Las meditaciones de Evo Morales en el exilio

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Revista Crisis|

Esta semana sale el libro que Evo Morales gestó durante su actual exilio en la Argentina. Se trata de una escritura distinta, que descoloca, porque preserva las marcas de una intensa oralidad tras la que puede adivinarse su curioso modo de razonamiento. El recuento de los hechos traumáticos, anécdotas aparentemente triviales, la duda que lo asaltó en el momento de peligro, los razonamientos ideológicos más asentados, sus planes para recuperar el poder en octubre. Y el valor de los sueños, la búsqueda de indicios en esas noches oníricas donde se anticipa el porvenir. Lo que sigue es una selección de fragmentos extraídos de diferentes capítulos, a modo de anticipo.
VOLVEREMOS Y SEREMOS MILLONES. El golpe de Estado, el exilio y la lucha para que Bolivia vuelva a gobernarse, de Evo Morales. Editorial: Ariel
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Les habla Evo Morales.

Buenas tardes, compañeros y compañeras.

Mis sueños muchas veces son muy certeros.

Hace un tiempo, en Cochabamba, después de visitar mi casa, tuve un sueño. Me sorprendí porque estoy en la cúspide de una cordillera. Llegué y sorpresivamente llegó ahí un drone y después otro.

Me miraban, me acuerdo.

¿Me apuntaban? Me lo pregunto.

Y hay algunos sueños más así que tuve, pero si no les di importancia, es un error pues.

Hay que darles importancia a los sueños.

En los sueños empiezan las responsabilidades. Así es la vida política, es la lucha social.

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El que más llamó fue el compañero Alberto Fernández, todo el día. Me llamaba al celular, a mí, al Álvaro. Permanentemente. Con Diego Pary, mi canciller, no sé cuántas comunicaciones. Fue una lucha conjunta. Alberto no era presidente en ese momento; era presidente electo, entonces no tenía al Estado argentino con él.

El anuncio de la candidatura presidencial, para las elecciones argentinas, del binomio Alberto Fernández con Cristina Fernández, a mí me ha sorprendido. Todos en Bolivia estábamos convencidos de que la Cristina iba ser la candidata a la Presidencia. Un día me despierto:

—Es Alberto Fernández.

Yo pensé que era su hermano o su hijo, de Cristina Fernández. Lo conocía, lo conocía, al Alberto, pero esa mañana no me ubicaba muy bien. Era una jugada estratégica. Es como un jaque mate del ajedrez.

Y fue así que pronto va el Alberto a Bolivia, tenemos la reunión, vino a Santa Cruz. ¡Ah, le conocía, pues! Ahí me di cuenta. Claro, le conocía bien de antes, personalmente.

Hablamos muy bien, contentos, siempre solidario. Comentamos algunos temas, se tomó la agenda bilateral. Inolvidable. Cuando uno piensa, nos vota a los dos la gente humilde, queremos trabajar y ayudarnos como gobierno. Una buena reunión, con la prensa, la gente, el hotel.

¿Qué otra cosa podrían haber hecho los militares conmigo, pensé después? Porque inmediatamente antes y después de mi renuncia ya estaban al mando los militares. El aeropuerto militar, la terminal presidencial. ¿Qué hubiera pasado? Quiero saber eso. Lo pregunté.

Detenerme, matarme, eso pensé inicialmente.

Ahora, después de una pequeña investigación, sondeo, que, ¿qué había escuchado? ¿Qué decían algunos comandantes de esa tarea? Y dos oficiales de base, de seguridad, ¿qué escucharon? Sí, escucharon por ahí:

—Entregar a Evo a Estados Unidos.

Ahora, otra vez pregunté, eso he escuchado, otros han escuchado eso.

¿Y cómo hubiesen podido justificarlo?

Por narcotráfico tenía que ser, en todo caso.

