Áspero primer debate entre Trump y Biden, un pugilato descalificador sin propuestas
Mirko C. Trudeau|
En el primer debate de los tres programados, que demostró ser más un pugilato descalificador, el presidente republicano Donald Trump intentó cambiar las tendencias de las encuestas que lo mantienen a 10 puntos por debajo del candidato presidencial demócrata Joe Biden
Estados Unidos vive una coyuntura sin precedente enmarcada entre la peor crisis de salud pública en un siglo, el descalabro económico más severo desde la Gran Depresión que generó ya millones de desempleados y estallidos sociales de protesta contra el racismo sistémico.
A ello se sumó el delicado tema del pago de impuestos del mandatario y un problema político y constitucional, dado que Trump declaró que no respetará los resultados ni el traslado pacífico del poder si pierde las elecciones del 3 de noviembre.
Sin menciones a propuestas propias, cada candidato utilizó sus minutos para acusar a su rival, interrumpirlo e incluso lanzar ataques personales. Un debate desordenado en el que, más que cara a cara, los protagonistas discutieron con el moderador,
Pero el aún presidente afirmó que nunca hubo en EEUU un gobierno que haya hecho lo que él ha logrado y advirtió que Biden y los demócratas representan una amenaza de la izquierda radical al futuro del país. Acusó a Biden de ser parte de un frente socialista, al repetir falsamente que apoyaba las posiciones de la izquierda radical dentro de su partido, y afirmar: he logrado más en 47 meses que él en 47 años.
Los análisis de tendencias electorales indican que la gran mayoría del electorado ya está decidido y no parece haber cambiado nada tras el caótico primer debate, en el que Trump provocó constantemente a Biden e incluso se negó la invitación del moderador Chris Wallece, de Fox News, de llamar a un período preelectoral pacífico.
Incluso, en su especie de reality show, Trump se negó a condenar a los grupos supremacistas blancos, a quienes alentó. “¿Este hombre es el salvador de los afroestadounidenses? Este hombre ha hecho virtualmente nada por la comunidad afroestadounidense”, dijo Biden, quien también acusó al mandatario de fomentar divisiones raciales y odio.
Biden finteó en el fuego cruzado y buscó evitar las provocaciones de Trump y se enfocó en los flancos vulnerables del presidente, incluidas las revelaciones de que ha pagado mucho menos en impuestos federales que la gran mayoría de los ciudadanos del país y atacó la credibilidad del presidente una y otra vez, y el manejo irresponsable de la pandemia.
Biden también lanzó sus ataques a la credibilidad del presidente sobre todo la pandemia. “Todo lo que dice es mentira… todos saben que es un mentiroso”, dijo. Señaló que “este hombre no sabe de lo que está hablando”, tras responsabilizarlo de miles de muertes y exigió “sal de tu club de golf y haz algo”.
También abordaron otros temas: la violencia, el crimen y las protestas en las calles, y el magnate repitió sus ataques contra la izquierda radical responsable de todo eso, y subrayó su lema de ley y orden.
El momento más preocupante fue cuando el moderador Wallace preguntó a ambos candidatos si respetarán los resultados y Trump repitió que el proceso electoral está viciado y anticipó que habrá un fraude nunca visto antes. Advirtió que podrían pasar meses antes de que se tenga un resultado verificado y dijo que “esto no va acabar bien”.
Tras rehusar la invitación de emitir un llamado a la calma civil después de las elecciones, el mandatario señaló que “Me gustaría que mis seguidores vayan a las urnas y vigilen con mucho cuidado, les insto a que lo hagan”.
Para Facebook, estas serán unas elecciones a vida o muerte y señaló que es imposible que lo de Cambridge Analytica (la manipulación de datos en las elecciones pasadas) vuelva a pasar. La red social anunció una batería de medidas para evitar un nuevo escándalo.
¿Por qué no te callas?
Frustrado por las interrupciones de Trump, Biden le espetó al presidente “¿Por qué no te callas, hombre?”. “Sigue parloteando, hombre”, agregó, mientras Trump seguía hablando y el moderador optaba por pasar página.
Cuando el moderador, Chris Wallace, le dio a Biden “la última palabra” en uno de los bloques del debate, el demócrata respondió: “Es difícil hablar con este payaso”, aunque rectificó en seguida: “Discúlpeme, persona”.
“¿A quién le gustaría que yo condenara? Proud Boys (un grupo de ultraderecha) den un paso atrás y estén preparados -continuó Trump-, pero les digo algo, les diré que alguien tiene que hacer algo con Antifa (anarquistas) y la izquierda porque esto no es un problema del ala derechista”.
Wallace fue uno de los protagonistas del debate, intentando sin demasiado éxito parar al presidente, pero fue hacia el final cuando el moderador explotó por las interrupciones de Trump a Biden. “Señor presidente, su campaña acordó que ambas partes tendrían respuestas de dos minutos. Ininterrumpidas. ¿Por qué no cumple con lo que su campaña acordó como regla básica?”, le espetó Wallace, presentador de la conservadora Fox News. “Nunca cumple su palabra”, sentenció Biden.
Trump defendió su decisión de nominar a Amy Coney Barrett para la Corte Suprema: “Ganamos la elección y eso tiene consecuencias. Tenemos el Senado, tenemos la Casa Blanca y tenemos una candidata fenomenal”. Para Biden, en cambio, es necesario esperar para llenar la banca que dejó Ruth Bader Ginsburg. “El pueblo estadounidense tiene el derecho a decir a quién quiere en la Corte. Deberíamos esperar hasta que terminen las elecciones”, sostuvo.
¿Y ahora?
Los distritos del Rust Belt, el histórico cinturón industrial de los Estados Unidos, llevaban casi dos décadas apoyando al Partido Demócrata hasta que le dieron la espalda a Bill Clinton en 2016. La campaña de Biden cree que la clave para ganar este año es lograr darlos vuelta. Todavía es muy temprano para saber si su desempeño en el debate logró convencer a la audiencia en esos estados.
La agenda de debates continuará el miércoles con el único encuentro entre Kamala Harris y Mike Pence, candidatos a la vicepresidencia. En tanto, Trump y Biden volverán a verse dos veces más antes de las elecciones: el jueves 15 de octubre en Miami, Florida, y el 22 de octubre en Nashville, Tennessee.
¿Habilitará Donald Trump una transición pacífica si pierde? ¿Tiene Biden la capacidad para encargarse del despacho más importante del país? Las dudas, sembradas de uno u otro lado, son las protagonistas de una campaña en la que no hay definiciones de ninguna parte y en la que abunda la desinformación y los golpes bajos.
*Economista del Observatorio de Estudios Macroeconómicos (Nueva York), Analista de temas de EEUU y Europa, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)