Masacre de El Amparo: Culpables de salir a pescar

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“…entramos al área a partir de las 6 de la mañana, cuando estábamos acercándonos al sitio del suceso, escuchamos el ruido de embarcaciones, inmediatamente ordené a los integrantes de la patrulla a tomar posiciones para determinar quiénes eran los que se acercaban, permanecimos observando la llegada de una lancha que atracó y comenzaron a bajar de ella varios individuos armados los cuales comenzaron a desplazarse volteando hacia uno y otro lado, fue entonces cuando les di la voz de alto en forma muy rápida pero dos veces, a lo cual los individuos hicieron caso omiso y en su lugar comenzaron a disparar, respondimos de inmediato y comenzó el intercambio de disparos…”

Así relató, el entonces Capitán de Corbeta de la Armada Alí Coromoto González, comandante de la operación Anguila III, que se produjo el día 29 de octubre de 1988 en el caño La Colorada, municipio Páez del estado Apure.

Gestación
1987. Corren los días finales de la presidencia de Jaime Lusinchi. En uno de los amplios salones del palacio de gobierno, la denominada Unidad de Programación Especial para el Desarrollo del Suroeste de Venezuela (Upesuroeste), que funciona bajo la tutela del Ministerio de la Secretaría de la Presidencia, expone los resultados de un diagnóstico que realizó, con el objetivo de adelantar un “Plan Operativo de Desarrollo para el Distrito Páez del Estado Apure”. ven-el-amapro1

Existe en la zona, según el diagnostico: déficit de instalaciones educativas, carencia de unas 5000 unidades habitacionales, falta de equipamiento médico, pero el acento de aquel informe está colocado en señalar que en la zona: “El tráfico de drogas, la intimidación, extorsión, secuestro de productores de la región han generado un clima de inseguridad personal que aunado a la precaria presencia institucional de Venezuela en sus fronteras, pone en peligro (…) la soberanía e integridad territorial del país.” (Upesuroeste, 1987: sn)

Se abría así, la hipótesis de la presencia –nunca confirmada- de focos subversivos (guerrilleros o paramilitares) provenientes de Colombia en el Estado Apure.

Nace el Cejap
Pero como las democracias de derecha siempre han actuado de forma represiva pasando por encima de los más elementales derechos ciudadanos y apoyando a los que más tienen (en este caso a los ganaderos de Apure) se buscó una formula militar para exterminar “aquel naciente foco aún sin confirmar”.

El entonces Presidente de la República Jaime Lusinchi, firmó el Decreto Presidencial Nº 1.810, mediante el cual se daba luz verde al nacimiento del Comando Específico General en Jefe José Antonio Páez” de siglas Cejap.

Ante este panorama, la voz del entonces Director de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), Vicealmirante Rodríguez Citrato quedó muda, a pesar de asegurar que  

“…efectivamente para ese momento teníamos la convicción de que, salvo algunas incursiones de tipo táctico evasivos a los enfrentamientos con el ejército colombiano, no tenían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, ni el Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ni ninguna de la organizaciones subversivas colombianas que estaban actuando en la frontera del lado colombiano, intereses u objetivos militares en el territorio venezolano…”

El Cejap, dependía directamente del Presidente Lusinchi. Y estaba integrado por efectivos de las Fuerzas Armadas, la Dirección General Sectorial de Inteligencia Militar (DIM), Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), Dirección General Sectorial de Identificación y Extranjería (Diex) y Cuerpo Técnico de Policía Judicial (CTPJ) según consta en la Gaceta Oficial Nº 33.838, 04.11.87. Uno de los cabecillas del Cejap sería el tristemente célebre comisario Henry López Sisco.

La trampa del Coporo
ven-el-amparo2Viernes 28 de octubre de 1988. Las lluvias que hacen crecer los ríos en el estado Apure al suroeste venezolano, impidieron que José Indalecio Guerrero de 51 años de edad, saliera a pescar aquella mañana, como lo hacía todos los días de su vida desde que su papá le enseñó el noble oficio de pescador. De eso vivía su familia en El Amparo.

Así que bajo una estructura hecha con palos gruesos y latas de zinc, donde estaba colocado el fogón de la casa de su madre, comenzó a preparar junto con unos vecinos un hervido de gallina “pa sacarse una gripe que no lo dejaba hace días”, diría Moira Guerrero hija de José Indalecio.

