“Bibi” sigue siendo el Rey
Ana Alba – Sputnik
Netanyahu, líder del Likud, obtuvo 30 escaños en las elecciones a la Kneset (Parlamento israelí) frente a su principal rival, Isaac Herzog, líder laborista y de la Unión Sionista (coalición del Partido Laborista y Hatnua), que se quedó en 24.
El jefe del Likud lo tiene fácil para formar Gobierno, un gabinete de derecha y extrema derecha con sus principales aliados, Naftali Bennet, líder de La Casa Judía y que hasta ahora era su ministro de Economía, y Avigdor Lieberman, jefe de Israel, nuestra casa y titular de Exteriores con Netanyahu.
El primer ministro se ha beneficiado de las pérdidas de estos dos partidos, que han sufrido una fuga de votantes determinados a ejercer el llamado “voto útil” y apoyar al Netanyahu para asegurar un gobierno de derechas.
Algunas fuentes comentan que Bennett y Lieberman van a pedirle a Netanyahu ministerios importantes. El líder de Israel, nuestra casa, tiene ganas de encabezar Defensa, aunque fuentes del Likud han indicado que probablemente seguirá ocupando este cargo su actual titular, Moshe Yaalon.
Ultra-ortodoxos en el Gobierno
El primer ministro tendrá que incorporar también a los partidos religiosos ultra-ortodoxos (Shas y Judaísmo Unido de la Torá) y a Kulanu (Todos Nosotros), liderado por el ex-ministro del Likud Moshe Kahlon, si éste no se opone. Y todo apunta a que aceptará la oferta de integrar el gobierno siempre y cuando lo nombren ministro de
Atrás queda la posibilidad de un ejecutivo de unidad nacional entre el Likud y la Unión Sionista, que era la opción favorita del presidente de Israel, Reuven Rivlin, especialmente en caso de empate entre las dos primeras fuerzas.
“Parece muy poco probable ya un Gobierno de unidad nacional”, afirma Gideon Rahat, analista político de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Algunos expertos creen que los resultados electorales —con una participación del 71,8%, la más alta desde 1999- demuestran que el panorama político no ha cambiado.
“Los grandes bloques de derecha e izquierda o centro-izquierda han quedado igual, han variado internamente los escaños de los partidos”, señala Rahat, que destaca la vuelta a la dinámica de dos partidos grandes y pronostica que el futuro gobierno podría ser más estable.
“Habrá un ejecutivo de derecha más dura, con una retórica muy agresiva con los palestinos de dentro y fuera de Israel”, alerta el analista Mohammad Darawshe, director de la oenegé Givat Haviva.
Este experto considera preocupante que Netanyahu haya anunciado que si vuelve a gobernar, no habrá Estado palestino y no se cederá tierra en los territorios palestinos ocupados.
“Para los ciudadanos árabes ha sido indignante oírle advirtiendo a los judíos que votaran porque los árabes iban a votar mucho y diciendo que por él podían abstenerse. Y escuchar que en su discurso de la noche electoral se refirió a ellos como los no judíos”, lamenta Darawashe.
La participación de los árabes en estas elecciones ha sido del 70%, 13 puntos más que en el 2013 y el 87% han votado a la Lista Conjunta, que ha logrado 14 escaños y será la tercera fuerza en la Kneset.
No obstante, según Darawashe, la fuerza que ha conseguido no le servirá de mucho para obtener las mejoras deseadas para los ciudadanos árabes.
Netanyahu se apresuró a prometer en su discurso de la noche electoral mejoras en la economía, pero algunos dudan de sus intenciones “porque en seis años no ha hecho nada”, dice una activista israelí.
“Estamos desolados, impondrán la ley del Estado judío y habrá más discriminación contra los árabes, diremos adiós del todo al proceso de paz y ampliarán las colonias en Palestina”, augura.
Fuente: http://mundo.sputniknews.com/firmas/20150319/1035538521.html#ixzz3UxbHJUJc