Argentina: La decisión de Cristina, ¿maniobra genial o rendición?

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Juan Guahán-Question Latinoamérica|

El sábado 18 de mayo será recordado como una fecha demostrativa de cómo se maneja el marketing político. “Sorpresa” y “oportunidad” son dos cualidades muy  apreciadas por quienes se mueven en ese ambiente y que muy pocas veces son utilizadas con tamaña eficacia. El oleaje del impacto inicial todavía está cubriendo las arenas de la política argentina.

Pero poco a poco se consolida un debate sobre una cuestión sustancial: Se trató de una “maniobra genial” de Cristina o significó una “rendición” de la misma ante las dificultades de realizar los cambios esperados y -desde hace tiempo- prometidos. Los efectos de una y otra evaluación tendrán consecuencias diferentes sobre el futuro de la política argentina y también de la región, para el supuesto de un triunfo electoral de esta nueva fórmula.

Quienes evalúan que se trata de una “maniobra genial”, mayoritariamente adeptos al pensamiento de Cristina, entienden que –de esta manera- crecen las posibilidades que el kirchnerismo vuelva al gobierno. Ello sería así porque tiene mayores perspectivas de derrotar a Mauricio Macri o quien lo sustituya, en una eventual segunda vuelta y -al mismo tiempo- complica al “peronismo federal” que no adhiera a la proclamada candidatura y reduce los efectos de una alianza de esa fuerza con otras de signo progresista en una “Alternativa Federal”.

Entre los adherentes a esta caracterización también se desarrolla la idea que Alberto Fernández ofrece menos resistencias a la hora de acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el poder económico. También valoran su relación con el poder mediático de Clarín. Todo ello actuaría como una forma de moderación de las posiciones del cristinismo.

Los que piensan que se trata de una “rendición”, aunque muchas veces lo mascullan en voz baja y no reniegan de la necesidad de poner allí su voto, lo hacen decepcionados porque Cristina renunció a la posibilidad de avanzar –ahora- contra el sistema de poder tradicional.

En este caso no olvidan los antecedentes de Alberto Fernández, no solo junto a Domingo Cavallo, Eduardo Duhalde y Carlos Menem, sino también en sus choques dentro del propio kirchnerismo que motivara su ruptura con el mismo.

Resultado de imagen para alberto fernandez randazzo y massaTampoco olvidan que en los últimos años estuvo al servicio de Florencio Randazzo y Sergio Massa. También cuestionan aspectos de su pensamiento en materia económica. Además les preocupa la concesión hecha por Cristina al FMI y los poderes económicos al ceder la presidencia a una persona que le ha dado pruebas –a esos sectores- de ser respetuoso de sus intereses.

Ninguna de estas dos valoraciones cree en la identidad de objetivos entre ambos Fernández. Nadie se engaña. Todos ven los riesgos de esa situación en una perspectiva de mediano plazo, no lejos en el tiempo. Es obvio que la propia dinámica del ejercicio del gobierno crea las condiciones para que afloren esas diferencias frente a la evolución de la coyuntura.

Esta posibilidad se acrecienta cuando tenemos a la vista la crisis global en la que estamos envueltos y la necesidad de poner en marcha transformaciones más profundas que contemplen los dolores y necesidades de los que menos tienen.

Aquellos que creen que estamos ante una “maniobra genial” consideran que, en medio de tal evolución, Cristina dejará en manos de Alberto Fernández las difíciles y desgastantes tareas de la inmediata negociación y el mantenimiento de ciertas políticas poco simpáticas, reservándose el rol de defensora de los intereses mayoritarios y cabeza de una eventual contraofensiva del movimiento popular.Imagen relacionada

Los que están más cerca de pensar en términos de una “rendición” creen que quien ejerce el gobierno, en un país hiperpresidenciable como Argentina, lleva las de ganar porque va acumulando fuerzas que le permiten imponerse sobre otras visiones internas.

Estas consideraciones y todas las intermedias que se puedan imaginar no marginan la idea que estos antecedentes y diferencias entre quién sería la cabeza del gobierno institucional y quién tiene la representación político terminen derivando en una lucha intestina difícil de evitar y de final impredecible.

Todo ello se dará en medio de una creciente crisis nacional e internacional del modelo capitalista y de la voluntad de sectores emergentes, parte del sujeto social, que tienen la necesidad y expectativa de protagonizar un rol activo en los tiempos futuros.

Lavagna y Alternativa Federal en la cuerda floja

Ahora que el cristinismo también tiene un candidato que es aceptable para el “círculo rojo” (las fuerzas económicas y el poder financiero internacional), el interés por Roberto Lavagna y la Alternativa Federal es menor. Para ser más claros, el sistema de poder pierde una parte del atractivo que tenía hacia esos sectores.

