Díaz Rangel: “El golpe fracasó”/ Stelling: Secuelas y cables sueltos/ Britto García: Nuestra ayuda humanitaria

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“El golpe fracasó”

  Eleazar Díaz Rangel- ÚN|

Así, en forma conclusiva, informaron el presidente Nicolás Maduro y otros altos dignatarios del gobierno que había sido derrotado el intento de golpe de estado que se venía fraguando desde hace tiempo.

Ese anuncio estaba referido al golpe que buscaba la oposición extrema en la convicción de que el cerco económico y mediático y los exagerados y permanentes alzas de precios serían suficientes para crear un insoportable grado de descontento que llevarían  al pueblo y sectores medios, con apoyo de  desprendimientos militares,  a una explosión social, la desestabilización del gobierno, y eventualmente  su derrocamiento.

Ese golpe fracasó.

Después, hace muy poco,  hubo nuevos planes a partir de las esfuerzos por introducir a la fuerza “ayuda humanitaria” y contando con un presidentico autoproclamado que ni siquiera les ha servido para un golpe “legislativo”, como los que hubo en Paraguay, Honduras y Brasil,  planes estos con mayor participación de factores externos, particularmente de Washington y Bogotá, instigadores de los hechos ocurridos hace una semana en las fronteras con Colombia y con Brasil. En este caso, los servicios de inteligencia procedieron oportunamente lo que hizo que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con la sola deserción de  cuatro efectivos de los 160 mil de la GNB, y la PNB, procedieron oportuna y certeramente y conjuraron estos nuevos intentos..

Ese golpe también fracasó.

Pero resta una opción, la intervención militar de los Estados Unidos. Reiteradamente han dicho, tanto Donald Trump como su allegados de más confianza, que esa opción no ha sido descartada. La tienen ahí en espera, e incluso han agregado a Cuba y Nicaragua. Los paraliza que la mayoría de los jefes de estado de América Latina está en desacuerdo con el uso de la fuerza. Apenas el colombiano Iván Duque la ha apoyado,  seguramente contando con las bases militares de EEUU, y sus propias fuerzas. A eso se añade que hay opiniones de oficiales estadounidenses que tienen reservas, seguros de que no será operación como las que realizaron en Grenada, Panamá o República Dominicana; aquí habrá mayor resistencia, de pueblo organizado y la fuerza armada.

Panamá 1989

 

Y para tomar en cuenta, aunque sea difícil que lo hagan en la Casablanca, una agresión militar a Venezuela encontrará la resistencia de los pueblos y sus organizaciones sociales en la región y otros países, como nunca se había visto. Además, se han producido cambios en las posiciones de varios países. Por ejemplo, la Unión Europea ha expresado su desacuerdo con el uso de la fuerza militar, y para sorpresa de muchos el Grupo de Lima no pudo aprobar en Bogotá ua resolución en armonía con sus tradicionales posturas  y también se pronunció contra el empleo de la fuerza. Hay que subrayar la consecuente posición de Rusia,que ha llegado a advertir a Washington contra una invasión a Venezuela, consciente como debe star que si cae Venezuela, América Latins regresará a su condición de patio trasero de EEUU. En tal sentido, debe destacarse la actividad de nuestra diplomacia con la Cancillería en la ONU y en otras instituciones.

Y aquí debemos tener presente dos advertencias, la de Diosdado Cabello cuando alertó hace poco en una de esas multitudinarias y emotivas concentraciones, que todavía está vigente el peligro de una invasión militar de Estados Unidos, y que el pueblo debe permanecer unido y alerta ante esas amenazas.

Y una del presidente Maduro, más amplia y más concreta, cuando llamó a “profundizar la organización para la defensa de la patria”. Exhortación, a la luz de los recientes atentados terroristas, debe extenderse a una mayor vigilancia y protección de bienes y servicios públicos.

Secuelas y cables sueltos

Maryclen Stelling|

Superada la coyuntura del 23F, se potencian otros frentes de batalla, mientras que el diálogo, la negociación, la concertación o el gran acuerdo político nacional de todos los factores de poder, parecen alejarse. Cancelada o postergada la amenaza intervencionista disfrazada de crisis humanitaria, surgen dudas y secuelas que encienden el panorama político nacional e internacional.

