declaraciones de sus actuales “voceros”, el centro de concentración de la actividad y esfuerzo disponible continuaría siendo la FPO (+otras mixtas). Sin embargo, aun dedicando todos los 92 taladros que actualmente declara tener PDVSA y sus socios al desarrollo de dichos recursos, no atinarían a tan siquiera reponer los barriles perdidos a diario producto de la necesidad de sustitución, ya que para ello requeriría de al menos unos 110 taladros operativos solo para la FPO.

El costo de generación del barril marginal en la FPO es prohibitivo para PDVSA bajo las condiciones actuales de depauperación en que las que se encuentra, distrae sus recursos y la frena de concentrar sus estrategias y energías donde realmente merecen estar.

Podría uno pensar en medio esta vorágine de incesante pérdida agravada de valor y creciente destrucción, que todo se trata de un plan maestro dedicado a devaluar y transferir todos sus activos; uno por uno hacia las empresas mixtas, con lo cual o PDVSA o el MENPET tendrían que desaparecer, para dar paso a una especie de organismo de mera administración de cuentas (a/por) cobrar.

A pesar de las arengas, a pesar de las ofertas e intensa propaganda, la producción ofrecida por el principiante a casi 3 meses de su arribo continúa hacia el sur; en picada. El futuro de la producción de crudo no luce nada prometedor de continuar por el camino que van y bajo la dirección de ese grupo de voceros, que a todas luces adolecen de la calificación necesaria para tomar las riendas de tan delicado negocio.

Con base en los últimos meses de comportamiento real de producción, se evaluaron dos escenarios posibles para el corto plazo. Particular atención merecen los meses de Diciembre y Enero, en donde la caída y el salto observado en los volúmenes producidos luce extremadamente atípico y podría obedecer a problemas de ajuste o “alocacion” de producción motivado al caso de extravío de barriles desde NDM, o problemas de transporte, ya que había suficiente disponibilidad de diluente (envíos) en el sistema, según cifras de monitoreo internacional.

A menos que se incremente de manera sensible el número actual de taladros en la FPO, el futuro de la producción para 2018 es realmente delicado. De acuerdo a dichos estimados, la producción de crudo nación podría cerrar 2018 entre un máximo de 1.58 MMBD y un mínimo de 1.47 MMBD de continuar por el camino que van.

En ambos escenarios, se coloca a Venezuela al borde de la disyuntiva sobre escoger entre satisfacer el mercado interno o cumplir con “algunas” de sus obligaciones internacionales, ya que evidentemente no tendría espacio para maniobrar y poder cumplir a cabalidad con ambos compromisos.

Del total del volumen producido, las obligaciones con Asia, el Caribe y el mercado interno ocuparían más del (85+)% del mismo, con lo que el ingreso de dinero fresco vía exportaciones se vería totalmente restringido y en consecuencia las expectativas de generación de ingresos para el ejercicio 2018 complicadas, sino nulas.

Se vería forzado el estado a implementar medidas impositivas poco amigables, redefinir obligatoriamente la política monetaria/cambiaria y elevar costos de bienes y servicios.

Tal y como desde 2008 advertimos sobre Eulogio Del Pino y las consecuencias de sus acciones, hoy nos aventuramos a advertir que la situación es aun más delicada que entonces. Si antes existía en dicha directiva algún tipo de experiencia y porque no admitirlo; conocimiento, y por deslices, ambición de poder, indolencia y corrupción se llegó hasta donde está, dejo a su imaginación que podría pasar en la PDVSA de hoy, en donde ni tan siquiera una conversación fluida, con sentido y a profundidad en materia petrolera en su propio idioma, es capaz de ser sostenida por ocupante alguno de su directiva; menos aun en un idioma distinto.

