Imperio, comunas e Iván Duque

Julio Escalona|

La ofensiva colombiana, como bien lo sabe el presidente Maduro, no solo plantea la amenaza real de agredirnos militarmente, sino que ella en sí misma, nos obliga a tomar decisiones,que implican costos financieros, de movilización de armamentos y tropas, de propaganda en general y de propaganda de guerra en particular, de guerra psicológica, de atención médica y de sanidad militar, de trabajo diplomático, formación y educación política y militar permanente, de inteligencia y contrainteligencia nacional e internacional, en fin, todo lo que la guerra y la preparación para ella obliga a realizar y que sin duda estamos haciendo.

Capítulo especial merece la guerra económica y social. Sobre todo porque esta es la que puede crear más confusiones, malos entendidos y desesperanzas en la vida cotidiana de la población. Por eso el imperialismo le dedica una atención especial generando y multiplicando escaseces de todo tipo: alimentos, medicinas, agua, electricidad, servicios de salud y atención social, inseguridad, robos, atracos, violaciones, secuestros, en fin, todo lo que contribuya a convertir el día a día en un infierno. Provocar que constantemente se critique lo que el gobierno y particularmente, el presidente Maduro, haga o deje de hacer.

La política de Iván Duque, presidente de Colombia, no puede ser sino rastrera y criminal.Nuestra estrategia debe ser todo lo flexible que deba ser y firmemente socialista y comunal. Ahora es cuando más debemos recordar y comprender esa línea esencial del presidente Chávez: Comuna o Nada. Que para mí resume estrategia y táctica, lo que ilustraré con esta cita:

“Es tanto organización política como relación social basada en la autonomía, la autogestión y el autogobierno… La comuna es un espacio que hace posible trascender simultáneamente la propiedad privada, el trabajo asalariado y el Estado burgués.”(Miguel Mazzeo).

La comuna debe ser una escuela de lucha, de socialismo.Es un despertar que vasobrepasando la rutina burocrática y clientelar.No es posible avanzar si no se va rompiendo con el individualismo. La Nada de Chávez fue terminante: consideró a la comuna como el “alma del proceso” y como si fuera “su vida misma” (la de Chávez).Requiere constatar diariamente que la semilla echa raíces y crece hacia un horizonte de libertad plena.