Ecuador, primer año de las desigualdades: El informe del presidente Lasso

University students protest with a sign against Ecuadorean President Lenin Moreno's government economic policies regarding the agreement signed last March with the International Monetary Fund (IMF) in downtown Quito on October 3, 2019. - The Ecuadorean government confirmed possible labor and tax reforms as established by the agreement, Economy Minister Richard Martinez stated -a day after announcing the elimination of fuel subsidies. (Photo by RODRIGO BUENDIA / AFP)

Jonathan Báez Valencia

En el primer año de gestión del presidente Lasso, las palabras desigualdad y pobreza no fueron nombradas ni una sola vez. No obstante, estas se perciben cotidianamente en la vida de la mayoría de la población ecuatoriana -a excepción de las élites- y la evidencia empírica así lo demuestra. En el caso de la desigualdad, por ejemplo, el índice de Gini (coeficiente que mide la desigualdad: mientras más se acerca a 1 existe mayor inequidad) pasó de 0,477 en junio de 2021 a 0,481 en marzo de 2022 (última cifra disponible).

En efecto, se trata de un nivel no antes visto en la serie 2007-2022, lo cual daría señales de que la desigualdad es la característica en el gobierno del presidente Lasso.

Gráfico 1. Índice de Gini 2007-2022

Fuente: ENEMDU-Elaboración: Propia

De esa manera, en el discurso del presidente Lasso las desigualdades de la sociedad ecuatoriana no fueron tomadas en cuenta porque esta no es una esfera de importancia para el gobierno, lo importante es ser “atractivos para la inversión”, lo que en buen romance significa dar condiciones laborales, tributarias y ambientales totalmente beneficiosas para el gran sector empresarial, pero eso sí, totalmente nefastas para la población: precarización laboral, no pago de impuestos y no regulación de protección ambiental. Y sobre el primer punto que es el tema del empleo, tampoco fue nombrado por el presidente.

Más allá de los análisis típicos sobre las categorías como empleo adecuado, subempleo, aunque importantes, existe un indicador alarmante y este es las personas ocupadas que no tienen seguridad social, lo que da cuenta de que se encuentran en trabajos y empleos precarios. De esa manera, si en mayo 2021 este nivel era del 62% a marzo de 2022 este escala al 66%. Sin un crecimiento de la población ocupada importante, eso significa que más de 270 mil personas habrían dejado de tener seguridad social.

Guayasamín expresó en su obra el drama social latinoamericano | Noticias | teleSURSobre este aspecto se mencionó que en el caso de los jóvenes se incorporaron 110 mil al mercado laboral, pero no se señalan en qué condiciones. En efecto, si bien en la población ocupada de 18 a 24 años se demuestra un aumento de aproximadamente 99 mil en el mercado laboral, en términos totales el 85% no tiene seguridad social a marzo 2022, un porcentaje superior al de mayo 2021 cuando este nivel era del 82%. En suma, en el periodo mencionado, existen 108 mil jóvenes que engrosaron las filas de jóvenes sin seguridad social. Es decir, unos se incorporaron de manera precaria sin seguro y otros dejaron de tenerlo.

Eso demuestra también que, al existir presión económica en una familia por las desigualdades, los jóvenes van al mercado laboral con la urgencia de sustentar sus hogares, por lo que los sectores empresariales aprovechan esta situación para no otorgar todos los derechos laborales y, muy probablemente, la salida de los jóvenes signifique el abandono de estudios, lo que les sitúa en una espiral de desigualdades y pobreza cuasi eterna.

Con esta evidencia, queda claro que la menor preocupación del gobierno del presidente Lasso son las desigualdades de la sociedad, a lo que se agrega la poca importancia a la producción nacional, ya que, al mencionar la eliminación de aranceles a 600 productos, son 600 productos importados que constriñen la producción nacional, lo que pone en graves aprietos a esta fuerza productiva.

Ni que decir de la alabanza a los exportadores, sin mencionar las condiciones precarias de sus

trabajadores y trabajadoras. Todos estos elementos llevan a cuestionarse qué ocurrirá con las fuerzas sociales para impedir que en el día uno del segundo año, la arremetida de la lógica de mercado se frene y que las posibilidades de interpelar las desigualdades se implanten. El primer paso es volver a hablar de ellas.

* Economista. Unidad de Análisis y Estudios de Coyuntura de Instituciones de Investigaciones Económicas, de la Universidad Central de Ecuador. Docente de la maestría de Sociología en FLACSO