Argentina: Señales visibles de lo invisible

JUAN GUAHÁN|Cuando, en la superficie, las aguas parecían calmas la violencia cordobesa despertó a todos los argentinos. ¿Qué pasó? Que lo invisible salió por la grietas de la realidad y nos conmovió a todos. No hay una causa, son muchas y vale la pena dimensionarlas. Además se hizo pública una evaluación educativa a jóvenes de 15 por parte de un organismo internacional.

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Cuentan los viejos maquinistas que en estos días de diciembre crecen los casos de quienes “resuelven” sus problemas arrojándose al paso del tren. Buscando las razones de esta actitud no es difícil deducir que se trata de momentos en que se hacen las cuentas del año. Es probable que, cuando los resultados no satisfacen, algunos opten por esa drástica salida. Creo que todos, ante la proximidad del fin de año y estas sentidas conmemoraciones, hacemos un recuento de lo ocurrido. Algo parecido a esta análisis individual hacen los pueblos o sectores internos, como colectivos o grupos sociales. Es por eso que, desde hace algunos años, se ha vuelto una costumbre que -desde los inicios de diciembre y hasta las vísperas de las Fiestas- haya diferentes tipos de convulsiones sociales. La insatisfacción social de grupos más o menos significativos genera las condiciones para que sobre ellos se desplieguen otros conflictos. De este modo cuestiones que no estaban a la vista del gran público de repente parecen “explotar”.  Esto conmueve las raíces de la comunidad.

Una gran parte de lo que está ocurriendo, en distintos lugares del territorio nacional, tiene que ver con lo dicho. Afloran la pobreza, las deudas sociales y contradicciones que solo miramos de reojo, todo ello genera un “cóctel” peligroso. Ante la debilidad del movimiento popular este puede terminar al servicio de los peores intereses.

Esto fue lo que ocurrió en Córdoba. Allí hubo un tsunami social que dejará sus rastros por largo tiempo. Pero no solo fue Córdoba. Antes había sido Villa Gobernador Gálvez, en la periferia de Rosario. En otros lugares, como en Cipolleti y Bariloche (Río Negro), Villa Fiorito, Ingeniero Budge, San Fernando (Buenos Aires), las cosas no llegaron a mayores. Pero este último viernes los problemas se volvieron a multiplicar: Nuevamente Rosario, San Juan y otros puntos de nuestra geografía.arg saqueos cordoba

La bronca y el miedo  están instalados y es probable que nos acompañen por otro par de semanas.

En estos días esa situación se vio fortalecida por algunos fenómenos de la naturaleza (vientos, lluvias, granizos) que alcanzaron gran parte del país y que –por supuesto- se “ensañaron” con los que menos tienen. Techos volados, cortes de luz, poblaciones sin agua, con protestas que se extendieron por diferentes lugares, es el efecto práctico que se suma a lo que ya se tiene dicho. En Glew, sur del conurbano bonaerense un comerciante chino murió asfixiado en su negocio incendiado por quienes lo habían saqueado, luego de un corte motivado por la ausencia de luz y agua. Las policías de varias provincias están en rebeldía. En Catamarca ya hubo enfrentamientos entre policías y gendarmes. En San Juan no se duerme. Las debilidades de gobiernos provinciales que están a merced (en lo económico y represivo) del gobierno nacional no hacen más que agravar la situación.

 

Volviendo al fenómeno cordobés resulta interesante adentrarse en otros factores que intervinieron en esos hechos cuyo saldo material fueron, un muerto, una docena de personas con heridas graves, varias decenas con  heridas menores, cerca de dos centenares de detenidos y más de un millar de negocios saqueados y destruidos. En lo sicológico y espiritual los daños son imposibles de mensurar.

Estos “otros factores” se pueden visualizar contemplando los temas salariales, cuestiones de política interna y viejos antagonismos políticos nacionales.

No se descubre la pólvora al señalar que el detonante cordobés tuvo que ver con el acuartelamiento policial iniciado en la tarde del martes. Según las manifestaciones públicas la policía cordobesa tenía un básico de 2.600 pesos y un ingreso real de 6 mil pesos. Algunas manifestaciones periodísticas señalan que dentro de la policía se había instaurado la costumbre de recaudar “por izquierda” (drogas, sustracción de automotores, robos y hurtos, más otras “menudencias”) un monto importante que se elevaba por la vía jerárquica y que luego se “redistribuía” hasta alcanzar un monto aproximado al ingreso legal que cada policía tenía “por derecha” según la correspondiente planilla salarial. Según estas mismas fuentes ese “ingreso” habría desaparecido con el reciente cambio de la cúpula policial, motivado por sus vínculos con el narcotráfico.