A nivel internacional, es imposible obviar la crisis ético-política que aqueja al Gobierno de Trump que podría obligarlo, con miras a sortearla, a profundizar medidas contra Venezuela. La supuesta ayuda humanitaria al país, alborotó el avispero de la región y dio pie a denuncias de verdaderas crisis en otros países, como la misma Colombia o Haití…naciones que aparentemente, por razones geopolíticas, no son prioridad humanitaria. El Grupo de Lima, con la participación del vicepresidente de EEUU, Mike Pence, recula y emite declaración en la que rechazan el uso de la fuerza como fórmula para superar la crisis política en Venezuela. Se dice que Pence formuló reproches a Guaidó en la cumbre de Bogotá. Por las redes se responsabiliza al Grupo “de cualquier cosa que pueda sucederle a Guaidó”. Riposta el Grupo, y denuncia que “hay serias y creíbles amenazas a la vida de Guaidó y su familia”. ¿Colgado de la brocha? Retrasa Guaidó su vuelta a la patria e inicia una conveniente gira internacional, suerte de compás de espera.

En el plano interno, no se han generado deserciones masivas de militares, la FANB no desconoce la Constitución, ni se produce un Golpe de Estado. El Gobierno realiza un interesante manejo político-simbólico del 23F que incide positivamente en el apoyo a Maduro e incremento del fervor patriótico en las bases. Contrario a lo esperado, se fortalece la comunidad político-simbólica chavista.

¿La oposición pierde su momentum? En las redes conviven el peloteo de la culpa, el derrotismo y la intención de impulsar un clima patriótico-vencedor. Guaidó ha quedado en una suerte de limbo político. ¿Cómo saldrá de allí? Y ¿cómo se dará su retorno “triunfal” a Venezuela? Se oyen amenazas desde EEUU si es detenido.

Tal panorama incide indudablemente en la construcción de la confianza, necesaria para un acercamiento y reconocimiento de las partes, iniciar el diálogo, proceder a descartar la salida violenta y dar la bienvenida a la política.

Nuestra ayuda humanitaria

Luis Britto García

Venezuela ayuda humanitariamente independizando lo que hoy son seis países, suministrando a precio vil los hidrocarburos que permiten ganar la Guerra Mundial y hacen funcionar al mundo. Desde mediados del siglo XX Venezuela se hace cargo de unos seis millones de refugiados de un país vecino, proporcionándoles gratuitamente educación, salud, seguridad social, oportunidades de trabajo y viviendas de interés social.

Apoya al mismo país vecino permitiendo que por su frontera con él se vaya en contrabando de extracción 40% de lo que Venezuela produce o importa, incluido el torrente de gasolina que mantiene la economía de aquél como primer refinador y exportador de cocaína del mundo. Desde 1998 Venezuela ayuda a las transnacionales de treinta países suscribiendo con ellos los Infames Tratados contra la Doble Tributación, por los cuales dejan de pagarnos anualmente unos 17.800 millones de dólares que nos deben en impuestos.

Venezuela auxilia desde 1970 al sector privado que intenta destruirla entregándole 695.026 millones de dólares a tasa preferencial, de los cuales 53%, unos 371.571 millones, fueron fugados del país. Ayuda Venezuela humanitariamente a empresas de maletín suministrándoles 60.000 millones de dólares a tasa preferencial para importaciones fantasmas o sobrefacturadas. Venezuela auxilia a todos los países vecinos con energía subsidiada, con la Misión Milagro, con la Escuela Latinoamericana de Medicina. Ayuda Venezuela al Bank of London depositándole 1.200 millones de dólares en lingotes de oro que los honrados banqueros se niegan a devolver.

Auxilia a Estados Unidos comprándole anticuadas y devaluadas refinerías de CITGO que los honestos estadounidenses se apropian sin pagar. Socorre Venezuela a los bondadosos acreedores de su Deuda Pública, pagándoles intereses -inflados artificialmente por calificadoras de riesgo como Moody´s o Standards & Poors- que entre 2013 y 2017 suman más de 17.000 millones de dólares a cambio de nada. Caritativamente apoya nuestro país a los promotores del bloqueo financiero dejando de percibir en razón de él 22.500 millones de dólares cada año. Ante la generosidad de Venezuela, paño de lágrimas del mundo, repugna que un rufián pretenda invadirla con paramilitares con el pretexto de entregar la limosna de dos camiones de alimentos. Venezuela hace el bien sin mirar muchas veces a quien.