Caracas retoma su ritmo habitual, tras el multitudinario cierre de campaña de Chávez

Pasacalles a medio caer, volantes que tapizan las veredas, y el eco de los masivos actos de cierre es todo lo que quedaba esta mañana en Caracas de cara a los comicios presidenciales del domingo.

Telam

Caracas retomaba esta mañana su ritmo habitual, después de un jueves inusual marcado por el multitudinario cierre de campaña del presidente Hugo Chávez, que virtualmente paralizó a la capital.

Su principal adversario, Henrique Capriles Radonski, tuvo por su parte su último acto en el estado de Lara.

Sabedores de que la pulseada es compleja, Chávez y Capriles Radonski aprovecharon casi hasta el último minuto del tiempo permitido para proselitismo en sendas entrevistas por TV: el presidente en la televisión estatal y el ex gobernador de Miranda en Globovisión, probablemente el más opositor al chavismo.

Los dos tienen hoy su primera jornada de descanso desde el 1 de julio, cuando empezó la campaña, aunque deberán dedicar parte del día al menos en ajustar el operativo de fiscalización de los comicios y pulir detalles de los operativo de movilización para que militantes, seguidores y ciudadanos vayan a votar en dos días.

Las cifras de abstención son a tan punto un tema central que la televisión y la radio sí emiten, todavía, avisos institucionales del Consejo Nacional Electoral (CNE) y hasta de los mismos canales y emisoras llamando al sufragio, una campaña que parece apuntar especialmente a los jóvenes y primeros votantes, una franja tradicionalmente reacia a ir a las urnas.

La mañana sí es usada para que avance el operativo de instalación de las máquinas en los 14.025 centros electorales y operar las pruebas de conectividad en los sitios en los que no se logró hacerlo ayer, en parte por el “palo de agua” -una lluvia fuerte y repentina- que dividió la tarde.

También servirá el viernes para nuevas reuniones de coordinación y recorridas por escuelas y centros educativos de los cerca de 50 observadores electorales que integran la delegación de la Unasur, bajo la tutela de Carlos “Chacho” Alvarez, y para que avance el proceso de acreditación de periodistas llegados de todo el mundo en un número inusual respecto de anteriores contiendas.