Esperanza Martínez, senadora paraguaya: “El candidato del Partido Colorado es la continuidad de un Estado mafioso y narcotraficante”

Pedro Brieger |

El 30 de abril Paraguay elegirá en una sola vuelta presidente, senadores, diputados y gobernadores. El gobierno de la Asociación Nacional Republicana, más conocida como el Partido Colorado, presenta al exministro de Economía Santiago Peña como candidato a la presidencia, mientras que el frente opositor -aglutinado en la llamada Concertación- tiene como candidato a Efraín Alegre, un dirigente del Partido Liberal Radical Auténtico. Si bien existen otras candidaturas, Peña y Alegre son los favoritos. Para conocer más sobre el proceso electoral en curso, NODAL conversó con la senadora Esperanza Martínez, exministra de Salud durante la presidencia de Fernando Lugo.

– ¿Qué representan las dos principales candidaturas para el 30 de abril y en qué se diferencian?

– Este 30 de abril en el Paraguay se juegan dos proyectos. Por un lado, está el proyecto histórico representado por el Partido Colorado con más de 70 años en el gobierno y solamente cuatro años de interrupción, durante el gobierno de Fernando Lugo, el cual terminó por un golpe parlamentario dirigido por el mismo Partido Colorado. Este es un modelo de la concentración de la riqueza, al uso prebendario del Estado se han agregado en los últimos años la narcopolítica, el lavado de dinero, el narcotráfico, la violencia política, todo esto principalmente ligado al sector liderado por el expresidente Horacio Cartes.

Él no solo representa a un sector de la derecha paraguaya sino también a este movimiento internacional de Bolsonaro o Trump que a las ideas neoliberales empobrecedoras como el endeudamiento público, achicamiento del Estado y recorte de los programas sociales, le agrega el ingrediente neofascista y conservador de ir contra derechos y valores democráticos fundamentales.

Por el otro lado, Efraín Alegre, presidente del Partido Liberal Radical Auténtico, que se presenta a elecciones por una Concertación que incluye a partidos y organizaciones sociales de izquierda, progresistas y socialdemócratas, hasta a sectores de centro derecha y derecha; unidos con el objetivo de enfrentar la continuidad de este modelo con reales posibilidades de ganar.

La idea en común es ponerle un freno a la arremetida de este neofascismo, al crimen organizado, defender valores democráticos básicos que hoy están en riesgo, evitar un retroceso aún mayor en nuestro proceso de transición democrática y la destrucción de un Estado social de derecho en el que se respeten los derechos humanos, garanticen la democracia y, sobre todo, vuelva a construir una institucionalidad fundada en los tres poderes del Estado, que hoy están controlados por la mafia.

– El Partido Colorado gobierna hace décadas, ¿cómo se explica su permanencia? ¿Cómo lo han logrado?

– Tras la Guerra contra la Triple Alianza, surgen los partidos tradicionales y así se instala el bipartidismo en nuestro país. El Partido Colorado, durante los 35 años de dictadura stronista, perfecciona la unidad estratégica entre partido, militares y Estado. Todo pasaba por el Partido Colorado, desde la ayuda económica para el familiar enfermo hasta la distribución de los grandes negocios ilegales como el contrabando, narcotráfico y las tierras malhabidas.

A finales de los ´80, la dictadura stronista deja de ser útil a los intereses externos, se necesitaba un lavado de rostro. A esto debe sumarse una crisis interna del Partido Colorado y el estancamiento económico. Entonces cae la dictadura, pero sin una transición de carácter revolucionario, con cambios profundos, sino que se inicia un proceso de apertura hacia la democracia. Quien derroca a Stroessner es el general Rodríguez, consuegro del dictador que lo acompañó durante años en el poder y los negocios. Si bien el sector militar pierde protagonismo, el poder se mantiene en los mismos círculos: el Partido Colorado y su estructura estatal, sectores económicos privilegiados, legales e ilegales. El Partido Colorado sigue con el control del Estado, utilizándolo para mantener una clientela política básica que es su “un voto duro”. Este es un voto controlado de aproximadamente el 30% del electorado nacional, ligado a los empleos públicos, el clientelismo y la prebenda.

Asimismo, hay que reconocer que durante estos años, un sector de la población ha creado una fuerte identificación con el Partido Colorado, esto debido a que en el Paraguay nunca hemos tenido un verdadero Estado de derecho en el que los servicios públicos sean otorgados a todos los paraguayos por igual. Todo es mediado por el Partido Colorado, desde el servicio más básico, como tener una cama en un hospital o tener medicamentos, hasta para obtener un puesto de trabajo en el sistema de salud o en el Ministerio de Educación.

A esto debe sumarse el apoyo de una oligarquía nacional dedicada a actividades lícitas e ilícitas, que mantiene el poder del Partido Colorado y se beneficia de él. Esto ha creado una cuestión cultural muy fuerte, sostenida por un Estado manejado por funcionarios públicos colorados que el día de las elecciones son convocados, arreados, extorsionados, premiados para sumar a ese voto duro del que hablábamos antes. Además, apelan a la división de la “oposición”, que frecuentemente termina desgastando su fuerza electoral al presentarse dividida en muchas listas, frente a un partido/Estado.

– Estados Unidos ha intervenido fuertemente en la política paraguaya con las sanciones al expresidente Cartes y sus empresas, ¿cómo se explica lo que está haciendo EEUU en contra de un aliado histórico?

