El FMI propone rebajar los sueldos en España un 10%

EL HUFFINGTON POST | Cuando el FMI pone por escrito que se requieren “nuevas medidas decisivas para generar crecimiento y empleo”, significa que, se mire por donde se mire, lo que se va a leer no son buenas noticias.

Esa frase figura en las últimas previsiones del FMI para España, en la que se calcula que la tasa de desempleo no bajará del 26% hasta 2018 —y tampoco será para tirar cohetes: en esa fecha se quedará en el 25,3%—, unas cifras por debajo de las proyecciones que el Gobierno presentó el pasado abril.

La institución dirigida por Christine Lagarde prevé que España cierre 2013 con una tasa de desempleo del 27,2% (dos décimas más de lo previsto anteriormente), del 27% en 2014 y del 26,9% en 2015.

En 2016 la situación mejorará, si es que puede utilizarse esa adjetivo para una caída de tres décimas en la tasa de paro: se pasará del 26,9% del año anterior al 26,6%. En 2017 se quedará, augura la institución, en el 26%.

Los deberes

Eso son los datos. Las conclusiones no son demasiado optimistas: el paro es “inaceptablemente elevado”, es necesario tomar “nuevas medidas decisivas para generar crecimiento y empleo” y la solución pasa por “aumentar la flexibilidad interna, reducir la dualidad del mercado laboral y mejorar las políticas laborales activas”.

El FMI insta a España a “reducir enormemente el número de contratos”, recuperando la idea defendida por algunos analistas y organismos de establecer “un contrato permanente con costes de despido inicialmente bajos y que aumenten progresivamente con la antigüedad en el trabajo”.

Sin ambages, el FMI defiende un pacto social en el que los empresarios se comprometan a aumentos de la contratación a cambio de recortes salariales que podrían ser hasta del 10%, se reduzcan las contribuciones de las empresas a la seguridad social y se incremente el IVA dos años después de los recortes salariales.

Las pensiones avisa también de que el sistema español de pensiones es insostenible y, por tanto, se requieren cambios. Y no a mejor. El FMI propone ampliar el periodo de cálculo de las pensiones de 25 años a 30 “o incluso 35 años” y ve “sensato” ligar el incremento de las pensiones a factores estructurales relacionados con la evolución de los ingresos.