Bukele, neonazismo 2.0: crece el escándalo por la deportación de migrantes extranjeros a El Salvador
Pablo Rodríguez
En un acto calificado como un “abierto desacato” a una orden judicial, el gobierno de Donald Trump deportó a más de 200 venezolanos a El Salvador, a pesar de que un juez federal había ordenado detener las expulsiones.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró en redes la llegada de 238 venezolanos, junto con otros 23 supuestos miembros de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), a través de un mensaje en redes sociales. “¡Uy!… demasiado tarde”, escribió Bukele, en referencia a la orden judicial que intentó frenar las deportaciones.
Los deportados fueron trasladados de inmediato al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad con capacidad para 40.000 personas, donde permanecerán “por un año”, según Bukele, aunque el plazo podría renovarse.
“Hemos enviado a dos peligrosos líderes de la MS-13 y a 21 de sus más buscados de regreso a El Salvador para que comparezcan ante la justicia. Además, como prometió @POTUS, enviamos a más de 250 extranjeros enemigos del Tren de Aragua, quienes El Salvador se comprometió a mantener en sus excelentes cárceles a un precio justo que también ahorrará dinero a nuestros contribuyentes”, aseguró por su parte el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
Un video publicado por el mandatario salvadoreño muestra a los detenidos esposados y siendo escoltados entre golpes y amenazas por agentes armados hacia autobuses blindados, que los condujeron a la temida instalación.
El Cecot, parte de la estrategia de Bukele para combatir el crimen organizado, ha sido criticado por grupos de derechos humanos, quienes denuncian maltratos y la falta de garantías para los reclusos.
Acuerdo entre EE. UU. y El Salvador
Según reportes de la agencia AP, El Salvador habría aceptado albergar a unos 300 migrantes durante un año a cambio de US$ 6 millones. “EE.UU. pagará una tarifa muy baja por ellos, pero una alta por nosotros”, comentó Bukele en tono de humor negro.
Por su parte, el gobierno estadounidense no ha proporcionado pruebas que vinculen a los deportados con el Tren de Aragua (organización desarticulada en Venezuela) o con delitos cometidos en EE. UU. Las deportaciones forman parte de la campaña de Trump contra la inmigración ilegal, una de sus principales promesas de campaña.
Venezuela recibió hasta ahora cuatro vuelos con migrantes. Dos desde Estados Unidos, otro desde México y un cuarto desde Honduras, con migrantes desde la cárcel de Guantánamo, rescatados a través de una mediación del ex presidente hondureño Mel Zelaya y la actual presidenta, Xiomara Castro. Después de analizar caso por caso, el gobierno venezolano confirmó que ninguno de los repatriados estaba ligado al mentado Tren de Aragua.

El secretario general de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica (ALBA), Jorge Arreaza rechazó la decisión de Trump, calificándola como un acto que evoca “los episodios más oscuros de la historia humana, desde la esclavitud hasta el horror de los campos de concentración nazis”.
Arreaza hizo un llamado a la comunidad internacional para que reaccione y condene lo que describió como “acciones de secuestro y tortura”. En un mensaje publicado en su canal de Telegram, el funcionario venezolano afirmó que El Salvador está siguiendo las órdenes de Washington, actuando como un gobierno “entreguista” que transgrede los derechos humanos de manera sistemática.
“El Salvador crea campos de concentración para los migrantes venezolanos y de otras nacionalidades, siguiendo las órdenes de sus amos de Washington”, escribió Arreaza. Además, advirtió que “el castillo de naipes que ha creado Bukele, más temprano que tarde, se derrumbará”, en referencia a las políticas del presidente salvadoreño.
¿Venezolanos o mexicanos?
Aunque Bukele aseguró inicialmente que los deportados encarcelados en su país eran presuntos miembros del Tren de Aragua, un video difundido por el mandatario ha generado dudas, ya que los detenidos, al ser interrogados, muestran un marcado acento mexicano, lo que ha puesto en entredicho su nacionalidad.
El video muestra la llegada de los migrantes a El Salvador, donde fueron recibidos con un fuerte despliegue de seguridad. Organizaciones de derechos humanos han expresado preocupación por el trato dado a los detenidos, denunciando violaciones a sus derechos fundamentales.