Las FARC dan pruebas del documentalista francés

KATALINA VÁZQUEZ| El comandante rebelde alias Monazo explicó en un video difundido el domingo que las FARC capturaron al documentalista francés Romeo langlois, vestido de uniforme militar colombiano y que está en sus manos en calidad de “prisionero de guerra”. Dicen que lo liberarán pronto.
Herido en un brazo y en la selva, el periodista francés Romeo Langlois sigue secuestrado por la guerrilla de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que ayer confirmaron que sí está en su poder y que “pronto será liberado sano y salvo”. Alias Monazo, comandante de escuadra del Frente XV de las FARC, explicó en un video difundido ayer que durante los operativos capturaron al periodista como “combatiente”, y que está en sus manos en calidad de “prisionero de guerra”.  El Ejército, que lo llevó hasta la zona de combates, aún no adelanta operativos o gestiones en pos de su libertad.

Andrés Morales, director de la Fundación para la Libertad de Prensa,  dijo  que “exigimos la inmediata liberación de Romeo y recordamos que él es un periodista; es un civil estaba cumpliendo con su trabajo, en una misión periodística y, por tanto, no puede ser considerado como un combatiente, como prisionero de guerra”. Romeo viajó hasta Caquetá con el ejército colombiano para registrar una operación antinarcóticos; el 28 de abril resultó desaparecido.

El general Alejandro Navas, comandante general de las Fuerzas Militares, le dijo al periodista Robert Shaw que no se adelantarán tareas para su rescate o liberación, a menos que el gobierno francés así lo solicite. Shaw viajó hasta allí tras conocer sobre la desaparición de su colega y, según le explicó a este diario, pudo constatar que el operativo militar fue confuso y no había suficiente preparación. “No fue muy claro cómo entraron ahí. De repente se estaban enfrentando a la mitad del Frente XV de las FARC, unos 150 guerrilleros, sin tener la menor idea de que eso podía haber pasado. Ahora el Ejército tiene que dejar claro qué va a hacer con Romeo.” Tres miembros de la fuerza pública y un guerrillero resultaron muertos ese día.

En el video-entrevista a alias Monazo, logrado por el periodista Karl Penhaun, el comandante del frente lee un comunicado del estado mayor de las FARC de fecha 30 de abril y afirma que fue “uniformado de militar” y en “pleno combate” que tomaron al periodista francés. Armado de fusil y granadas, el guerrillero explica que el operativo fue apoyado por el ejército y policía, cinco helicópteros, un avión fantasma, dos bombarderos tucanes y un avión más de la policía.

“Durante el combate, el ejército tomó como trincheras las casas de los civiles”, dice el líder insurgente, quien deja claro que ya las FARC han podido concluir que “efectivamente es francés, se llama Romeo Langlois, es periodista, y con esta información esperamos que prontamente superemos este impasse”.

Minutos después de conocerse el video, en la red social Twitter la guerrilla difundió más detalles sobre Langlois. “Acusamos al gobierno colombiano por poner en peligro la vida de este periodista francés”, dice uno de los diez tweets de la cuenta @Farc_Colombia que señalan que “el prisionero de guerra Romeo Langlois, periodista francés, pronto será liberado sano y salvo”.

“Romeo trabaja de forma muy imparcial, ha mantenido un equilibrio en su trabajo periodístico. Si las FARC tienen alguna duda de que Romeo estaba en el operativo intentando mostrar la realidad, no como portavoz del Ejército, pueden comprobarlo viendo sus documentales”, le dijo a este diario Robert Shaw agregando que “Romeo tiene que salir sano y salvo y poder seguir haciendo este trabajo”. Tanto Shaw como Morales señalan que la situación para los periodistas que cubren situaciones de conflicto en Colombia es complicada, tanto como la seguridad en las zonas rurales del país, aunque el gobierno de Juan Manuel Santos muestre resultados contrarios.

“El caso de Romeo se da en un contexto de violencia que se ha generalizado con la prensa y no sólo con corresponsales internacionales sino con periodistas locales”, explica Morales detallando que en lo que va de 2012 en Colombia han sido amenazados 26 periodistas, cuatro han tenido que salir de región, y uno está en el exilio. No sólo guerrilla sino paramilitares, bandas criminales y las mismas fuerzas militares son agresores de la prensa en Colombia día a día. “El caso de Langlois, un civil, constituye ahora una prueba de sinceridad para la guerrilla”, aseguró Catherine Ashton, de la Unión Europea.

El comunicado de las FARC

El comunicado del secretariado de las FARC señala textualmente:

1. Los periodistas que las fuerzas armadas colombianas llevan consigo en sus operaciones militares, no cumplen el propósito imparcial de informar sobre la realidad, sino el de manipular, ésta para que sirva al proyecto de guerra contra el pueblo colombiano.
2. Cabe preguntar cuál sería la actuación de las autoridades colombianas, si un periodista que con sano criterio informativo acompañara unidades guerrilleras, resultara capturado por el Ejército regular tras un combate.
3. La concepción contrainsurgente del Estado colombiano apunta a involucrar de su lado en la guerra a todo el mundo, incluida la prensa. Que una cámara puede jugar el papel de un arma lo corrobora la diaria manipulación mediática que se practica en nuestro país.
4. Las libertades de pensamiento, expresión e información no pueden operar sólo para el beneficio de los dueños del capital y de la tierra. Nuestra página web es atacada y bloqueada permanentemente, nuestras emisoras son molidas a bombas.
5. El régimen colombiano asesina, amenaza, encarcela o destierra a los periodistas nacionales o extranjeros que intentan investigar o informar sobre la versión no oficial del conflicto. Son conocidos y demasiados los casos como para enumerarlos.
6. Romeo Langlois vestía prendas militares del Ejército regular en medio de un combate. Creemos que lo mínimo que puede esperarse para la recuperación de su plena movilidad es la apertura de un amplio debate nacional e internacional sobre la libertad de informar.
7. Es vieja costumbre del Ejército colombiano emprender aventuradas operaciones de rescate con el deliberado propósito de que se pierda la vida de los prisioneros. Considera más cercana la victoria si nos echa la prensa encima. Esperamos que no sea este el caso.

Asimismo, el Secretariado también hace la pregunta que podría pasar si el caso fuera lo contrario:

“Cabe preguntar cuál sería la actuación de las autoridades colombianas, si un periodista que con sano criterio informativo acompañara unidades guerrilleras, resultara capturado por el Ejército regular tras un combate”.
Lo sabemos muy bien y fue referido por el escritor, periodista e historiador Alfredo Molano esta mañana cuando se refería al caso de los periodistas Hollman Morris, Leonardo Acevedo y Camilo Raigozo en su crónica dominical en El Espectador:
“Ahora cuando ha pasado tanta agua bajo el puente, es oportuno recordar que el 2 de febrero de 2009, en el mismo municipio de Unión Peneya donde fue el combate en que se perdió Langlois, el batallón Héroes de Guapi retuvo a los periodistas Hollman Morris, Leonardo Acevedo y Camilo Raigozo, y los acusó de apologistas del delito y propagandistas de las Farc que cubrían de civil la entrega de secuestrados a Piedad Córdoba y a Daniel Samper Pizano. Vivir para recordar, como decía López Michelsen” (ver http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-343835-romeo-langlois).
*Con informaciones de Página 12, ANNCOL y El Espectador de Bogotá