Imagen relacionadaLa candidatura de Mauricio Macri y la proclamación de Alberto Fernández ya les dan un mayor margen de garantías. Claro está que si lograran tener un candidato “amigo” -en Alternativa Federal- con posibilidades de llegar a la segunda vuelta sus intereses estarían aún mejor resguardados.

En medio del cúmulo de definiciones no es menor el debate que dio dentro de Alternativa Federal. El mismo tiene que ver con tres cuestiones centrales: Por un lado, Roberto Lavagna que aspira la proclamación por “consenso” sin someterse a la PASO (eleciones ingternas).

esa expectativa le agrega su oposición a la incorporación de sectores como Daniel Scioli, que se desprenden del cristinismo. Por último presiona con su alianza con Margarita Stolbizer y Roberto Lifschitz, actual gobernador de Santa Fe. Todo ello hace que la situación de Lavagna esté en un punto de quiebre.

Habrá que ver si acepta las reglas de juego planteadas por los demás componentes de ese espacio: Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa o termine presentando otra fórmula, por fuera de Alternativa Federal, que debilite a todos.Resultado de imagen para Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa

Otra cuestión sin resolver es el rol de Massa, de quien desconfían que termine arreglando con la fórmula Fernández/Fernández o quiera imponer condiciones para que toda esa alianza recale en un frente único de oposición.

Por último queda el tema del sector “progresista” encarnado por Lifschitz y Stolbizer que ya le avisaron a Lavagna que son sus aliados pero que eso lo pueden revisar si decide ir por fuera de lo que se está construyendo como Alternativa Federal.

En síntesis, se trata de un espacio que, con todas las novedades producidas, no termina de cerrarse. Si Massa se aleja del mismo, crecen las posibilidades del triunfo de “los Fernández” en primera vuelta. Si este espacio se articula con todos sus protagonistas, puede llegar a pelear su llegada a segunda vuelta y en esa perspectiva es la principal valla que todavía tienen “los Fernández” para llegar a la Casa Rosada.

A tres semanas del cierre de listas, sólo florecen dudas

 Las dudas son de naturaleza distinta. Unas tienen que ver con las candidaturas en danza. La otra es si -alguna de las posibles alternativas- ayudará a, los sectores sociales que representan las posibilidades reales de cambio, para que puedan avanzar detrás de las necesidades y objetivos de las mayorías postergadas. Es decir si el sujeto social de las transformaciones sociales necesarias podrá avanzar o deberá remar contra la corriente como le ha pasado con el macrismo.

En cuanto a las candidaturas, más allá de lo dicho, quedan dudas que solo se despejarán en las próximas tres semanas. Una parte de las dudas comenzará a dilucidarse con la posición del radicalismo en el Plenario que realizará esta semana donde tendrá que optar entre distintas posibilidades.

Resultado de imagen para cambiemos se rompeEntre ellas, la perspectivas de exigir una mayor participación en la alianza Cambiemos, presentar una fórmula propia en las PASO o el quiebre que proponen los sectores más críticos a la continuidad de la coalición oficialista. De acuerdo a esos resultados y otras conversaciones se sabrá si Macri insistirá en su candidatura o aparecerán otras variantes, sin descartar acuerdos con sectores del Peronismo Federal.

La justicia sigue jugando a la “ruleta rusa”

En distintos frentes, la Justicia sigue jugando a la “ruleta rusa”. Evidentemente el sistema considerado constitucionalmente como “republicano”, con una división de poderes y una Justicia pretendidamente independiente, está en una crisis terminal. Unos pocos ejemplos dan cuenta de esa situación.

En términos políticos tenemos los hechos escandalosos de un juicio, como el de Cristina y otros funcionarios, cuando existen una serie de nulidades no resueltas. En el mismo caso, las idas y venidas de la Suprema Corte ponen en evidencia que las presiones políticas hacen mella en el máximo Tribunal.

Tampoco se puede ignorar la situación del Fiscal Carlos Stornelli, que sigue sin comparecer ante la Justicia negándose a entregar su celular, una de las pruebas que son parte de la investigación. Todo eso en un funcionario del sistema judicial que, siendo Fiscal, es clave para su funcionamiento.

Tampoco es menor la opinión de un candidato presidencial como Alberto Fernández que, confundiendo los roles del presidente en un sistema republicano como el que dice defender, adelanta que los fallos de muchas causas serán revisados.Resultado de imagen para justicia argentina corrupta

Todos estos casos, más allá de las razones que unos y otros puedan exhibir, lo que evidencian es que esta Justicia, tiene su credibilidad a la altura del suelo. A estas consideraciones, que vienen por cuestiones vinculados al poder político, se le agregan las situaciones generalizadas donde las cárceles, pobladas de jóvenes pobres, evidencian el criterio social de los fallos.

 

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)