La reposición: Invasiones a Irán y Siria

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JUAN FRANCISCO COLOANE | La información divulgada por Estados Unidos sobre las armas químicas en poder del gobierno Sirio y la omisión que se hace respecto al terrorismo infiltrado en Siria, es la antesala de las invasiones a Irán y Siria y es la preparación del público para justificarlas.

Argenpress

Siria de alguna forma ya ha sido invadida por contingentes de mercenarios y operativos de terroristas que, eufemísticamente se les llama “ejército rebelde”. A cualquier atentado terrorista la prensa estadounidense y la europea acoplada con la invasión le llama ejército rebelde.

“Así es muy fácil”, señala una fuente directa de Damasco, un funcionario de una agencia extranjera, que se atreve a declarar bajo la condición de anonimato y lo único que espera es que no crezca el caos por el terrorismo. Se pregunta también cual es el plan de esa oposición que continúa dividida: “La ONU deja un personal básico por si viene lo peor”. Termina diciendo incómodo y temeroso hasta de su propio futuro.

Durante la campaña presidencial, el partido republicano le enrostraba a Barack Obama que al retirar las tropas de Afganistán e Irak estaba cometiendo error estratégico grave. Después de tanta inversión en posicionar un contingente militar en dos países de un valor territorial y estratégico incalculable, la “renuncia” a ese proyecto aparecía absurda. Desde 2001, los costos en ambas guerras, Irak y Afganistán, se elevan a 1 billón 300 mil millones de dólares en español, o 1 trillón 300 billones en Inglés de Estados Unidos.(Cost of War)

No es creíble y viable desde ningún punto de vista, que el desplome de los dos gobiernos más antagónicos a la supremacía de la Alianza Transatlántica como son los de Irán y Siria, dependa de “bombardeos quirúrgicos” del ejército de Israel, de Turquía o de la OTAN, como comúnmente se habla. “ De que EEUU y Europa Occidental no tienen dinero para más guerras”, es otra opinión divulgada. Hay libros que la hacen más cierta.

Las invasiones a Siria e Irán, es el paso a seguir después del vaciamiento de tropas de Afganistán e Irak. Desde Damasco y Teherán se detectan esos preparativos. Estas dos invasiones consisten en la reposición después de la decisión de acabar con las ocupaciones en Irak y Afganistán.

Las advertencias de Barack Obama al gobierno Sirio que deberá asumir su responsabilidad en la eventualidad de usar armas químicas es el lanzamiento de la campaña pública para estas invasiones. El presidente de EEUU debería ser más directo y explícito en vez de montar un pretexto para abrir la exclusa a la intervención militar “formal” en Siria.

La política de EEUU hacia el Medio Oriente está anclada en la trampa neoconservadora. Así como Barack Obama no pudo zafarse de las cortapisas e imposiciones del ala más derechista del partido republicano en política doméstica, para desarrollar una política exterior menos intervencionista igualmente no puede liberarse de las células neoconservadoras en política exterior.

Esparcidas durante casi cuatro décadas, funcionan en clave de protección a la democracia, los derechos humanos y la libertad de los mercados, lenguaje muy asociado al poder corporativo transnacional y a los carteles financieros enfocados en recursos estratégicos como energía, comunicaciones y armamento.

Son los nuevos baluartes de los DDHH y al mismo tiempo son los que financian la guerra terrorista contra Siria. Son precisamente los que concentran poderío en energía, comunicaciones y material bélico y de seguridad. Los objetivos de la democracia, la libertad y los derechos humanos han sido instrumentalizados en un eje compacto que es la supremacía estratégica para el dominio de las transnacionales, especialmente aquellas que refuerzan la hegemonía transatlántica y el estamento de elite del poderío bélico.

Con las dos invasiones Barack Obama está cumpliendo uno de los compromisos bipartidistas asumidos. Es el reposicionamiento de una senda que ni siquiera acabará con el acoso a China y Rusia, sino cumplir con el precepto neoconservador de la supremacía global absoluta. Existe una copiosa información que da cuenta de esta forma de organizar el nuevo orden mundial. Jonathan Mann, The Rise of the Vulcans; Nicholas Lemann, The Next Word Order; Taming the American Power, Stephen Walt; y The Israel Lobby, Mearsheimer/ Walt, son parte de una bibliografía esencial para entender la naturaleza de este plan de desintegrar dos estados como Irán y Siria.

Es el foco en la supremacía total y con la intención de que ningún poder se le ponga al frente a Estados Unidos como sí lo pudo hacer la Unión Soviética. Destruir estas dos naciones en la región de Asia Central y el Medio Oriente, es una cruzada bélica e ideológica que va mucho más allá de proteger al estado de Israel o conquistar zonas de recursos estratégicos como gas y petróleo. Es una filosofía política de conquista con el rostro más complejo de la globalización y las transnacionales que la empujan con su poder corporativo enorme, porque son los principales dueños de la liquidez.