Perfil de Ingresos 2017-2018 vs. recorte OPEP

Desde la perspectiva particular de Venezuela, el acuerdo de reducción de producción acordado por los países miembros de la OPEP y Rusia en Diciembre de 2016, ha sido inconveniente bajo las circunstancias coyunturales de PDVSA y más bien ha contribuido a la pérdida de valor y pérdida de oportunidad para el país. Ha promovido el hundimiento de nuestra economía y ha ayudado a liberar reservas no convencionales y costosas en provincias, que de otra manera no hubiesen podido ser descubiertas y producidas comercialmente.

Aunado a lo anterior, la percepción y actuación de Venezuela dentro de la OPEP ha sido penosa y deficiente, restándole por ende impacto, capacidad de negociación e influencia dentro de dicha institución. Es penosa porque en tan solo cuestión de meses la comunidad energética mundial ha visto desfilar a tres ministros petroleros y 3 presidentes de PDVSA por su seno. Es además deficiente porque Venezuela y PDVSA por si solos se han constituido en el hazmerreír dentro de dicha organización, al facilitar por Motus propio el camino a sus pares de la OPEP, cediendo mercados y reduciendo el esfuerzo relativo de cada uno de ellos en el cumplimiento del recorte de producción, ya que Venezuela por si sola provee cerca de 4 veces más del volumen de recorte de producción requerido, de forma involuntaria y forzosa ante la continua debacle interna por la que atraviesa PDVSA.

Entre Diciembre’2016 y Enero’2018 el WTI varió cerca de $21, al pasar a grosso modo de unos $45 a $66, para luego declinar hacia el entorno de los $60 actualmente. Mientras tanto, la producción criolla ha pasado durante dicho periodo, de unos 2.270.000 B/D @ 1.690.000 B/D; habiendo acumulado un colapso de producción neto de cerca de 580.000 B/D.

Según reportes del mes de Febrero, la producción a mitad de mes promediaba cerca de 1.72MMBD. Hay que acotar que esta producción no es sostenible y más bien denota esquemas de producción por sobre explotación irracional de sus activos. Es decir, apertura de pozos/yacimientos con alta relación gas-petróleo y/o alto corte de agua, lo que augura una caída de producción aun más severa, segura y pronta en dichos activos por vía natural.

El gobierno celebra ser protagonista y promotor de un acuerdo de recorte de producción, cuando en esencia se ha disparado el mismo al pie sin tan siquiera observarlo. En medio de la ignorancia cada vez más notoria de su equipo petrolero celebra su propio entierro, ya que en el caso específico de Venezuela dicho acuerdo ha sido por demás contraproducente y adverso a sus propios intereses. Ha significado perdidas mil millonarias a nuestra nación y ha contribuido a la destrucción del aparato productivo interno.

Hubiese sido más beneficioso que PDVSA se hubiera enfocado en ser primordialmente eficiente y productiva, en lugar de contar con la renta basada en el precio del barril. En ganar con base a volumen de producción, en monetizar esas inmensas reservas que dice poseer lo antes posible, en preservar e incorporar nuevos mercados y en mantener así dinamizada su propia economía.

Sin embargo, tal y como está concebido el portafolio de negocios en el que se apoya nuestra industria; el mismo que ha heredado de Ramírez y Del Pino, tanto la FPO como Costa Afuera han sido y son negocios contraproducentes. Han sido y son los actores primordiales de la parálisis de PDVSA. Son definitivamente proyectos estratégicos, pero su enfoque de negocios ha impuesto e impone una carga financiera y operacional que la destruye vilmente desde adentro.

Solo entre 2014 y 2016, el costo de producir un barril en la FPO ha aumentado en un 900%, al pasar de $0.3 por barril a más de $3 por barril en dicho periodo. En costa afuera, el costo incremental del millardo de pie cúbico de gas solo subsiste por la contribución al flujo de caja del hidrocarburo condensado, que es producido en conjunto con dicho gas y que hasta ahora, nadie esta claro como es negociado, ni cual es su destino real.

Lo que si esta claro es que en el caso de Perla-Cardon IV, el precio del gas pagado a sus “socios” es de $3.69/MMBTU y donde en esencia PDVSA actualmente subsidia dicho precio en alrededor de $1/MMBTU al precio actual del gas en la región (Henry Hub benchmark).

