¿Cuántos muertos son necesarios en Venezuela?

Marco Teruggi |

Estos 82 casos son los que han sido contabilizados en los episodios de violencia callejera convocados por los dirigentes de la derecha en los últimos cuatro años. No entra la cantidad de cuadros del chavismo asesinados en sus casas, calles, territorios, en sus cotidianos. Este 22 de abril, por ejemplo, cuatro personas le dispararon a Jacqueline Josefina Ortega. Era dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), parte del consejo comunal Francisco de Miranda y del Comité Local de Abastecimiento y Producción.

Casos similares han ocurrido decenas, ¿más?, en los últimos años. Presentados casi siempre como crímenes por intento de robo. Salvo cuando la excesiva evidencia -por quién fue la víctima o cómo ocurrió el crimen- no permite la mentira. No existe todavía un listado sistematizado disponible.

Han preparado el terreno desde hace tiempo. La infiltración de paramilitares en zonas de frontera y barriadas no es un mito. Su accionar tampoco. El lunes, por ejemplo, fueron interceptados dos sujetos con tres fusiles FAL con escudos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, tres cargadores con capacidad para 20 cartuchos, 899 cartuchos calibre 7,62x51mm, ocultos en un compartimiento secreto ubicado entre el tablero y el motor del camión en el que iban. La lista de pruebas es larga, desde jóvenes entrenados en Colombia, como Lorent Saleh, hasta campamentos enteros desmantelados, como en el estado Táchira en el mes de marzo.

Mirado desde la historia argentina se podría pensar que se está en la antesala de lo que vendría en caso de que la derecha se hiciera con el poder político. Visto desde la actualidad colombiana se puede pensar que se proyecta algo similar a lo que ahí ocurre, con un futuro engranaje de democracia formal y asesinatos sistemáticos de las fuerzas populares, como los 156 dirigentes sociales asesinados en los últimos 14 meses -sin hablar de casos como el exterminio de la Unión Patriótica en los años 80/90. La pregunta es entonces: ¿qué plan tiene la derecha para Venezuela? ¿Qué lectura tienen del acumulado chavista, su arraigo territorial, popular? ¿Cómo piensan este momento de desgaste y un hipotético gobierno con ese sujeto que no han logrado quebrar? ¿Cortar el brazo de la pulseada? ¿Cuántos muertos son necesarios?

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La derecha afirma que todo es responsabilidad del gobierno. Cada hecho de violencia, cada incendio de autobús, institución, hospital, negocio, es obra del chavismo que infiltra grupos al interior de las movilizaciones. Cada muerte ocurrió a manos del “régimen”. Así lo debatieron en la Asamblea Nacional el martes: apuntaron contra los “colectivos paramilitares armados por el gobierno”, similares a las SS nazis como lo afirmó un diputado durante la sesión. De esa manera titulan diarios en el mundo, como El País, de España: “Los colectivos siembran el terror en Venezuela”. Ellos serían los autores de los asesinatos, los fuegos, la prueba de la ruptura del Estado de derecho, el arma de la “dictadura” en la calle.

Su base social cree eso. Todo lo que escribo acá sería mentira. Están convencidos de que su dirigencia no tiene que ver con las muertes y la violencia, aun cuando se vea en un video al dirigente Freddy Guevara dirigir los grupos de choque. Los 27 muertos de este ciclo, los 43 de las guarimbas, las 11 víctimas de 2013, aún los del Golpe de Estado del 2002 -del cual niegan la misma existencia- todo es obra del chavismo. La dirigencia opositora construye una mentira a través de una arquitectura comunicacional. Su base, fundada en el odio al chavismo y el deseo de revancha, no la pone en duda.

“Como acción política, el odio no se conforma con derrotar al otro. Su voracidad lo necesita sufriente, humillado, devastado y convertido en cosa”, escribe el psicólogo Jorge Garaventa. Un opositor redactó lo siguiente: “Después que caiga este gobierno, debemos tener claro que: no es venezolano, ni tu pana, ni tu amigo, ni mucho menos tu hermano el que apoyó todo este desastre a lo largo de todos estos años, es decir no puede haber reconciliación, perdón y mucho menos consideración, los chavistas son como el cáncer, y para que jamás volvamos a llegar donde hoy nos encontramos debemos erradicar por completo esa plaga, hay que perseguirlos, buscarlos, llevarlos a campos de concentración y cámaras de gas al mejor estilo nazi”.

No se trata de toda la base social de la derecha. Sin embargo, la subjetividad que han producido a lo largo de 18 años los medios de comunicación opositores, su dirigencia, ha generado un deseo de revancha masivo, en particular entre las clases altas. Han linchado a varios chavistas en sus movilizaciones. “El odio sostiene la crueldad, que es la planificación sistemática del sufrimiento y el dolor”, escribe Alfredo Grande. Planificación, plan, ¿cuál es el que tiene la derecha?

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La derecha cree que este es el momento. Llevan movilizados desde el 6 de abril, con saldo de muertos, heridos, destrozos, ante lo cual ya han sido arrestadas 1289 personas -entre las cuales figuran también policías-. Su dirigencia convoca diariamente a nuevas acciones y su gente cree estar protagonizando una épica por la libertad, así lo dicen, escriben, es “ahora o nunca”. En el medio, la zona oscura, ocurren las muertes, los grupos entrenados que operan en el país, que buscan desatar la confrontación civil, todos los fuegos. Esto sucede generalmente de noche: comienza entonces la multiplicación de mensajes para avisar, informar, desarmar mentiras o confirmar verdades. Esta guerra tiene una de sus armas en la desinformación y el rumor.

La fuerza que tienen acumulada no se ha modificado: la cantidad de gente movilizada es similar, el llamado a las barriadas no ha tenido mayor respuesta y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no ha mostrado señales de fisura. Es insuficiente. Por eso aumenta la cantidad de víctimas. Ya lo anunció el sábado pasado el diputado opositor Henry Ramos Allup, al convocar a orar por “los muertos que seguramente habrá”. Es el escenario que necesitan construir para el inmenso armado mediático internacional. Dependen de ese frente, necesitan acelerar sus tiempos. No hay que descartar entonces ninguna acción de violencia de alto impacto internacional, real o montada.

¿Qué país quiere ejecutar la derecha? ¿Cómo piensa la pulseada? El gobierno, en particular Nicolás Maduro, ratificó que pronto tendrán lugar las elecciones a gobernadores y alcaldes. Los dirigentes opositores y su base ya no las quieren: piden elecciones generales anticipadas. El escenario está en pleno desarrollo. Cada día es una nueva confrontación mediática, callejera, que puede dejar destrozos, muertos, más deseos de venganza. ¿Cómo miden los tiempos venezolanos los Estados Unidos? Ahí puede estar una de las respuestas a estas preguntas.

@Marco_Teruggi

Foto: Xinhua/Francisco Bruzco