Argentina: economía, buitres y continuidad “K”

270

Juaarg maximon Guahán – Question Latinoamérica

En las entrañas más profundas del gobierno, allí donde lo que se piensa apenas se susurra y pocas veces se dice, una rara sensación embarga a quienes viven esas circunstancias. Saben que bajo sus pies no hay un lecho de rosas. Las fotos sonrientes, los actos protocolares, los discursos de ocasión, nada de ello puede ocultar el malestar que los aqueja. Todos saben que se llega al último año de esta larga gestión, iniciada allá un 25 de mayo del 2003.

Todos intuyen –intuímos- que la realidad y el más alto nivel de decisión estratégica han dado su veredicto definitivo y que la continuidad no está en el horizonte inmediato.

Entonces… entonces han decidido que tienen que prepararse para terminar la actual gestión con la mayor fuerza posible y sostener las banderas que sean las más efectivas para preparar las condiciones del retorno. Saben que muchos de los que están enfrente los quieren ver de rodillas y deshilachados al momento de entregar la banda presidencial.

Esa es la disputa política en lo más alto de los que mandan y que atraviesa e influye en los conflictos, debates y problemas de estos días.
La economía transcurre en medio de dificultades, algunas macro y micro las otras. En los grandes temas, en las cuestiones macro, tenemos –como otras veces  sucedió a lo largo de nuestra historia- un acogotamiento en nuestro sector externo. Ello revela las dificultades y limitaciones de un modelo económico agro-minero exportador con un desarrollo industrial demasiado dependiente de la importación de insumos importados.

El precio de lo que importamos depende de mercados mundiales que no controlamos y nuestros ingresos varían de acuerdo a esos valores (ejemplo la soja –principal producto de exportación- que estaba en 200 dólares la tonelada (año 2002), llegó a los 600 (años 2006/13) y hoy está rondando los 350. Los valores de los insumos de nuestra industria, fundamentalmente automotriz y electrónica, muchas veces los fijan los mismos capitales que aquí los ensamblan, sus precios no siempre representan el valor real. Así es como nuestra economía –estructuralmente- depende de otros.
Los ciudadanos de a pie, los millones, padecen estos males. Se manifiesta en problemas de inflación, empleo, consumo y otras yerbas. El gobierno hace esfuerzos para resolverlo con leyes y los diferentes “Programas” que va lanzando y emitiendo dinero para evitar que la economía y el malestar colectivo se salgan de carril.

En eso estamos.

Desde el gobierno muestran la realidad del –proporcionalmente- minúsculo grupo de bonistas, los llamados “fondos buitres”, que han ahondado, con sus reclamos ante la justicia norteamericana y un “default selectivo”, nuestros problemas. En las últimas semanas, desde las usinas próximas al gobierno se ha ampliado el espectro y son “buitres” todos aquellos intereses que cuestionan y dificultan la marcha del gobierno.

Eso se puede simbolizar en el “reto” a Kevin Sullivan, encargado de negocios norteamericano a cargo de la Embajada, por entrometerse en nuestros asuntos. Es una especie de rememoración de los famosos entredichos de Perón con Braden. De hecho se ha procurado que la peleas con los “los buitres” amortigüe políticamente el impacto anímico que produce la situación económica.

Los buitres y la continuidad del modeloARG BUITRES

En el marco ya señalado, la confrontación con los “buitres” se ha constituido en la principal política de Estado. “Patria o Buitres” es la consigna en paredes y afiches que da cuenta de ello. Sobre la base de la misma se está elaborando la política internacional y las respuestas locales a la crisis económica. Sobre ese mismo eje, gira el concepto de la defensa de la soberanía nacional, como bandera que sustente un buen fin del mandato actual, la reivindicación de todo este período y la preparación de un retorno triunfal.

Evidentemente eso se engarza con las mejores tradiciones de nuestro pueblo. Tiene como contrapartida, ni más ni menos, que la realidad de una situación económica que trae problemas en la vida cotidiana de millones de argentinos.
El importante acto de “La Cámpora”, que se realizara la semana pasada en la cancha de Argentinos Juniors, se inscribe en la lógica que se viene señalando y a partir del mismo y de la presencia y discurso de Máximo Kirchner hay diversas interpretaciones. Para algunos se trató de un intento de reponer la posibilidad de la re-re de Cristina. Para otros, fue la apertura de la perspectiva para una candidatura presidencial de Máximo en las próximas elecciones. No parece que esté por esos lados la explicación central. Todo parece indicar que su lógica está preñada con otras ideas.

Se trata de demostrar que no hay continuidad sin los Kirchner gobernando, ninguno de los actuales candidatos (Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Sergio Uribarri, Julián Domínguez, Aníbal Fernández, Agustín Rossi, José Manuel de la Sota, Jorge Taiana) pueden ilusionarse con la idea de recibir la “bendición presidencial”. El liderazgo y la continuidad solo se pueden dar con Cristina y –a partir de ahora y progresivamente- Máximo.

Este kirchnerismo será “guardián” de los derechos adquiridos y la defensa de la soberanía nacional, la pelea con los “buitres” es una expresión de ello. “La Cámpora” es la principal manifestación de su fuerza política. La presidencia -2015- de cualquier otro kirchnerista significará un cierto sometimiento al liderazgo de Cristina/Máximo y –a su vez- la independencia de éstos y el aparato legislativo que controlen para actuar y criticarlo. Un gobierno de cualquier candidato de la oposición tendrá una cierta “deslegitimidad” dado que “no permitió” la participación de Cristina. Esto es lo que se dijo en el acto y todos los candidatos deberán tenerlo presente.

Viaje al Vaticano y las Naciones Unidas
arg cris y papa11La Presidenta está en Roma, en camino a la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde volverá a colocar el eje en su planteo sobre los “fondos buitres” y un nuevo mecanismo de renegociación de las deudas de países. Sobre este tema ya hay una decisión en el sentido que habiendo acuerdo con una cierta mayoría todos deben ajustarse al mismo. Obviamente también denunciará como esos fondos motorizan campañas que atentan contra la soberanía de los Estados.

En el Vaticano todo indica que las conversaciones giraron sobre dos ejes: La condena al sistema financiero y los llamados fondos buitres, sobre lo cual la posición del Vaticano ya es conocida. El otro tema habría sido la cuestión  de terminar en orden el actual mandato y garantizar lo que un vocero del Vaticano calificó como “democracia sana”.

Seguramente el Papa no dejará de procurar que la situación argentina no se desmadre aunque su mayor preocupación, como jefe de la Iglesia, está en otro lado. Hace pocos días sorprendió diciendo: “estamos viviendo la Tercera Guerra Mundial. No es de golpe, es a pedazos y es un peligro para la humanidad”. Tiempo atrás Francisco había sostenido que los jóvenes quedan fuera para que pueda tener continuidad “un sistema económico que ya no se aguanta” y que -para mantenerlo-  se generan “guerras zonales”. Ahora ha dado un paso más y ha dicho que esas “guerras zonales” son parte de la “tercera guerra mundial” y pide que paremos esa locura.