Esos dos proyectos debieron haber sido negociados hacia afuera, debieron haber sido vendidos como paquete accionario; como IPO, en donde la función de PDVSA se hubiese limitado al control estricto de las variables financieras, así como del cumplimiento y ejecución del plan de inversión, mientras que por su lado el país y sus instituciones se encargarían de velar por la aplicación precisa y correcta de las leyes, algo que sin duda alguna luce como realidad virtual en la PDVSA y Venezuela de hoy.

Pero desde la posición de “creciente debilidad orgánica” y múltiples desatinos en su portafolio estratégico en la que ha caído PDVSA desde 2008, con su plan siembra petrolera y la promoción de costa afuera, la FPO y sus empresas mixtas, más ha perdido el país glorificando y participando en esos recortes que poniendo empeño en recuperar el terreno perdido.

Un ejercicio de estimación de ingreso bruto acumulado, como función de distintos escenarios de precios del barril y producción nación, confirma más allá de dudas el postulado anterior. El gráfico siguiente muestra el comportamiento de ingreso bruto acumulado (excluye alrededor de 700.000 B/D por consumo interno) versus precio del barril promedio entre Diciembre’2017 y Febrero’2018, teniendo como referencia los siguientes escenarios de precios delbarril/producción nación:

  1. (real) = US$/BBl real cesta criolla
  2. (flat) = US$/BBl flat cesta criolla @ $37
  3. (realP) = Producción real nación (menos consumo interno) (real)
  4. (IncP) = Producción incremental amarrada desde diciembre 2016 @ 2.27 MMBD acelerando 1 MMBD en un periodo de 15 meses
  • Caso [flat/IncP]: Los resultados para el primer caso reflejan que de PDVSA haber procurado recuperar los niveles de producción desde 2.27 MMBD @ Diciembre’2016, hasta unos 3 MMBD @ Febrero’2018, aun bajo el entendido de un escenario de precios lineal de $37 el barril, el ingreso bruto por exportaciones hubiese acumulado a Febrero’2018 un ganancial de unos US$70.000 millones adicional respecto al escenario actual de precios del [barril-producción].
  • Caso [real/IncP]: En ese escenario, de PDVSA haber preservado los niveles de producción de 3.2 MMBD bajo el escenario de precio actual, el diferencial de ingreso bruto acumulado en comparación con las expectativas de ingreso bruto actual hubiese significado unos US$195.000 millones adicionalesaun considerando el recorte de producción impuesto por la OPEP.

Recuperar 700.000 B/D de producción en 15 meses de actividad ha sido perfectamente viable en la historia reciente de PDVSA; solo habría que recordar el sabotaje petrolero de 2002 para estar consciente de ello. Sin embargo, hay que reconocer que la realidad de hoy es muy distinta.

Bajo la circunstancia actual que acusa PDVSA, luce cuesta arriba cualquier recuperación sostenible, ante la ausencia de valores, disciplina y respeto a la normativa y la cadena de autoridad. Ante la ausencia de inversión-recursos, talento, tecnología y experticia, y ante la ausencia generalizada de un clima organizacional estructurado para ser efectivos, productivos y eficientes.

Ante el panorama actual de esa PDVSA invadida por la mediocridad, la irracionalidad, por grupúsculos de un poder investido en un disfraz de rojo, de vulgar corrupción y de un arraigado “anti-profesionalismo”, pareciera inevitable como medio de salvación tomar la ruta de un IPO, o como hemos venido asegurando, de un desmembramiento de su estructura concebida en una lenta privatización segmentada; una lenta migración solapada hacia “ciertas empresas mixtas consentidas” del lomito de PDVSA.

*Petróleo y Gas “Upstream”/ Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991 / Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990 / Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979). Ha publicado y presentado en diversas revistas y conferencias internacionales más de 12 trabajos especializados en materia de Petróleo y Gas.