Después, ahora, con el gobierno de facto en Bolivia, ya está Estados Unidos con gente de la DEA en el Trópico de Cochabamba, con el pretexto de perseguir a los narcos, persigue a dirigentes como Andrónico. Ya denunciamos, paramos un poco, pero siguen detrás de ellos. Nuestra investigación nos dice que, ahora, la tarea de Estados Unidos, es que encuentren al Evo con narcotráfico.

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El MAS­ISP ya tiene su binomio de candidatos para las elecciones presidenciales, ya compañeras y compañeros, en una reunión en enero en Argentina. Han debido salir de Bolivia para hacerlo, han proclamado la candidatura de Luis «Lucho» Arce y de David Choquehuanca.

Las nuevas relaciones con los movimientos sociales. Yo pensé que iba a estar totalmente aislado como asilado, pero tengo más bien suficiente tiempo para llamar, contactarme cada día en el teléfono. Ahora estoy más en contacto, aunque no de cara sino telefónicamente, y delegaciones quieren venir y siguen llegando para conversar.

Y esos dirigentes de base se contactan directamente. De los nueve departamentos. Cada día con sectores, sectores, secto­res. Hay mensajes que tienen que responderlos, yo diría inclu­so que ha mejorado mi relación con los movimientos sociales.

Porque no hay más mediación. Antes era la Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam). Y los dirigentes siempre te frenan. Era preocupante, algunos dirigentes na­cionales, departamentales, de sectores sociales, pero tam­bién estoy más cuando llaman. Hay una coordinación per­manente, una confianza, yo diría.

Cuando estaba en el Gobierno decían, y es una verdad: «Es más sencillo comunicarse con el Presidente que con el ministro».

Eso era generalizado.

Tal vez a los ministros les falta experiencia de estar en contacto con los movimientos sociales. Yo tengo esa facili­dad. Y otro de los problemas, también, era que a veces yo era el telefonista de los ministros:

—Hermano Evo, el ministro no me contesta, que me devuelva la llamada.

Yo tenía que estar:

—A ver, me llaman al ministro.

Y cuando yo estoy reunido, yo digo al ministro:

—Te paso con el dirigente.

Pasan esas cosas. Por eso aguanté tanto tiempo de presidente, sino no sería sencillo. Y eso es el pueblo finalmente.

Argentina es como el décimo departamento del país. Estamos en campaña, visitamos Moreno y otros lugares también en la provincia de Buenos Aires; visitamos Ushuaia, en Tierra del Fuego; también hemos ido hacia La Rioja y Jujuy y Salta. Son reuniones, pequeñas concentraciones; haremos acto con cierre de campaña. Estamos con ese debate. Están empadronados 161 mil en Argentina. Queremos sacar 140 mil votos. Si 70 mil es el 1 por ciento de la votación total, sería 2 por ciento de aporte al resultado, nuestra meta. Vamos a pelear por eso.

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Yo cumplí con el mandato, con la propuesta que nos hicimos, con el Pacto de Unidad. Garantizamos de los nueve departamentos, siete, lamentablemente, y no nueve. De Oruro y de Potosí, no han venido dirigentes del MAS a Argentina. Pero sí vinieron dirigentes de todos los departamentos, de Oruro vinieron otros dirigentes sociales, pero no de la Única, ni dirigentes del MAS.

Se ha dado un lindo debate, como ciento cuarenta delegados había. Estaba el Pacto de Unidad, estaba Henry Nina, estaba Teodoro Mamani de la Única, Vilca también de la Única, Bartolina Sisa no vino a nivel nacional, pero había delegados de base, Conalcam no vino. Y el debate, muy interesante la elección.

Y se ha impuesto para presidente Luis Arce Catacora. Y me acuerdo de algunas intervenciones.

Una compañera dirigente comerciante de Villazón, población de Potosí con frontera con La Quiaca, en Argentina:

—Mis compañeras solo están hablando de Luis Arce. ¡Luis Arce!

Por tanto, Luis Arce para ellas.

—¿Por qué?

