Argentina demandará a petroleras que operan Malvinas
Argentina tomará acciones en cortes locales e internacionales contra las compañías relacionadas con la exploración de hidrocarburos en las Islas Malvinas por considerar que realizan una actividad ilegal, en una medida que abarca desde petroleras hasta bancos y estudios de abogados.
Reuters
La ola de demandas profundizará las tensiones diplomáticas entre Argentina y Gran Bretaña, que han aumentado en los últimos meses de cara al trigésimo aniversario de la breve guerra que sostuvieron los dos países por el control del archipiélago atlántico en 1982.
Un grupo de pequeñas petroleras británicas está ansiosamente realizando tareas de exploración costa afuera en Las Malvinas con la intención de convertir al remoto archipiélago, que vive mayormente de la pesca y la ayuda financiera de Gran Bretaña, en un próspero productor de petróleo.
Gran Bretaña podría recibir esta década hasta 167.000 millones de dólares por impuestos y regalías si la exploración de crudo en las islas resulta exitosa.
“Vamos a llevar adelante esta causa, vamos por todos los medios a castigar, a tratar de que las leyes se apliquen, que finalmente las resoluciones de las Naciones Unidas sean respetadas y que Gran Bretaña entienda que tiene que dar cumplimientos a las resoluciones”, dijo en conferencia de prensa el canciller argentino, Héctor Timerman.
Naciones Unidas pidió a Argentina y Gran Bretaña sentarse a negociar por el diferendo en Las Malvinas. Pero, Londres ha dicho que sólo aceptará hablar de soberanía si los 3.000 residentes del archipiélago se lo solicitan, a lo que los isleños se niegan porque quieren seguir siendo británicos.
El canciller argentino agregó que el organismo internacional también prohibió la concesión de licencias de exploración petrolera hasta que no se llegue a un acuerdo sobre las islas.
Tras el anuncio, el Gobierno británico dijo que apoya el derecho de los habitantes de Malvinas a desarrollar su sector petrolero.
“La exploración de hidrocarburos es un emprendimiento comercial legítimo y el Gobierno británico apoya el derecho de los habitantes de las islas Falkland (Malvinas) a desarrollar su sector de hidrocarburos”, dijo un portavoz de la cancillería británica.
Presión jurídica
Las demandas administrativas, civiles y penales alcanzarán a las petroleras con operaciones en el archipiélago; a las compañías que les dan logística; y a aquellas que les brindan servicios financieros, jurídicos, de auditoría y de relaciones públicas, entre otros.
Las empresas que poseen licencias para la exploración petrolera en las islas son Falklands Oil & Gas, Argos Resources , Rockhopper, Desire Petroleum y Borders & Southern, dijo el canciller.
Entre las compañías de logística están DryShips Inc y su controlada Ocean Rig; la noruega AGR Group; y Diamond Offshore Drilling Inc, el quinto mayor contratista de perforación mar adentro del mundo por capitalización de mercado.
El canciller incluyó a RBS, Credit Suisse, Lloyds TSB, Morgan Stanley, Barclays, Merrill Lynch, Macquarie Investment Bank entre las entidades que prestan servicios financieros.
Rockhopper es la firma con las operaciones más avanzadas. La petrolera está explorando en el norte de Malvinas y planea comenzar a extraer petróleo a partir del 2016 de su descubrimiento Sea Lion, que se estima contiene unos 350 millones de barriles de petróleo recuperable.
Las demandas de Argentina también buscan cerrarle el acceso al financiamiento a las petroleras en las islas. Rockhopper está a la caza de un socio para venderle una participación mayoritaria en su proyecto de 2.000 millones de dólares en el archipiélago.
En su estrategia para forzar a Londres a sentarse a la mesa de negociaciones, Argentina dijo recientemente que buscará modificar un acuerdo con el Reino Unido para permitir a la estatal Aerolíneas Argentinas volar a la islas desde Buenos Aires en vez de la chilena LAN.
Las frecuencias de LAN desde territorio chileno son los únicos vuelos comerciales que arriban a las islas.
El Gobierno de la presidenta Cristina Fernández también pidió a las empresas en su país dejar de importar bienes británicos y consiguió el apoyo de la región para prohibir que barcos con bandera de Las Malvinas puedan ingresar a puertos de Sudamérica.