Al sitio se presentó un amigo de los Guerrero conocido, desde que llegó en enero a El Amparo, como el señor Hipólito. Hipólito era el alias que usaba como agente encubierto, el Inspector de la Disip Celso Rincón Fuentes, que rápidamente se ganó la simpatía de José Indalecio, gracias a que le compraba casi todo el pescado de la jornada.

Según contó Moira, Hipólito le pidió a José que sacara algunos pescados que necesitaba llevar a San Cristóbal porque se los habían encargado. “Mi papá le dijo que cuánta cantidad a lo que Hipólito respondió, lo que tú puedas”.

José Indalecio le dijo a sus amigos “mañana madrugan pa’ hacerle encargo al señor Hipólito”, pues sabía que habría buena paga para todos. El objetivo era salir a pescar “Coporo“, un pez de río que, por los lados del caño La Colorada en estos meses de lluvias y aguas altas, se hallaba en grandes cantidades. Si les quedaba tiempo harían un sancocho y beberían una botella de ron.

José Indalecio Guerrero se despertó antes de los gallos, preparó café y arepas, y dejó listo un desayuno para invitarle a sus amigos de faena. Una vez llegaron los primeros, cruzó el río Arauca a buscar una lancha en la casa de Gustavo Cartagena Gil, quien vivía en la margen colombiana y desde hace 12 años era amigo de Guerrero.

Regresó del lado colombiano del río al lado venezolano, remolcando la lancha prestada con una canoa. Una vez en El Amparo, José Indalecio le instaló un motor de su propiedad a la lancha que le prestó Gustavo Cartagena Gil, y fue a recoger al resto de los amigos con quienes había acordado el viaje el día anterior.

Wolmer Pinilla uno de los invitados por Guerrero para ir a pescar coporo en el caño La Colorada recuerda “…eran las nueve de la mañana y un poquitico más cuando salimos (…) yo miré que llevaban unas gallinas, llevaban unas papas, unos fideos y una botella de(…), no me voy a caer a embuste por que a mí no me gusta el embuste, llevábamos una botella de ‘Corroncho e’ vago’ que es el ron ‘Selecto’, en esos tiempos tú la veías aquí tradicional, nos gustaba a muchos...”

Cuando salieron del pueblo, eran ya trece amigos en la lancha. Poco después, al hacer un alto en el camino, se sumarían otros tres. “…bueno dejamos el río y llegamos a un caño que se llama La Colorada, agarramos a mano derecha subiendo y subimos un rato por el caño, llegamos a casa de la señora María Bello de Torrealba y desembarcaron las gallinas. Nosotros nos pusimos a comer guayabas, íbamos trece de aquí que salimos y en el fundo estaba el señor Mariano Torrealba, José Gregorio Torrealba y otro señor llamado Justo Mercado y los otros compañeros míos los invitaron…” Así sumaron 16 personas.

Al poco tiempo de salir del fundo de los Torrealba, la lancha con la tripulación a bordo, volvió a pasar el registro fronterizo pues el río divide a Colombia y Venezuela. El grupo continúa su viaje en lancha, adentrándose por el caño. Pinilla recuerda que: “…nosotros íbamos llegando a una parte determinada del caño, no se había bajado nadie de la lancha, cuando sonaron los disparos y entonces alguien dice ‘¿qué es eso?’, ‘uy chamo, plomo’ y José Augusto Arias me dijo ‘súmbate al agua güevón’ y entonces yo miré que se metió al agua y zambuido nadó como unos 12 metros aproximadamente, el chamo abolló y más atrás me sumbé yo (…) no miré si mataron a mis compañeros, quién los mató, si fue militar, si fue Disip, o fue PTJ, yo no supe quién, yo lo que hice fue nadar…”

Anguila III
El Cejap había decidido aplicar una operación llamada “Anguila III” el día 29 de octubre de 1988 en el caño La Colorada, pues labores de inteligencia –dijeron- apuntaban hacia la presencia de guerrilleros en ese lugar. El Capitán Alí Coromoto González fue quien comandó la operación. Lo acompañaron el Maestro Técnico de Primera (Ej), Ernesto Morales Gómez, conocido también por el alías de “El Mono”; el Sargento Técnico de Primera (Ej), Omar Antonio Pérez Hudson y el Sargento Mayor de Segunda (Ej), Salvador Ortiz Hernández.

Aunque la comandancia de esta operación dependía de los cuerpos militares, el mayor número de efectivos eran de la Disip, que destinó nueve funcionarios para esta operación y la CTPJ que designó seis funcionarios. En total 19 hombres salieron en la comisión.