—Porque el gas está subiendo, la energía está subiendo, el dólar está subiendo.

Un dirigente, que dijo se ha reunido con sus militantes.

Lo que dice, que él ha consultado. Entiendo que ha sido con una votación reservada, nosotros también sabemos hacer en Chapare. Enseñar. Porque cuando se ha incorporado uninominales donde no había, hay que enseñar a votar, hay que ir sindicato por sindicato. Enseñar. Que hay dos votaciones, aquí es para diputado, aquí es para presidente…

Y dice, una pequeña reunión con trescientos cincuenta, les explicaron que hay cuatro precandidatos: Choquehuanca, Andrónico, Luis y Pary. ¿Y qué dijeron ahí? Lo que dijeron es que ¡el ciento por ciento había votado a Luis Arce! Yo pregunté si habían hecho alguna insinuación para que voten… Nada. Y otra vez había preguntado por qué… «Aquí los precios están subiendo» —dicen— , la preocupación por el tema económico es el argumento para apoyar a Luis Arce.

Se había dado lindo debate ideológico, político, sin ninguna insinuación. Finalmente llegó un momento casi de consenso entre la gente que ha participado ahí.

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Y aquí viene un tema central.

¿Qué quiero decirles?

No ha sido fácil consensuar, hacer aceptar a los compañeros, convencer.

Pero también, autocrítica.

Tenemos un problema.

Algunos dicen: «Mi candidato sí o sí tiene que ser». Otros sectores dicen: «Mi candidato sí o sí tiene que ser». Otros más dicen: «Es mi candidato sí o sí: es innegociable». Esa es una debilidad que hemos estado teniendo  hasta ahora. Teniendo que superar esta rivalidad que tenemos.

El jueves 23, yo dije:

—¡Humo blanco!

Era como en el Vaticano. Un Vaticano con papa bolita, no gaucho:

—¡Habemos binomio!

Ya después viene la otra campaña.

Yo hablando ahora, ustedes leyendo este libro, también estamos haciendo campaña.

Ha sido muy difícil buscar candidato, consensuar candidato.

Pero así hemos avanzado.

Y aprendido.

Proceso de Cambio.

Con el consenso, todos avanzaremos. Más.

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Dibujar índices de calidad institucional y de libertad para apoyar el golpe Por Andrés Asiain – Sociología en la Red de la UNJFSCAhora el mundo ha cambiado y creo que todos debemos cambiar. El mundo cambia, y cambia nuestro mundo personal, familiar, regional, nacional e internacional.

En mi forma de pensar, esta pandemia, este coronavirus, nos quita lo mejor del ser humano: agarrarnos, abrazarnos, besarnos con cariño.

Y de ahí olvidarse, no sé hasta cuándo, pero lamentablemente todo por la vida.

Yo tuve una reunión importante a mediados de marzo con unos quince compañeros y ya estaba en debate esta pandemia acá en Argentina. Me recomendaron que mejor no reunirme con quince; máximo con cinco personas, me dijeron.

Al día siguiente, ya no salí de casa.

Pasó poco tiempo hasta que, en la noche, nuestro presidente Alberto Fernández, ya decretó cuarentena. De manera disciplinada no salí de casa. Aunque cuesta acostumbrarse a estar aquí adentro encerrado.

Pero, obligado, cumplo.

Todo sea por la vida.

En Bolivia, la gente se está tratando con hierbas. Lo que más están usando es limón con jengibre. Miel. Eucalipto. Ajo. Wira wira, una planta medicinal. Mi mamá me decía:

—Tomá wira wira.

Es mate.

Yo acá tomando jengibre para el resfrío.

Pero en Bolivia, con el gobierno de facto, el sistema de salud está colapsado. Nada han sabido prever, no les importa el pueblo.

