Bolsonaro exige apoyo evangélico; siguen las protestas por la destrucción amazónica
Juraima Almeida
El ultraderechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hizo saber a los líderes de las distintas iglesias evangélicas brasileñas, que dirige el país hacia donde ellos “deseen”, en un encuentro con marcados tintes electorales celebrado en el Palacio de la Alvorada, en el que incluso lloró recordando el apuñalamiento que recibió durante la campaña de 2018.
Mientras, el célebre músico brasileño Caetano Veloso lideró una movilización inédita en Brasilia contra la política medioambiental de Bolsonaro, en momentos en que diputados aliados del mandatario analizan varios proyectos controvertidos que afectan tierras indígenas. Bolsonaro aprovechó la escasez mundial de fertilizantes por la guerra de Ucrania para impulsar una ley que permitiría la minería en esas reservas.
Un día antes, miles de mujeres salieron a las calles en São Paulo, Brasilia y Río de Janeiro, en pequeños actos contra la cultura machista y los feminicidios, teñidos por el repudio al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
Él “representa todo lo que es malo para nosotras, mujeres: es retroceso, fascismo y machismo incorporado a todo lo que hace”, dijo Amalia Silva, una economista de 40 años que vive en un país donde una mujer es asesinada cada siete horas en un crimen por razones de género.
Brasil es un país en grave crisis. Este viernes 10, Bolsonaro admitió ante sus seguidores que el país va a tener problemas con el combustible, porque ha aumentado en todo el mundo. Minutos después, se anunció un aumento del 18,76 por ciento en el precio de la gasolina y del 24,93 por ciento en el diesel, lo que traerá como consecuencia inrvitable un alza inflacionaria.
El candidato de Dios
“Sería muy fácil estar del otro lado, pero como creo en Dios, si estuviese en el otro lado nosotros no seríamos los elegidos. Digo ‘nosotros’ porque la responsabilidad es de todos nosotros. Dirijo el país hacia el lado que ustedes así lo deseen”, expresó Bolsonaro en el acto con los evangelistas, que duró cerca de dos horas.
Fue tiempo suficiente para que la docena de líderes religiosos le mostraran su apoyo de cara a las próximas presidenciales previstas para octubre de este año y en las que, según los sondeos, parte en notoria desventaja con respecto a la prevista candidatura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Cerca de una treintena de pastores, obispos y líderes evangelistas participaron en una ceremonia en la que rezaron y pidieron por el presidente brasileño, quien habría “sido puesto por Dios” en el cargo y “solo Dios puede sacarle”.
Bolsonaro recibió muestras evangélicas de apoyo, mientras otros alertaron de las intenciones del Partido de los Trabajadores (PT) por volver a estar al frente del país. “¿Esta gente quiere gobernar el país? Dios nos libre. Es el imperio de la picardía y el robo, de la cultura de la corrupción”, acusó el mediático pastor Silas Malafaia.
A pesar de este apoyo, lo cierto es que la intención de voto entre los evangélicos está aún por conquistar. Se trata de un 30 % del electorado brasileño y, por lo tanto, resulta fundamental para los principales candidatos a presidente de Brasil, Bolsonaro y Lula, quien también ha hecho gestos en los últimos meses hacia este sector para lograr su apoyo. Las elecciones se realizarán el 2 de octubre, salvo alguna sorpresa golpista.
Según una última encuesta de Datafolha, el 34 % del electorado evangelista votará por Lula en las presidenciales de octubre, un punto porcentual más que los que darán su apoyo a Bolsonaro. Muy atrás quedan el exministro Sergio Moro o Ciro Gomes, el único cuya candidatura es oficial, con el 7 y el 4 %, respectivamente.
Marchas en su contra
En la Explanada de los Ministerios, frente al Congreso, miles de personas vitorearon a Caetano Veloso y a otros cantantes como Daniela Mercury y el rapero Emicida, a la vez que protestaron contra el paquete de la destrucción, en referencia a los proyectos que podrían ser votados próximamente y considerados nocivos para el medio ambiente.
Veloso leyó una carta ante el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, a quien pidió que ninguna propuesta sea sometida a votación hasta que esté alineada con lo que dice la ciencia. La movilización inédita unió a artistas y a dos centenares de organizaciones de la sociedad civil, señaló Veloso, quien cerró su intervención en el Congreso cantando el estribillo de su canción Terra, mientras el salón entero lo acompañaba.
El también icónico cantante Chico Buarque, convaleciente de una cirugía, habló por videollamada. Nadie es contrario al agronegocio en sí, pero sí contra las ganancias desenfrenadas, manifestó.
Bolsonaro es defensor de actividades extractivas en la Amazonia. Desde que asumió el cargo en 2019, impulsó en el Congreso proyectos para flexibilizar las normas medioambientales y enfrentó protestas internacionales por el aumento de la deforestación en la mayor selva tropical del mundo.
Según el diputado oficialista Ricardo Barros, es necesario acelerar esos proyecto para explotar las reservas de potasio y evitar problemas para importar fertilizantes de Rusia ante la invasión de Ucrania. El diputado Rodrigo Agostinho, coordinador del Frente Parlamentario Ambientalista, aseveró que el gobierno usa de excusa la guerra en Ucrania, pues ese proyecto busca liberar la minería ilegal y no los fertilizantes.
Brasil, uno de los principales productores de alimentos del mundo, depende de las importaciones para obtener 85 por ciento de los fertilizantes para sus cultivos de cereales, incluida casi toda (96%) la potasa que utiliza. Una cuarta parte de la demanda ha sido satisfecha por Rusia, que detuvo las exportaciones. Más de 20 por ciento de los fertilizantes que importa provienen de Rusia, que es el principal proveedor de Brasil.
El Observatorio del Clima, uno de los organizadores de la protesta, advirtió que el paquete legalizará los delitos medioambientales y Brasil se convertirá en uno de los mayores parias climáticos del mundo. Uno de los proyectos establece la tesis del marco temporal, que reconoce como tierras ancestrales sólo aquellas ocupadas por los nativos al promulgarse la Constitución de 1988.
Otros dos, cuyos críticos llaman proyectos de ley de las invasiones, buscan regularizar las ocupaciones ilegales de tierras públicas por parte madereros, mineros (garimpeiros) y explotaciones agropecuarias. Además, existe un proyecto que flexibiliza las exigencias medioambientales para emprendimientos agropecuarios y energéticos, y el uso de agrotóxicos.
A poco más de medio año para las elecciones presidenciales, el clima se va caldeando en Brasil, que no salió aún de la crisis generada por los 654 mil muertos por la pandemia del coronavirus, para quedar atrapado en un pantanal económico, fiscal, financiero, alimentario y de seguridad.
*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)