El adeco oculto
EARLE HERRERA | Radonski quiere maridarse con el puntofijismo, pero sin que lo vean. Tal como esos amantes afanosos de la oscuridad que a la luz del día se saludan por el apellido: ¿Cómo le va, Allup? Hola, don Aveledo. ¿Cómo pasó la noche, Barboza? No te hagas, que tú lo sabes. Adecos, copeyanos, UNT, Bandera Roja y afines son execrados de caminatas y tarimas “porque nos rayan”. En Venevisión y Televen la próxima telenovela se titulará “Un adeco bajo la sábana” o “El copeyano sumergido”.
El desprecio
Radonski convirtió a los adecos en personajes de Dostoievski: humillados y ofendidos. Lo rumia el jefe blanco Bernabé Gutiérrez, quien gime que Primero Justicia no los deja acercarse a Capriles. Los lechuguinos quieren los votos de AD y del resto de la MUD, pero “sin rayarnos”. En su atardecer político, sobre Ramos Allup cae la repulsa del desprecio amarillo. Vaya ironía: la socialdemocracia, succionada por “la más rancia derecha ultramontana”, ora: “De esta, solo nos salva Chávez”.
La náusea
Primero Justicia jura a los adecos que no los desprecian. Estos insisten en que allí no los dejan acercarse a Radonski ni pescuecear en las tarimas. Se sienten como los sospechosos de lepra en los tiempos bíblicos o los aborrecidos de la peste europea. En COPEI, tan despreciados como los blancos, releen La Náusea, de Sartre. Menos existenciales, los adecos estrujan su despecho a los justicieros y con Julio Jaramillo, les advierten “que tan solo se odia lo querido”, ¡ay!
Chinches blancos
Radonski no asistió al último aniversario de AD. “Ando trabajando”, espetó. Tampoco al de UNT. Ni al de COPEI. Menos a la juramentación de una cosa llamada “Adecos con Capriles”. Bernabé Gutiérrez se quejó de que los petimetres amarillos humillan a los blancos y no los dejan ni tocar al candidato, cónchale. Un zaherido Ramos Allup refunfuñó: “La idea no es que los dirigentes andemos pegados del candidato como chinches”. Una sifrina de PJ mandibuleó: “muerde aquí, pavosaurio.
Alud de Allup
Frente a una semana terrible, Ramos Allup se fue por las ramas. Los petimetres de Primero Justicia lo condenaron al ostracismo –“nos raya”, dicen- y en AD le reclaman elecciones internas. Arrinconado, se sale por la tangente y pide al Presidente Chávez alejarse de la Presidencia. A este aluvial jefe blanco le cayó encima un alud no precisamente de nieve. Un disminuido poeta adeco le compuso un tríptico que llora: Crujen las ramas de Ramos y él mira hacia Miraflores, ido.