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Esta mañana me han sorprendido: está retornando a Bolivia el llamado, en quechua, chala. ¿Qué es chala? El  sistema de circulación general de bienes y manufacturas por medio del trueque. Con chala no necesitaban mis abuelos ni antepasados dinero. Trueque: unos salen del Oriente, otros del Occidente, según cada lugar, hacían trueque, un canje de producto a producto. Había en la zona de Cochabamba, todavía. Pero frente a esta crisis sanitaria y económica, ya me dicen que resurge la chala de las comunidades originarias: chala originaria, chala milenaria. Y ahora se da el trueque entre familias. Y está aplicándose.Puno: Realizan feria artesanal con trueque en frontera Perú Bolivia | RPP Noticias

Yo veía a mi madre que hacía trueque, pero con la gente que seguía en la ciudad. En las fiestas patronales le daban frazadas, y ella daba papa. Lo que compraba, lo compraba con papa.

Lo que yo vi, lo que a mí me ha sorprendido, ya de dirigente sindical, en los ochenta, en los noventa, era ver cómo los compañeros del Trópico salían con su naranja, con su producto, con su yuca, con su coca. Y como en el Chapare no se producen ni venden arvejas, ni cebollas, ni papa, ni choclo, buscaban, por ejemplo, un choclo. Pero entonces se juntaban y, en la mañana, ¡trueque! Las compañeras de ahí se volvían a ir al Trópico, no llegaban hasta Cochabamba. Y la gente también se volvía a Cochabamba.

Trueque, trueque, chala, chala. No, no hace falta la plata para eso.

En Cochabamba, en los municipios, las preguntas y respuestas entre vecinos son hoy así:

—¿Qué tienes?

—Yo tengo pollo.

—Yo no tengo pollo, dame pollo.

—Tú, ¿qué tienes?

—Yo tengo arroz.

—¡Canjearemos, pues!

Canje, canje, canje: chala, chala, chala.

Esa es la solidaridad, tan voluntaria, que se está dando. Esto pasa, esto está empezando en este momento.

Yo casi estoy seguro de que con la Madre Tierra, con el pequeño productor y el productor mediano, con el productor grande cuando es solidario, vamos a salvar al mundo. Pero con presencia del Estado.

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No sólo en Argentina: el impuesto a la riqueza se debate en todo el mundo – Diario El Ciudadano y la RegiónEl impuesto a las grandes fortunas, que se está debatiendo acá en Argentina y en el mundo, lo hemos planteado. Pero, además de eso, la repatriación de los capitales que están fuera de Bolivia.

Tengo una propuesta, entre el Estado, el sector privado y los trabajadores sobre cómo inyectar nuevos recursos económicos para enfrentar la situación.

El Estado puede encarar una especie de moratoria en el pago de la deuda externa, intereses, capitales.

Ahí estaríamos con 700, más de 700 millones de dólares. Y después de dos años tendrías 1.000 millones de dólares, como 1.500 millones de dólares. Inyectar eso fuertemente en inversión en la economía nacional.

En el sector privado, la banca privada, por ejemplo, que sobre el total de utilidades del año pasado, deba poner el 30 por ciento en inversiones directas.

Y la repatriación de los capitales bolivianos que están fuera de Bolivia. Y en cuanto a los trabajadores, derivemos el 10 por ciento de los aportes de su jubilación para dar créditos. Yo digo, trabajadores, privado y Estado, juntándose, pueden levantar en dos, tres años la economía nacional.

¿De cuánto serán las grandes fortunas en Bolivia? Depende de cómo se definen. Por lo menos, yo diría que los que tienen patrimonio de 2 millones, 3 millones de dólares para arriba, se consideren grandes fortunas.

En el caso de Argentina, el proyecto de ley de Máximo Kirchner es de uno por ciento de esos grandes patrimonios.

En Bolivia, hay que estudiarlo. Cada país tiene su propia particularidad y su forma de administración, y hay que estudiarlo, hay tantas propuestas.

