Los tambores de guerra suenan cercanos
JUAN GUAHÁN| No son pocos -ni menores- los datos que van apareciendo sobre aprestos bélicos por parte de los Estados Unidos, principal potencia militar del mundo, y de su aliado más firme, el Estado de Israel.
Es difícil predecir el destino de estos preparativos, pero genera una fuerte preocupación que los mismos se produzcan en estos momentos, cuando la economía de los países más poderosos de la tierra está penetrando en un período francamente crítico.
Hace pocos días el Presidente Barack Obama hizo un anuncio inquietante para el pueblo de Uganda, se refería al envío de algunos centenares de “asesores militares” a ese país. “Esto es necesario –sostuvo– porque el Ejército de Resistencia del Señor (ERS) representa una amenaza para a la seguridad regional”. Se trata de una pequeña guerrilla de origen cristiano que –desde hace 20 años- combate contra las autoridades de ese país. Lo realmente grave es la intervención norteamericana por un tema de la “seguridad regional” del África.
Ya no bastan las intervenciones invocando la “seguridad nacional” de los Estados Unidos, ahora también lo hacen por la “seguridad” de otros continentes. Criterio muy vago, genérico y peligroso, para los tiempos que corren. Para esos mismos días tropas de Kenia se adentraron en territorio de Somalia, previo ataque -presuntamente realizado- desde aviones no tripulados o submarinos de origen estadounidense.
Malos augurios para el empobrecido continente africano.
Si estos indicios en África son graves. Mucho más lo son los sucesos que se están desarrollando en el Medio Oriente.
Extrañamente, desde Estados Unidos e Israel dejan trascender los preparativos bélicos para atacar Irán. Si nos guiáramos por el dicho popular que sostiene que “perro que ladra no muerde” eso nos podría tranquilizar. De todas maneras lo que está ocurriendo es inquietante.
El subsecretario de Asuntos Políticos y Militares de Estados Unidos acaba de informar que su país e Israel y Estados Unidos realizarán –en el 2012- “las maniobras conjuntas más grandes e importantes de la historia de esa alianza”. Su objetivo es la “defensa de los misiles balísticos de Israel”.
Los principales medios de prensa israelíes (Yediot Ahronot –el más leído en ese país- y Haaretz) están revelando que el Primer Ministro Israelí, el Canciller y el Ministro de Defensa trabajan para convencer al resto del gabinete, a los jefes militares y a sus aliados (Estados Unidos y la Gran Bretaña) que “la destrucción de las instalaciones nucleares iraníes es -para Israel- una cuestión de supervivencia”.
El Presidente Shimon Peres sostiene que “está más cerca” el uso de la fuerza militar contra Irán. En Gran Bretaña, el diario Daily Mail y el influyente periódico The Guardian, informan que el presidente estadounidense y el premier británico “se preparan para la guerra” ante crecientes reportes de que Irán está en poder de suficiente uranio enriquecido para producir cuatro bombas nucleares.
En Estados Unidos, revistas y canales televisivos advierten sobre esta posibilidad. El argumento público es conocido, sostienen que Irán está en condiciones de producir armas nucleares, lo que también fuera denunciado por el organismo internacional (OIEA) encargado de dicha supervisión. Ese Informe fue desvalorizado por otros países. Pero, esa versión es ampliamente publicitada por la cadena CNN.
Allí nada se dice sobre los centenares de ojivas nucleares –no declaradas- que tiene Israel y los cinco mil artefactos nucleares en poder de los Estados Unidos. No faltan las voces que advierten que un ataque a Irán será el preludio de la tercera Guerra Mundial. El objetivo real estaría, además de los intereses israelíes, en el intento de encubrir el tamaño de la crisis económica. Otros observadores consideran que esta guerra es la condición necesaria para que Obama pueda ser reelecto.
Rusia y China, particularmente este último, se oponen a esta perspectiva y advierten sobre sus riesgos.