Argentina: La culpa la tiene Charles Lynch
JUAN GUAHÁN|Charles Lynch, hijo de irlandeses, fue un agricultor de Virginia (Estados Unidos). Militante de la causa por la independencia de su país, al frente de un conglomerado ilegal de personas, ordenó el ahorcamiento de un grupo de militantes leales a la Corona Británica. Question Latinoamérica
Cuando ese hecho tomó estado público fue bautizado con el nombre de “linchamiento”, una derivación del apellido del responsable de tal suceso.
En estos días, desde Rosario y Catamarca hasta Río Negro, desde Córdoba y Mendoza a Santa Fe, desde La Rioja hasta Palermo, por diferentes territorios de nuestra geografía nacional la palabra linchamiento nos ubicó frente a una dolorosa realidad que no podemos, ni debemos, soslayar.
El linchamiento es hijo de la lapidación, la justicia por mano propia mediante el apedreo de la víctima, que aparece legitimada en el Antiguo Testamento; pero que no recibió el mismo tratamiento en el Nuevo Testamento.
La lapidación no es “el problema” es la manifestación del mismo. La razón de lo que está ocurriendo tiene variadas causas, por citar algunas podemos decir.
El cambio de valores que estamos transitando. La sociedad moderna sostenía el valor de la igualdad, la educación como un camino, el “estado de bienestar” como una garantía. Hoy las cosas no son así. El posmodernismo y la actual etapa del capitalismo no participan de esos valores. La desigualdad está aceptada, como si fuera un producto de la naturaleza.
Hoy el consumismo es el valor supremo y ocupa el centro de la sociedad. De lo qué consumimos deriva el status que tenemos y para ello hace falta dinero. Para muchos la imposibilidad de acceder a ese status, de cúspides inalcanzables, provoca un vacío (no tener un lugar en el mundo) que se intenta cubrir con las drogas.
El sistema de poder dominante, con la complicidad político-estatal, encontró allí una forma de acrecentar su poder y anestesiar la voluntad de cambio que es patrimonio de los jóvenes, principales abonados a este mecanismo de adicción. Ese nefasto circuito de nuestra cultura actual está cerrado y no será fácil, aunque es imprescindible, romper con el mismo. Narcotráfico y drogas hoy forman parte de los sistemas de poder nacional y mundial.
Publicidad y propaganda, bajo la forma de avisos o noticieros, en manos de los grandes medios son los principales instrumentos para imponer y consolidar esos valores culturales. El miedo que instalan las noticias, las quimeras de consumo que ofrecen las publicidades, integradas a la realidad cotidiana, enjaulan y enfrentan a unos y otros.
Todo ello se complementa con el sistema de premios y castigos que el sistema social dominante reparte según el status social de quien se trate. Quienes ocupan los escalones más altos son aquellos sectores que pueden “vivir”, “consumir”,” “comerciar”, entre otras cosas. Son lo que se encuentran más cerca de las fantasías publicitarias. Para ellos el Código Civil y Comercial son reglas para su vida.
También allí, los delitos y delincuentes de “guante blanco” encuentran su legalidad y justificación. Los otros, los que, producto de la injusticia reinante, han quedado atados a la pobreza y marginalidad sienten el peso de su exclusión. En la búsqueda de sus sueños en un marco donde ellos no tienen lugar, el miedo de los otros, de los que están más cerca del poder, les da destino de Código Penal y Servicios Penitenciarios. De esa manera, el sistema legal consolida lo que las estructuras económicas han producido.
Aunque sea complejo y difícil, en momentos en que reina el miedo y la venganza, es preciso encontrar otras reglas para esta sociedad. La utopía de una sociedad con lugar para todos ahora se vuelve urgente. Integrar a todos es mucho más que los actuales planes sociales, Se trata de un imprescindible cambio cultural, social y económico, para poner fin a la locura que se está desplegando ante nuestros ojos, en los últimos días.
Lo que pasa en Argentina tiene responsables, que tienen nombre y apellido, algunas veces –en esta columna- han sido citados y seguramente se lo volverá a hacer. Pero no hoy porque no se quiere entrar en esta competencia cínica e hipócrita de echarle las culpas a los demás, a lo otro o los otros, de lo que no fuimos, ni somos capaces de hacer cada uno de nosotros.
Una respuesta más justa se dio hace más de 20 siglos, la pronunció Jesús en el Monte de los Olivos cuando contuvo a una muchedumbre, dispuesta a apedrear a una mujer adúltera, con aquellas palabras que hoy deberíamos recordar: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. Cuenta el Evangelio que “al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos.
Apenas la “previa a la picadita”
En todos los asados de barrio, que se precien de tales, no solo hay una “picadita previa”, también hay una previa a esa “picadita”. Todavía no están confirmados todos los asistentes, alguno “se puede caer” a último momento y otro impensado puede aparecer. Son varios lo que están palpitando el “asadito” y seguro, pero seguro!!, que el encargado de la picadita no pudo sustraerse a la tentación de probar el salamín, no sea cuestión…
El domingo pasado hubo elecciones en la Provincia de Mendoza. Eran para concejales podían votar unas 100 mil personas en la ciudad Capital y otros 23 mil convocados en el distrito de San Carlos. Allí “no estaban todos los que son, ni son todos los que estaban”. Fue una auténtica “previa a la picadita” y los resultados allí están para quien quiera verlos.
En Mendoza –Capital- gobierna el radicalismo, allí esta fuerza consiguió unificar todos los sectores y a pesar de perder más de 15 puntos –respecto a la última elección- ganó con más del 37% de los votos. Le siguió el PRO, con eje en el viejo y tradicional Partido Demócrata “los famosos “gansos”, con el 25%; prácticamente empatados, más atrás, el Frente para la Victoria (FpV) –que gobierna la provincia- y la izquierda del FIT, ambos con algo más del 13%. Los socialistas reunieron el 5,5% y otro grupo de izquierda, el MST, poco más del 2%.
En San Carlos, Jorge Difonso, electo intendente por el Partido Demócrata y ahora incorporado a las filas del Frente Renovador que encabeza Sergio Massa, ganó en las elecciones de ese departamento, lo consiguió en una alianza que incluía al PRO y otras varias listas. Alcanzó el 34% de los sufragios. El radicalismo y el oficialismo del FpV reunieron alrededor del 18% cada uno, algo más atrás el kirchnerista Kolina, que responde a Alicia Kirchner, consiguió el 13,6%.