Mercosur: Unidos hacia afuera, abiertos adentro

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INFORME Q| Cada uno de los países del Mercosur podrá elevar aranceles a una lista de 200 productos importados desde afuera del bloque. Se busca resguardar las producciones nacionales. A su vez, la Argentina y Brasil acordaron levantar restricciones mutuas.El Mercosur habilitó a sus miembros a aumentar las alícuotas de los impuestos a la importación por arriba del Arancel Externo Común (AEC). Se trata de una nueva lista de 200 productos provenientes de afuera del bloque. La medida permite multiplicar la protección comercial de la región frente a la profundización de la crisis internacional. Los cuatro países habían acordado en la reunión de Montevideo de diciembre del año pasado elevar el arancel en cien posiciones arancelarias cada uno. En Mendoza se decidió duplicar esa capacidad. Los países podrán aumentar las alícuotas de los impuestos a la importación de 200 bienes hasta el máximo de 35 por ciento permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Cada socio podrá seleccionar qué productos deberán pagar más impuestos durante un año, con posibilidad de extenderlo otro año, para proteger sus industrias nacionales.

La medida ofrece una herramienta adicional en la protección externa de los miembros del bloque frente al aluvión de importaciones extrazona, fundamentalmente asiáticas, pero también de la Unión Europea. Hoy, el arancel promedio es del 14 por ciento y podrá ser elevado hasta el 35 por ciento en la nueva lista. Además existen negociaciones entre los miembros del bloque para sumar otras 200 posiciones arancelarias antes de fin de año.

En paralelo con la cumbre de presidentes, también se reunieron los ministros de Economía y presidentes de bancos centrales del Mercosur. Una vez terminado el encuentro, donde cada uno de los países realizó un diagnóstico de la crisis global y los desafíos para la región, el titular del Palacio de Hacienda, Hernán Lorenzino, expresó que los funcionarios presentes “coincidieron en destacar el acuerdo alcanzado en torno de la importancia de coordinar e implementar medidas contracíclicas que contrarresten el impacto negativo de la crisis internacional en nuestras economías, sostengan la demanda interna y contribuyan a la generación de empleo”.

Junto con Lorenzino participaron los ministros de Economía de Brasil y Uruguay, Guido Mantega, y Fernando Lorenzo. Según dijeron desde la cartera argentina, los funcionarios destacaron la importancia de evaluar “nuevas políticas de inversión para alcanzar los objetivos de reducción de la pobreza y creación de empleo, estableciendo las condiciones necesarias para lograr desarrollo económico con inclusión social”. A su vez, los ministros abordaron “la importancia de continuar avanzando en la relación con China y con las demás economías asiáticas”, como factor amortiguador de la retracción de las tasas de crecimiento de los Estados Unidos y de Europa.

En tanto, el ministro de Agricultura, Norberto Yahuar, afirmó que los gobiernos de la Argentina y Brasil pudieron avanzar en la “normalización” del comercio exterior de algunos productos. Las partes acordaron que Brasil comenzará a liberar las licencias no automáticas para una lista de productos argentinos que incluyen leche, crema de leche, muzzarella, parmesano, uva seca, aceite de oliva, harina de trigo, caramelos, chocolates, papa congelada, aceitunas, jaleas y vinos. Además, Brasil permitirá a partir del lunes 2 de julio la importación de langostinos provenientes de la Argentina. En el caso de las frutas y verduras con restricciones fitosanitarias, Brasil se comprometió a realizar “sus máximos esfuerzos para resolver de manera prioritaria esta situación”. “Nuestros equipos técnicos trabajaron junto a otros organismos nacionales para que las empresas argentinas vuelvan a exportar sus productos a Brasil, situación que ya comenzó a normalizarse”, aseveró el titular de Agricultura. Esto se vio, por ejemplo, con las ventas de aceitunas al país vecino, cuya interrupción anterior afectó a empresas productoras del norte argentino.

Por su parte, el gobierno de Cristina Kirchner se comprometió ante su par brasileño a garantizar el ingreso de un grupo de productos como calzados, textiles y confecciones, muebles, línea blanca, autopartes, neumáticos, carne porcina y maquinaria agrícola. Ambos países acordaron “un mecanismo de monitoreo de los compromisos establecidos”, a través del intercambio periódico de información sobre otorgamiento de licencias y de reuniones mensuales para evaluar la marcha del comercio bilateral, con vistas a asegurar el objetivo planteado en términos de déficit comercial.

Por fuera de la agenda oficial de la cumbre, la ministra de Industria, Débora Giorgi, se reunió con su par de Brasil, Fernando Pimentel, para definir una agenda de trabajo bilateral que incluye políticas comunes en la industria automotriz y el acceso de empresas argentinas a las compras gubernamentales brasileñas. Además acordaron conformar una Unidad de Coordinación Ministerial para profundizar la integración productiva entre ambos países, tanto a nivel pymes como de grandes empresas. Los funcionarios volverán a reunirse a fines de julio.