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Sabe que vamos a seguir batallando, una política propia con principios, con programa, con ideología propia, de herencia y de vivencia, en mi caso. Claro, cómo nos van a perdonar, después de llegar al gobierno cerramos la base militar de Estados Unidos, expulsamos a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), expulsamos a la DEA, al embajador que nos estaba conspirando. Pero no hemos previsto este Golpe de noviembre de 2019. Y ahí también, algunos errores de nuestra propia inteligencia.

Algunos ministros me plantearon:

—Haremos también nosotros nuestra propia inteligencia. Inteligencia de investigación y seguimiento, interno y externo. Inteligencia del Estado. Porque la Inteligencia en Bolivia depende de la Policía y las Fuerzas Armadas. Y la Policía me pasaba información periodística. ¡Recortes de periódicos me pasaba! ¡No necesito eso!

Entonces, estos han sido los errores que cometimos.

Estados Unidos, para atacar al MAS, la meta es: «Muerte al MAS». No solo una simple proscripción, no se conforman con que no participe.

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Mi relación con Luis Arce Catacora es larga, constante, buena. No puede haber Gabinete sin confianza y respeto, sin seguridad de la idoneidad para el cargo. Lo mismo con David Choquehuanca.

Y a veces por razones de salud, por razones familiares, se han cambiado los titulares de los ministerios, y también, claro, por razones netamente políticas.

David ha estado buen tiempo como canciller, Lucho es el que acompañó siempre a cuidar la economía. Desde el primer momento trabajamos en la política de nacionalización junto con el compañero Álvaro, y Arce acompañó profesionalmente. Algún día contaremos todos los detalles de la historia de las nacionalizaciones.

Arce acompañó. Nunca se ha opuesto a las decisiones de nacionalizar que tomamos, porque las nacionalizaciones no solo eran acciones para ser evaluadas desde un punto de vista técnico o jurídico, sino también político.

Antes de ser presidente, Carlos Villegas era la persona que me orientaba en temas económicos. Carlos fue ministro y ocupó puestos muy importantes en mi gobierno hasta que lamentablemente falleció.

Villegas siempre tenía un equipo de economistas que venían trabajando el plan de reformas del régimen de hidrocarburos, pensando cómo ejecutarlas. Y ahí apareció Lucho, joven profesional que era parte del plan, que venía del Par­tido Socialista (PS­1)de Marcelo Quiroga Santa Cruz.

Luis Arce era muy estudioso, muy disciplinado. Lo con­vocamos finalmente en 2006 a ser ministro de Economía. Y desde entonces ocupó ese cargo en el Gabinete en cada gobierno del MAS.

Sobre todo, Lucho es experto en cuidar la economía. En buscar qué hacer y cómo hacerlo para generar divisas. En el tema de la nacionalización planteaba alguna vez, en algún caso, ciertas dudas, que tiene derecho y es su deber como técnico, pero no eran dudas ni reservas políticas.

De Lucho aprendí del tema administrativo. Uno siempre es un soldado, siempre tiene que estar en guardia en la administración. Aprendí sobre el cuidado de la gestión pública.

Yo le decía:

—Enséñame, ministro, a ver cómo movilizar los ciclos económicos.

Y Lucho me miraba.

—Enséñame con qué argumentos legales actuar, blíndame jurídicamente, técnicamente.

Y Lucho se junta con algunos técnicos y ya rápidamente ve cómo resolver si se presentan el lunes problemas; siempre hay problemas administrativos, pero los resuelve.

Lucho es hombre honesto, patriota. Lucho jamás va robar, porque nunca ha robado.

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Los sueños nocturnos, si sabemos escucharlos, nos inspiran desde la noche cerrada.

Aunque las grandes, las mejores decisiones las tomamos arriba: a la mañana, cuando sale el sol. A la luz del día.

En los sueños empiezan las responsabilidades.

«Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.»

La luz va a entrar en todos los cuartos oscuros.

El Golpe va a quedar atrás, y el movimiento de nuestro socialismo va a ganar más y más velocidad.

Va a ser indetenible.