Aquí entra a tallar la cuestión del narcotráfico y la política interna. Los jefes policiales desplazados, junto a sectores vinculados al tráfico de drogas, habrían decidido darle un escarmiento al gobierno. Montados en la bronca del conjunto de la policía por la reducción de sus “ingresos” habrían promovido el acuartelamiento y los primeros saqueos a través de las famosas motos que se vieron, en los inicios, rompiendo las cortinas metálicas de los negocios. Luego la bronca y situación de las barriadas populares continuarían con esa tarea que, más tarde, se masificaría, con la intervención de sectores medios y ya en el centro de la ciudad.

El gobierno provincial no imaginó la audacia y el sentido de oportunidad de quienes promovieron tales hechos. Con el gobernador ausente, las respuestas demoraron y el caos se generalizó. En ese marco, las tardías comunicaciones con funcionarios nacionales y la ausente o desdeñosa respuesta de éstos no ayudó a una solución. Los cruces entre autoridades provinciales y nacionales parecían estar guiadas más por “caprichos infantiles” que por estadistas preocupados por la suerte de sus pueblos.

La negociación final, con un básico de 8 mil pesos, abre las puertas a diferentes reclamos en Córdoba y en otros sitios del país. El básico acordado y la metodología aplicada para lograrlo señalan caminos que no son los mejores para las semanas y los tiempos venideros.

Los sucesos de Córdoba ratifican lo que se viene diciendo en el sentido que el narcotráfico ya es un protagonista que se ha instalado en la agenda política del país.

 

La Córdoba de este saqueo tiene poco que ver con la del “Cordobazo”, aquella gesta popular de 1969. No hay un interventor militar, hay un gobernador elegido por voto, pero la marginalidad y exclusión social son mucho mayores. Las fábricas automotrices, después de un período de auge, entran en un cono de sombra. Con la reducción de la demanda brasileña, hay suspensiones y despidos. Tampoco existe el movimiento y la organización popular que se ponga al frente de los reclamos.

educacion_1 Un informe internacional sobre Educación

La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) está integrada por 34 países. Allí se agrupan los de mayor desarrollo y más ricos del planeta. Su objetivo es coordinar políticas económicas y sociales, tiene su sede en París. Cada 3 años realizan las encuestas del Programa PISA, que compara el desarrollo de escuelas y sistemas educativos de diferentes países, centrándose en matemáticas, lectura y ciencia, respecto de estudiantes de 15 años. Los resultados de la última evaluación, que se realizó en el 2012, fueron dados a publicidad en esta semana

Sobre 65 países evaluados, Argentina quedó en el puesto 59, descendiendo un lugar respecto a la realizada en el 2009. De todos modos, al igual que en la anterior auditoría, dentro de la región nuestro país superó a Colombia y Perú, quedando por detrás de Chile, México, Uruguay, Costa Rica y Brasil.

Estos datos llaman la atención si tenemos presente el incremento presupuestario destinado a la educación. El volumen aplicado a este rubro (6,47% del PBI) es el más alto de la historia. El ministro de Educación, Alberto Sileoni, explica esta contradicción en el hecho que en estos años hubo un importante aumento de la matrícula, lo que puede explicar una cierta baja en la calidad, dada la incorporación de sectores que estaban excluidos, con un menor nivel inicial.

Al igual que en las mediciones sobre otros aspectos, los asiáticos (Shangai, Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur) ocupan los primeros lugares.

Los funcionarios de la OCDE, al hacer público el Informe, señalaron que los países donde estaban los estudiantes mejor evaluados se caracterizaban por la importancia que le daban a la selección de los docentes y al incentivo para que trabajen en equipo.

Respecto de los países latinoamericanos, resulta llamativo que todos los que fueron  evaluados perdieron posiciones. Ello ocurrió a pesar que en ellos hubo un importante crecimiento económico. De lo que se deduce que dicho crecimiento no fue acompañado de una mejora en el sistema educativo, lo que le pone un techo al mismo y limita las perspectivas que éste sirva para una mayor igualdad social.

Respecto de nuestro país, independientemente del válido argumento del Ministro de Educación, da la impresión que la cuestión es más compleja y el sistema educativo –particularmente en el nivel evaluado- marcha a la deriva.

De no modificarse drásticamente los rumbos la educación pública, base del conjunto del sistema y que cada día pierde terreno respecto de la privada, se corre el riesgo de una implosión. Los discursos de funcionarios y docentes respecto a la defensa del sistema público, muchas veces no parecen estar acompañados de una práctica consecuente.

Es posible que sea necesario replantear al conjunto del sistema acercando las escuelas a la familia y el territorio. Manteniendo el financiamiento estatal y una base programática común, parece que la recuperación pasa por mecanismos que den una mayor preponderancia a las familias e integrantes de la comunidad local. Ésta podría asumir funciones que hoy están en manos de lejanos funcionarios estatales.

En el marco del ejercicio de una forma de poder local adquirirían un sentido más práctico y concreto, para nuestro caso, la verificación de la evaluación de PISA en el sentido que los mejores resultados tienen que ver con la selección de docentes y el trabajo conjunto. Que la comunidad local decida sobre estos temas sería una auténtica revolución en el campo educativo.