Con fusiles en silencio avanza en Colombia el plan de paz con el ELN

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Jorge Enrique Botero

En medio del silencio de los fusiles, el gobierno de Gustavo Petro y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) dieron un nuevo paso en la búsqueda de la paz al instalar hoy el Comité Nacional de Participación Ciudadana que nutrirá de propuestas a la mesa de diálogos creada por las partes en octubre de 2022.

La inauguración de esta instancia, en la que participarán unos 80 delegados de 30 movimientos sociales y gremios patronales, tuvo lugar 12 horas después de que entrara en vigencia un cese el fuego de seis meses pactado por la guerrilla y el gobierno durante el más reciente ciclo de negociaciones en La Habana, en junio pasado.

Sustentada en un minucioso protocolo, esta tregua entre la más antigua guerrilla de Colombia y el primer gobierno de izquierda en el país tendrá un robusto mecanismo de seguimiento y verificación a cargo de una misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual opera en todo el territorio nacional y que recibió antier la ratificación de mandato por parte del Consejo de Seguridad.

También participarán en la vigilancia del alto el fuego la Iglesia católica y las comunidades organizadas de las regiones más afectadas por el conflicto armado, de manera especial en las áreas de operación del ELN.

Durante el acto en el que se dio soplo de vida al comité de participación de la ciudadanía, realizado en el más grande recinto ferial de esta capital, Elizabeth Moreno, lideresa social de una remota zona del río San Juan, en el departamento del Chocó, declaró a La Jornada que las comunidades de su región están ilusionadas de llevar propuestas a la mesa de diálogos, aunque advirtió temores sobre el cumplimiento de la tregua vigente desde las cero horas de ayer. Creo que se debería procurar un cese al fuego multilateral, porque en nuestro departamento actúan muchas organizaciones armadas, no sólo el ELN, expuso Moreno.

En el Chocó y en otros 11 departamentos de Colombia operan –y muchas veces se enfrentan entre sí– al menos cinco organizaciones armadas al margen de la ley, algunas de origen político y las demás como paramilitares de los cárteles del narcotráfico.

FotoDurante el acto en pro de la paz, el jefe de la delegación negociadora del ELN, Pablo Beltrán, se mostró confiado en el éxito de la tregua y dijo que el silencio de los fusiles servirá de soporte a las transformaciones que se están buscando en la mesa de diálogos con el gobierno y también para que otros actores armados tomen el mismo camino.

Beltrán calificó de histórico el paso de ayer, subrayando que este esquema de participación de la sociedad civil en la construcción de un acuerdo de paz era una vieja aspiración del ELN.

El conflicto no se resuelve con un diálogo excluyente entre el gobierno y la guerrilla, puntualizó el jefe insurgente.

Aunque fue abucheado y tildado de paramilitar por una parte del numeroso público en el recinto, el dirigente gremial de los ganaderos José Félix Lafourie ratificó el compromiso de su representados con la ejecución de una reforma rural integral, uno de los asuntos que tiene pendiente el país, causa principal de los conflictos armados de seis décadas y el primer punto pactado por el gobierno del ex presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia en 2016.

Según analistas locales, ni el propio Santos, que firmó el pacto sobre tierras, ni el siguiente gobierno del ex presidente Iván Duque implementaron lo acordado en esta materia, dando pie a la extensión del conflicto armado y al comienzo de un nuevo ciclo de violencia que el actual gobierno intenta apagar con una estrategia denominada paz total.

Al intervenir en la ceremonia de hoy, el presidente Gustavo Petro calificó de revolucionarios los acuerdos de paz y señaló que van ganando, ya no en retórica sino en la capacidad vinculante

El jefe de Estado reiteró su constante llamado a conseguir un gran acuerdo nacional para sacar adelante las reformas sociales de su plataforma de gobierno y para afianzar una paz definitiva y duradera.

Aprovechó para lanzar lo que algunos llamaron jalón de orejas a los directivos del Pacto Histórico, la coalición de institutos políticos que le permitió ganar las elecciones: ¿Por qué los partidos de gobierno no se están reuniendo con los partidos de oposición para hablar del gran acuerdo nacional.

Por su parte, el jefe negociador del gobierno en los diálogos con el ELN, Otty Patiño, aseguró que “no nos levantaremos de la mesa hasta terminar el conflicto armado con el ELN”, la sesentona guerrilla que por primera pacta un cese al fuego después de más de 10 negociaciones fallidas con cinco gobiernos diferentes.

*Periodista, escritor y documentalista. Trabajó en medios escritos, radio y televisión de Colombia, fue reportero de Prensa Latina; corresponsal de La Jornada de México en Colombia e integró el equipo fundador de Telesur. Publicado en La Jornada