De la Disip participaron: el Comisario General Andrés Alberto Román Romero (alias “Mario”), el Comisario Maximiliano José Monsalve Planchart, el Inspector Jefe Unidad Vecinal Celso José Rincón Fuentes (alias “Hipólito”), el Inspector Jefe Carlos Alberto Durán Tolosa (alias “Cocoliso”), el Inspector José Ramón Zerpa Póveda, el Inspector Luis Alberto Villamizar, el Subinspector Franklin Gómez Rodríguez, el Subinspector Omar Gregorio Márquez y el Detective Tonny Richard Urbina Sojo.

Por la PTJ fueron: el Subcomisario Florencio Javier López, el Inspector Jefe Edgar Arturo Mendoza Guanaguaney (conocido también como “Mendocita”), los subinspectores Alfredo José Montero y Jesús Rafael Rodríguez Salazar, junto a Daniel Virgilio Vitanare Gómez y Gerardo Rugeles Molina con rangos de Agente Principal y Sumariador III respectivamente.

La estructura inmediata de mando de la unidad del Cejap que actuó en La Colorada estaba conformada por el Coronel (Ej) Enrique José Vivas Quintero, Comandante del Cejap, y por el General de Brigada (Ej) Humberto Antonio Camejo Arias, Jefe de la Segunda División de Infantería y Guarnición del Estado Táchira, a la cual estaba adscrito el Cejap.

La actuación fue simple, avistaron la embarcación con los 16 pescadores a bordo y se dio la señal…

Ese 29 de Octubre en el caño La Colorada cerca de las 11 de la mañana, 16 pescadores que viajaban en una lancha en busca de Coporo fueron atacados. Catorce de ellos no regresaron. José Augusto Arias y Wolmer Gregorio Pinilla sobrevivieron para contarlo.

La mentira
El gobierno de Jaime Lusinchi, insistía en que se trató de un enfrentamiento contra un grupo guerrillero de Colombia. Nos obstante José Augusto Arias y Wolmer Gregorio Pinilla, sobrevivientes de las masacre, lograron llegar al pueblo y allí fueron protegidos por los habitantes de El Amparo, hasta que llegó el diputado Walter Márquez junto con un Fiscal del Ministerio Público y lograron llevar, a los únicos testigos de la masacre hasta San Cristóbal, donde fueron protegidos.

Fueron calificados de guerrilleros, sin embargo, los caídos vestían ropas que indicaban lo contrario, no se les encontró ningún armas y el testimonio de dos sobrevivientes hace que la opinión pública nacional se sienta burlada tanto por los jefes de la operación como por el propio presidente Jaime Lusinchi que ha avalado públicamente esta versión de los hechos.

Los medios de comunicación, que por muchos meses hicieron mutis y no investigaron las muertes anteriores ocurridas en la zona, que al llegar la masacre de La Colorada ya sumaban cerca de 30 muertes, sucumbieron ante la vorágine que se formó en torno a la verdad. La estrategia de calificar de guerrilleros a las víctimas, avalados por la asociación de ganaderos de la zona quienes magnificaban las muertes de los “guerrilleros” en pro de la paz del lugar se derrumbó, así como las tesis del gobierno.

El 30 de junio de 1998, 10 años más tarde, La Corte Marcial Ad-hoc absolvió de responsabilidad a los 19 funcionarios del Comando Específico “José Antonio Páez” (Cejap) que actuaron el 29 de octubre de 1988.

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DATOS FINALES

Ubicación:
El Amparo está ubicado en el Municipio Páez del estado Apure (Distrito Páez en el momento de los hechos). Este municipio representa el 15% del total de los límites entre Venezuela y Colombia (Copaf, 1993: 27), lo que le otorga una especial significación geopolítica para el país.

Esta es la lista de las personas que perdieron la vida en la masacre de El Amparo:
1.- José Indalecio Guerrero , 2.- Rigo José Araujo , 3.- Julio Pastor Ceballos , 4.- Carlos Antonio Eregua , 5.- Arin Obadías Maldonado , 6.- Moisés Antonio Blanco , 7.- Luis Alfredo Berríos , 8.- Emeterio Marino Vivas , 9.- Rafael Magín Moreno ,
10.- Pedro Indalecio Mosqueda , 11.- José Mariano Torrealba , 12.- José Ramón Puerta García , 13.- José Gregorio Torrealba , 14.- Justo Arsenio Mercado

Los dos sobrevivientes son: 1.- José Augusto Arias , 2.- Wolmer Gregorio Pinilla