La estafa sobre la salud de Chávez
LUIGINO BRACCI | A todos nos ha pasado alguna vez: se te daña el carro, lo llevas a un mecánico que te marea con una gran cantidad de términos técnicos. Como no entiendes nada, asumes que el tipo sabe muchísimo. Le dejas el carro, le pagas una gran cantidad de dinero y termina quedando peor.
A todos nos ha pasado al menos una vez en la vida, que terminamos creyendo en “charleros” que nos impresionan con su gran vocabulario técnico y la seguridad en lo que dicen, y terminamos creyendo ciegamente en ellos hasta que un buen día, nos damos cuenta de que nos estaban estafando.
Y a veces nos pasa lo contrario: no le creemos a aquel que nos da una explicación simple y sencilla del asunto, aún si en el pasado nos han demostrado que lo que dicen es cierto.
En el caso de la salud del Presidente Hugo Chávez, él y sus familiares han tomado la decisión de no hacer públicos todos los detalles de su enfermedad, un derecho legal que tiene todo paciente. Ciertos médicos (hoy Marquina, en el pasado Navarrete) se han aprovechado de esta decisión y suman sus conocimientos médicos con chismología barata, para generar falsas informaciones con detalladísimas explicaciones técnicas.
Se aprovechan de nuestra propia psicología, que tiende a darle credibilidad a aquel que hable con términos técnicos complicadísimos. Puede que no tenga la más mínima idea de lo que habla, pero si habla con seguridad y convicción, le creemos. Tratan de charlearnos, impresionarnos, marearnos y convencernos de que lo que dicen es cierto, a pesar de que no forman parte del equipo médico que atiende al Presidente.
¿Hubiera sido mejor dar a conoce todos los detalles de la enfermedad de Chávez? No lo sé. Lo que sí sé es que, aún si se dieran todos los detalles, igualmente la derecha internacional haría un escándalo, ya sea porque la enfermedad es muy grave, o porque es muy poco grave; o porque los médicos son cubanos, o porque el escarpelo es ruso, o porque lo operaron diez días antes del fin del mundo, o porque Maduro se comió una hallaca el 31. Sin importar lo que hagamos, ellos SIEMPRE nos criticarán, y en lo particular eso me alegra.
¿Te sientes orgulloso de que un mecánico chimbo te haya estafado? ¿Dejarías que eso te vuelva a ocurrir? Pues tampoco te dejes estafar por quienes se aprovechan de nuestra psicología para intimidarnos y esparcir rumores.