Argentina: El presidente no dormitaba…¡el presidente soñaba!

Juan Guahán |

Las imágenes circularon a la velocidad de internet. Ellas mostraban –el domingo pasado- al Presidente argentino, en la Plaza de Bolívar de Bogotá, con los ojos cerrados y dando la impresión de estar dormitando mientras, a un par de metros, el Presidente Gustavo Petro le tomaba juramento a su vice, Francia Márquez.

Pero ¡No! Alberto no dormitaba, estaba soñando. Escuchaba las más de 100 mil voces que cantaban: ¡Petro, amigo el pueblo está contigo! Con los ojos bien abiertos -unos segundos antes- había visto a la vice, afrodescendiente y militante ambiental, aguardar con humilde serenidad aquella ceremonia que durante décadas y décadas, siglos… sucesivas generaciones de esclavos y millones de colombianos pobres habían esperado.

(Xinhua/Jhon Paz)

Era imposible olvidarlo. La imaginación voló hacia atrás y se detuvo en aquel 10 de diciembre de 2019. Recordaba su propia asunción. Otra mujer, ésta, fuerte y poderosa (Cristina Fernández de Kirchner), le había cedido su lugar en la fórmula presidencial, a pesar de recientes encontronazos.

De un modo semejante a lo que había pasado con Pedro en el Gólgota, se juramentó públicamente que jamás… volvería a pelearse con ella. No pudo evitar que le resonara en la memoria la voz de Carlos Gardel, cantando “Hoy un juramento, mañana una traición”.

Cómo no recordar aquella frase “Comencemos por los últimos para llegar a todos”. La entusiasta aprobación de adictos, invitados y amigos, lo emocionó pero no pudo evitar que tiempo y espacio se confundieran. La distancia que marcaba la realidad con aquella promesa le taladraba a cabeza.

Ya sabía –lo que se anunciaría un par de días después- que la inflación, cuyo costo siempre recae sobre los “últimos”, superaba al mitológico número 7, para el mes de julio; el definitivo 7,4% sería la cifra más alta de los últimos 20 años.

Cuando escuchó tanta algarabía en aquella plaza colombiana se le cruzó por la cabeza aquel augurio que sostuvo convencido: Con el ahorro de los recursos aplicados al pago de los intereses de las Letras de Liquidez del Banco Central (Leliq) se haría justicia con los jubilados. Promesa incumplida.

La realidad demostró que esos intereses por un año (2020) fueron equivalentes a dos IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) de 40 mil pesos (unos 135 dólares) cada uno, beneficiando a nueve millones de personas. De allí, que gracias a las Leliq, el sistema bancario argentino es uno de los más rentables de la región.

Sabía que el Fondo Monetario Internacional (FMI) está apuntando a los haberes jubilatorios. También sabía que el reciente incremento y los “creativos” recursos de la Jefa de la Administración Nacional del Seguro Social (Anses) que, aunque no se sume al actual pedido del FMI, no alcanzan para darle dignidad a la inmensa mayoría de los jubilados y pensionados.

El gobierno ha comprendido que el mayor problema de los que no tienen trabajo estable está en la franja de argentinos que no forman parte del millón 300 mil que reciben el Potenciar Trabajo(Programa Nacional de Inclusión Socioproductiva y Desarrollo Local, que unificó a los programas Hacemos Futuro y Salario Social …. Se trata de una millonaria cantidad de desposeídos que viven de changas o trabajos informales.

En esta semana la senadora Juliana Di Tullio, cercana a la vicepresidenta Cristina, presentó un proyecto de “Refuerzo de Ingresos”, destinado a mayores de 25 años, varones –hasta 64 años- o mujeres –hasta 59 años-. El monto del beneficio -atado a la Canasta Básica Alimentaria- alcanzaría la suma de 14.401 pesos (unos 50 dólares), según la estimación para el mes de junio.

Sería administrado por la Anses e incompatible con otros programas sociales  nacionales, provinciales o municipales, como el Potenciar Trabajo, la Tarjeta Alimentar, jubilaciones y pensiones, entre otros. Según sus fundamentos, el universo que podría acceder al mismo sería de 1.647.877 personas. Esa idea es apenas un goteo que forma parte de uno de los sueños que posiblemente agobiaron al Presidente en Bogotá.

Mientras aquí esto comienza a discutirse, en el Foro Económico Mundial, conocido como Foro de Davos, donde se reúne la cúspide del poder empresarial, se da idéntico debate sobre la posibilidad de una renta o salario universal. Esto prueba que tal medida no necesariamente forma parte de las propuestas progresistas o de izquierda. Para muchos se trata del convencimiento de que “el miedo no es zonzo…”

 *Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)