– Para Estados Unidos, Paraguay siempre ha sido un punto importante en América del Sur, importancia que ha aumentado debido a los cambios políticos en la región y en el escenario geopolítico global. Paraguay tiene una ubicación geográfica estratégica, además de recursos; considerando el tamaño de nuestro país, la embajada norteamericana en Paraguay debe ser la de mayor infraestructura en la región. Por otro lado, es importante hacer una precisión: los gobiernos colorados no han sido “aliados” históricos, sino “subordinados” históricos de EEUU, siempre han sido gobiernos muy leales a la política exterior de Estados Unidos y así como tuvimos una dictadura apoyada, hoy tenemos una democracia tutelada.

El gobierno de EEUU interviene hoy de manera directa debido al nivel de descontrol político y económico que se ha creado en el Paraguay, con el crecimiento del fenómeno Horacio Cartes, una persona que ha acumulado una riqueza extraordinaria, ligada a los negocios lícitos e ilícitos. Cartes ahora es relacionado al terrorismo internacional debido a sus conexiones con la Triple Frontera, donde se produce el lavado de dinero a través del contrabando y la falsificación de cigarrillos.

La ruta del narcotráfico ha utilizado el sistema bancario paraguayo para legalizar la economía oscura y prácticamente ha controlado el país en los últimos 10 años. Sobretodo a partir de su gobierno, el grupo económico Cartes se ha ido fortaleciendo, ha comprado decenas de empresas de manera progresiva en todas las áreas de la economía. Está en el negocio de la ganadería, de la soja del negocio inmobiliario, medios de comunicación, o cadenas de farmacias, financiero, cigarrillos, deportes y de supermercados. En pocas palabras, ha tomado todas las esferas de la economía, y este crecimiento lo ha convertido casi como en un patrón -en el sentido figurado- de la economía paraguaya y ha inficionado a los tres poderes del Estado de una manera escandalosa. Esto es así al punto que hoy el expresidente Cartes, el actual vicepresidente de la República y uno de los miembros del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y también integrante del Consejo de la Magistratura, han sido nombrados como “significativamente corruptos” por Estados Unidos.

Esto no es un detalle menor, ya que el candidato a presidente por el Partido Colorado es el exministro de Hacienda y Economía durante el período de Cartes, luego su empleado en su banco y es como si fuera la continuidad política de Cartes en el próximo gobierno. Lastimosamente para nosotros no es la justicia paraguaya la que ha intervenido; tenemos este tutelaje vergonzoso desde la embajada americana, que responde a sus propios intereses. No obstante, esperamos que todo esto sume a la denuncia que desde hace tiempo venimos haciendo desde el Frente Guasu y varios sectores de oposición: es momento de elegir entre la continuidad de un Estado mafioso narcotraficante, en manos de una oligarquía muy conservadora que no tiene ningún proyecto nacional y la posibilidad de una recuperación de la democracia, del Estado de Derecho y de la institucionalidad.

– ¿Las sanciones de EEUU han afectado al Partido Colorado en el proceso electoral?

– Lo han afectado porque el financiamiento en negro del proceso electoral por parte del presidente Cartes era casi uno de los elementos estratégicos para volver a ganar las elecciones del 30 de abril. Hay una serie de prácticas de corrupción -como la compra de votos- ligadas a la presencia de enormes cantidades de dinero en los días previos y en el día de las elecciones que caracterizan al Partido Colorado, que también controló históricamente al Tribunal Superior de Justicia Electora, órgano responsable de los procesos eleccionarios. Por lo tanto esta caída económica del presidente Cartes, que hoy no puede movilizar sus recursos, debe generar inconvenientes con relación a procesos anteriores. Además, está el deterioro de la imagen ante una parte de la ciudadanía, que realmente está cansada de todo lo que está sucediendo.

Hay un sentimiento, sobre todo en la gente más joven, que anhela un cambio y que entiende que estamos en un proceso de autodestrucción. Incluso sectores del Partido Colorado están dispuestos a votar a Efraín Alegre por este anhelo de cambios y de instalar un nuevo proceso democrático en el Paraguay

– ¿Qué propone diferente Efraín Alegre?

– Efraín Alegre representa en estos momentos la posibilidad de derrotar a la estructura mafiosa del Partido Colorado, específicamente al cartismo, de cortar nuevamente con el status quo y defender los pequeños avances institucionales y democráticos logrados durante la transición. Asimismo, tenemos su compromiso de dar continuidad a muchas de las políticas sociales iniciadas en su momento con el gobierno de Fernando Lugo, hemos sido convocados muchos de los que hemos trabajado con el presidente Lugo y creemos que aparte de un saneamiento institucional, la recuperación de la institucionalidad democrática, de lucha contra la corrupción y la del desmantelamiento de este grupo mafioso que ha inficionado todos los grupos del Estado, también será un proceso de transición, por lo menos hacia política sociales que puedan en este momento contener la situación de pobreza y de desigualdad en el Paraguay.

Creo que evitar la continuidad del proyecto empobrecedor y corrupto que representa el cartismo puede significar el inicio de un proceso de cambios estructurales en el Estado y la sociedad paraguaya. De modo que hay muchas expectativas de que sea un gobierno amplio, democrático, participativo, no solo por los compromisos asumidos por el candidato, sino por las fuerzas políticas que vamos a acompañar y trabajar en el proceso; por citar un ejemplo: en estos días se ha sumado la organización campesina de mayor peso e historia en el Paraguay, una organización que hace casi tres décadas marcha todos los años a Asunción para exponer sus reclamos y que nunca ha expresado su apoyo electoral a ninguna candidatura en los procesos electorales anteriores. Por primera vez en la historia se suman a esta concertación democrática con una idea de contribuir sobre todo a temas estratégicos como la reforma agraria, el tema de la agricultura familiar campesina y la seguridad alimentaria. Soñamos que el 30 de abril podamos iniciar un nuevo Paraguay.

Source Nodal