Engañados, ¡asesinamos al socialismo!

269

TOBY VALDERRAMA | El capitalismo no se muestra tal cual es, al contrario, el engaño es su mayor soporte. Grandes fortunas se invierten para hacer creer a la humanidad que el capitalismo es bueno, natural, que ofrece oportunidades de realización al humano.

El Arado y el Mar

Hollywood es una inmensa maquinaria de manipulación, de creación de esta falsa imagen del capitalismo, creadora de esa trampa que es la ilusión del “capitalismo bueno”. Allí en el espíritu, en la cultura, el capitalismo se hace fuerte, perdura.

La Revolución inicia el año sumergido en ese espejismo del capitalismo bueno y el capitalismo malo. Estamos como una mosquita atrapada en la tela de una araña, en la ilusión capitalista, intentando zafarnos sin romper la tela ni lesionar a la araña.

El gobierno anuncia medidas económicas que sólo son controles sobre el capitalismo, no tal como lo dicta el Plan de la Patria: sustituir la lógica capitalista. Se persigue a una supuesta oligarquía parasitaria, ese parece ser el mal del capitalismo, los bichitos malos que especulan, que no aceptan controles. El resto de los capitalistas, los que “produzcan con honestidad”, “los productivos”, son bienvenidos. De esta manera, no muy inteligente, se le da carta de legalidad al capitalismo: el capitalismo no es malo, lo perjudicial son los aprovechadores.

Tanto nadar para no salir de la orilla, tantos años peleando con el capitalismo, para venir a darnos cuenta que el problema son unas cuantas areperas, unos cuantos pillos. Adiós a la plusvalía que tanto costó descubrir, adiós a los estudios de Marx, adiós a los sueños de Chávez, a las advertencias de Fidel de que el capitalismo nos lleva a la extinción, a las luchas, la sangre, el esfuerzo intelectual por enfrentar al capitalismo, por sustituirlo.

¿Por intentar adecentar al capitalismo fue que Chávez se convirtió en un Gigante, en un líder mundial, en blanco de los imperios, en corazón del pueblo? ¿Fue por eso que lo asesinaron… ese es su sueño?

¿Es ese objetivo el que va a motivar a las grandes masas para la lucha, es ese objetivo el que nos separa de capriles, de la mud, es por ese objetivo que vale la pena vivir y morir, es así que vamos a construir una nueva cultura, un hombre nuevo?

¿O hay otras razones para luchar, hay otras necesidades urgentes de la humanidad que exigen al Socialismo, es ésta una opción entre muchas, o es una exigencia de vida o muerte?

Es necesario replantearnos todo. Por este camino de regreso al capitalismo se muere el chavismo, se convierte en una “plasta de socialdemocracia”. Es hora de definir el objetivo grande de esta Revolución. La Navidad, el nacimiento del primer socialista del mundo, era un buen momento para esa reflexión. Pero no, al contrario, perdimos el tiempo en evasivas, discutiendo pendejadas: sacando lista de viajeros, persiguiendo tontos.

Estas evasivas, estos objetivos errados, son una de las artimañas del capitalismo para protegerse. No es nuevo, siempre que ven una fuerza de cambio intentan desviarla de su objetivo principal. Así fue en el 23 de enero del ’58: la derecha interna de aquella revolución, que hoy está sentada en la mesa, pompeyo, la condujo hacia objetivos subalternos, perseguir a los derrotados esbirros de la seguridad nacional. En contraste, la burguesía, mendoza, estaba formando gobierno, conduciendo al país. Ahora pretenden llevar al pueblo a perseguir tontos especuladores, abrir una cacería de bruja, mientras el capitalismo, origen de todos los males, se fortalece, no es cuestionado en sus raíces.

Por este camino, cumpliendo el papel de custodio del capitalismo, la Revolución indefectiblemente perecerá. La contradicción entre la retórica socialista chocando con la práctica capitalista alejará a la base social combativa, se estimulará el egoísmo. Así se debilitará el gobierno, que ya sin mensaje, sin razones sagradas que lo soporte, necesariamente será sustituido, el capitalismo buscará su forma política más apropiada, probablemente el fascismo.