Ecuador: una esperanza en el horizonte

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Juan Guahán-Question Latinoamérica

Ecuador vive una profunda conmoción. De un lado el sistema de poder, del otro el pueblo, con dos manifestaciones diferenciadas: Una corriente identificada con progresismo e izquierda, la otra con el poderosos movimiento indígena.

Ecuador fue uno de los países de nuestra América que, bajo la conducción de Rafael Correa, se constituyó -en las primeras décadas de este siglo- en una referencia del progresismo en la región. Pero antes de Correa, durante su gobierno y luego del mismo, hubo otra fuerza expresada por los indígenas que influyó –y mucho- en esa hermana nación.

Ambas fuerzas, en momentos de dominio de fuerzas neoliberales y neocoloniales, ocupan el centro del escenario de esa sociedad. Una lucha que hace reverdecer las esperanzas en esta región.

El movimiento indígena y la Conaie

 Según los datos oficiales el 7%, algo más de un millón de personas, del total de la población de Ecuador (17,3 millones) son indígenas. Otras formas de medir esa presencia indican que un 15%, de aquellos que hoy son ecuatorianos, hablan su lengua originaria y más del 50% de los habitantes de esas tierras tienen raíces indígenas. Sus principales puntos de asentamiento están en la zona de las sierras y la Amazonia, con eje en la ciudad de Quito.

Resultado de imagen para conaieEn 1980 se promovió una organización de los pueblos indígenas y en 1986 quedó constituida la CONAIE (Confederación de nacionalidades indígenas del Ecuador). En su escudo aparecen los 14 agrupamientos que la integraron y los conceptos de: “Tierra”, “Cultura” y “Libertad”, que simbolizan sus valores. La definieron como un modo organizativo independiente de empresas, politiqueros y religiosos foráneos a la comunidad. Asumieron el compromiso de conservar sus valores y construir una sociedad intercultural.

Su acción no se agota en las acciones reivindicativas e impulsa un proyecto político para avanzar hacia un sistema plurinacional, refundando al actual Estado. Propusieron un programa de amplias reivindicaciones en defensa de su tierra, cultura y los derechos colectivos de sus pueblos. Desde allí en adelante, esa organización tuvo un protagonismo decisivo en diversas instancias de la política ecuatoriana.

Largas marchas desde la sierra y su paso conmovedor por las calles de Quito tuvieron a maltraer a diferentes gobiernos: Abdalá Bucaram (1996/1997) y Jamil Mahuad (1998/2000). El Coronel Lucio Gutiérrez terminó gobernando (2003/2005) luego de un golpe militar, formaron parte del gobierno de dicho coronel algunos ministros propuestos por la CONAIE y el Pachakutic, un movimiento político auspiciado por aquel agrupamiento indígena. El acuerdo de Gutiérrez con EEUU y el FMI acabó con esa alianza y también con su gobierno, acosado por las fuerzas populares urbanas y los sectores indígenas.

El movimiento popular e indigena durante el gobierno de Correa Resultado de imagen para correa con indigenas

El gobierno progresista de Correa tuvo ambiguas relaciones con el conjunto del movimiento popular y particularmente con los indígenas y la CONAIE. Los indígenas apoyaron (en segunda vuelta) la candidatura de Correa y su partido Alianza País. También se expresaron favorables a la “Revolución Ciudadana” y la Reforma Constitucional promovida por el Presidente. En todos estos casos dejaron sentadas sus diferencias con la política presidencial. Progresivamente crecían sus voces críticas.

Las principales se centraban en la política “correista”  respecto al medio ambiente y los recursos naturales o bienes comunes, la CONAIE alegó que se entregaban a empresas extranjeras, sin respetar los intereses de sus pueblos y los acuerdos y normas existentes; otra crítica sostenía que prefería establecer vínculos individuales con miembros de la CONAIE y no con la organización como tal y por último, lo cuestionaban por la “oportunidad perdida”, al no reparar las injusticias históricas a los pueblos indígenas y a no haber realizado los cambios necesario en el modelo económico. También se sumaban a las críticas por los hechos de corrupción del que es acusado el gobierno de Correa.

La crisis actual: sus causas y el rol de sus protagonistas

Correa designó a su sucesor, Lenin Moreno, quien había sido su Vicepresidente en el período 2007/2013. A poco de andar, los vínculos que los unían se fueron deteriorando hasta quebrarse. Cumplido su mandato, Correa viajó al exterior, primero por razones familiares dado que su esposa es belga y luego como autoexiliado, por la persecución que padecía en su país. Moreno comenzó a defender las políticas del FMI y las condicionalidades, en materia de leyes laborales, previsionales y disminución del gasto público, que éste iba imponiendo a partir del otorgamiento de un crédito por 4.209 millones de dólares.

La política de ajuste comenzó a instalarse sobre la realidad social ecuatoriana. A las críticas que el movimiento indígena le venía haciendo a Correa, por el acceso y uso del agua por parte de los serranos y la entrega del petróleo y la minería en la Amazonia, se le agregó una dura reacción de los sectores urbanos ante el fin del subsidio y la suba en el precio del combustible (123%) y su consecuente e inmediato efecto sobre el transporte de pasajeros. El pasado 3 de octubre el Presidente decretó el Estado de Excepción. Decidió cambiar la sede gubernamental de Quito a la portuaria Guayaquil, mucho más amigable con sus políticas.

Los indígenas se sumaron a la protesta y marcharon sobre Quito. El pasado miércoles 9 se inició un Paro Nacional por tiempo indeterminado. Ese día, las protestas fueron masivas. Los sectores urbanos encabezados por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT),  tuvieron fuertes choques con las fuerzas represivas; los indígenas no obstante practicar su “movilización pacífica activa” quisieron –sin lograr su objetivo- ocupar la Casa de Gobierno, pero sí llegaron a controlar el Palacio Legislativo. Es impreciso el saldo de esa jornada donde hubo no menos de 5 muertos, cerca de un centenar de heridos y alrededor de un millar de presos.

Apawki Castro, máxima figura de la CONAIE, hizo saber que -una vez conocidas las medidas de Moreno- “nos hemos declarado en Resistencia” y que seguirán luchando contra el ajuste, las mafias y el extractivismo. El día jueves informó que tenían  retenidos a miembros de las fuerzas represivas, en cumplimiento de “Medidas de Excepción” decretada por las autoridades indígenas para defensa de sus territorios y seguridad de sus pobladores. Avisan que han sido y serán bien tratados.

Últimas informaciones relatan que habrían sido entregados a funcionarios de las Naciones Unidas, quienes -juntamente con miembros de la jerarquía católica y rectores de las universidades- están intentando mediar en el grave conflicto desatado.

Esta lucha y la actitud de los indígenas ya constituyen un hito más en la lucha de los pueblos conquistados. El futuro de los acontecimientos determinará la influencia inmediata de estos hechos y su prolongación en otras situaciones de Nuestra América.