Los clavos del sepulcro: El Arco Minero Orinoco
Jorge Giordani|
Anomia social, desgobierno, irresponsabilidad de quienes se creen eternos por la gracia de no se sabe qué tipo de protector o Dios supremo, o inventado tal vez en su egocentrismo ad ultranza, sin límites, desproporcionado, desconcertado, incapaz de actuar para tratar de salir del laberinto.
Pero lo que da un punto de quiebre en esta historia de atropellos e insensateces es la decisión de entregar nada menos y nada más que cerca un décimo del territorio nacional a las empresas transnacionales, las que si saben cómo los imperios de ayer de extraer los materiales y dejar la naturaleza desprovista de sus recursos, para seguir el derroche y la fiesta en que se encuentran sumergidos.
Se trata del ya famoso y rechazado por cada vez más personas el oprobioso ¨Arco Minero del Orinoco¨, con toda su potencialidad de preservación para las próximas generaciones, pero que en la forma más cínica ha sido entregada y se tiene el tupé de afirmar que es la mayor y más grande decisión de los últimos doscientos años, es allí donde la prudencia se termina y la indignación se hace presa de los sentimientos de cualquiera, marcando la hora de la próxima rebelión del pueblo venezolano, el actuar con la mente fría pero con la mayor determinación para detener semejante locura e impensables consecuencias.
Llegaron los nuevos tiempos de poner coto a tanta arbitrariedad en personajes que como se llegó a afirmar de otros, resultan ¨cómicos de feria, dado que no dudaban de nada porque lo ignoraban todo¨. Suerte de emplaste entre la mediocridad, la ignorancia, la irresponsabilidad y el cinismo, vaya carga explosiva que pone un límite a la paciencia y la prudencia del ser más sensato que tenga el pueblo venezolano.
Sonaron las trompetas de la rebelión y de la indignación popular… …no hay tiempo que perder…
* Durante varios años Ministro del Poder Popular para la Planificación del gobierno venezolano hasta junio de 2014.