América Latina, banco de prueba para la moneda china

FABIANA FRAYSSINET| China puso la mira en América Latina para experimentar con su yuan, o renminbi, como nueva divisa en reemplazo del dólar, aprovechando la creciente expansión de su comercio e inversiones. Pero debido a que el volumen aún es insignificante, el impacto en las economías de la región es una incógnita.
IPS

El estallido de la crisis financiera en 2008 en Estados Unidos, que luego saltó fronteras hasta afectar hoy especialmente al mundo industrializado, llevó a China a impulsar la utilización de su moneda en las transacciones con sus principales socios, explicó el economista brasileño Rodrigo Branco. “Este cambio se debió principalmente a la necesidad de garantizar un abastecimiento continuo de las materias primas y también por la inestabilidad de las economías industrializadas”, agregó Branco, de la brasileña Fundación de Comercio Exterior.

China, que desde 2008 forma parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), incrementó su intercambio comercial con los países de América Latina y el Caribe casi 16 veces desde una década atrás hasta alcanzar el año pasado los 188.000 millones de dólares. olo con Brasil, que tiene en China a su principal inversionista y socio comercial, el intercambio llegó en 2011 a unos 77.000 millones de dólares, 37,5 por ciento más que en 2010.

En este marco “el gigante asiático se lanzó a financiar infraestructura en la región para expandir su producción y garantizar así sus fuentes de materia prima, a la vez de tratar de reducir los precios de sus importaciones”, precisó el director de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior de Brasil, economista José Augusto de Castro. En este financiamiento e incremento comercial entra en juego el yuan, nombre de la pieza de valor “1” de la moneda china y como se la conoce en el exterior, aunque su denominación oficial es renminbi.

Esa incidencia se ve, por ejemplo, en préstamos a países como Venezuela, con el que mantiene una relación estratégica, como lo expresó el presidente Hugo Chávez. Según un artículo del diario estadounidense The Wall Street Journal, los bancos estatales chinos buscan expandir sus créditos a países latinoamericanos proveedores de materias primas claves –minerales y alimentos–, estimulando el uso del yuan frente al dólar como parte de una estrategia para promover su moneda en el comercio internacional.

El Banco de Exportaciones-Importaciones de China (China Exim) negocia con el BID la creación de un fondo en yuanes, equivalentes a 1.000 millones de dólares, para iniciativas de infraestructura. Las dos instituciones firmaron un acuerdo en septiembre a través del cual el China Exim se comprometió a ofrecer hasta 200 millones de dólares para financiar el comercio entre ese país y la región, una parte en yuanes. La decisión china de fortalecer el BID muestra también, según De Castro, su interés prioritario en mejorar la infraestructura latinoamericana.

Para Branco “lo más importante de este asunto es el cambio de postura del gobierno chino, que antes no quería convertir al yuan en una moneda de circulación internacional porque su posible volatilidad haría que el país quedara de rehén de la situación económica externa”.

Efecto incógnita

“El efecto en las economías latinoamericanas de un yuan convertido en divisa internacional es aún incierto. No tenemos cómo evaluar los impactos mientras no haya un mercado ya formado y negociando la moneda libremente”, indicó Branco.

El economista recordó que China demostró interés en la región de tres formas: a través de la compra directa de minerales y productos agropecuarios de países con ventajas comparativas, como Brasil, Argentina y Chile, en la fusión o creación de empresas binacionales y en créditos y aportes de capitales, con líneas en yuanes, para financiar importaciones e infraestructuras.

“El aumento de las negociaciones en yuanes tiene como fin diversificar el riesgo respecto del dólar y del euro, ante la volatilidad de estas dos últimas monedas”, reforzó Branco. “Además de eso, el aumento en la circulación internacional de la moneda china busca la implementación de una nueva divisa, que ya está siendo negociada en mercados importantes como el de Hong Kong”, añadió.

De Castro tampoco cree que el aporte en yuanes de los nuevos créditos tenga efectos en el comercio o las políticas monetarias de la región a corto plazo, pues para que esa moneda se convierta en una divisa internacional tendrían que existir otras condiciones políticas en China. “El sistema chino es cerrado. Todos sabemos que el gobierno ajusta el tipo de cambio de acuerdo a sus intereses… Tendría que crear credibilidad internacional para que la convertibilidad de su moneda fuera aplicada en la práctica y no en la teoría”, concluyó.

El economista Mauricio Claverí, de la consultora argentina Abeceb, considera que para analizar eventuales efectos de la introducción del yuan en el comercio regional hay que remitirse a lo que ocurrió dentro del Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. “La experiencia de comercio en monedas locales entre Argentina y Brasil fue que apenas un sector muy reducido, de entre dos y 2,5 por ciento del intercambio, se hace en monedas locales”, recordó. “Pero las grandes firmas siguen usando el dólar”, añadió.

Incluso Argentina y Brasil tenían la idea de sumar a esa iniciativa a Uruguay y Chile, pero no lo hicieron y “el sistema nunca despegó, porque las empresas están muy apegadas al dólar”, dijo el experto. Pero la posible expansión del yuan en América Latina plantea otras dudas. Por ejemplo, ¿qué se haría con esa divisa?

Branco opinó que la primera utilización del yuan sería inicialmente en futuras negociaciones con la propia China. “Esa moneda podría ser utilizada como garantía de contratos en momentos en que el euro o el dólar tengan mayor volatilidad, como ha ocurrido últimamente”, sostuvo. Pero la creación de reservas en yuanes, evaluó, ocurriría en un segundo momento, después de la solidificación del mercado financiero global en esa moneda.

De Castro advirtió que, “como el yuan no es una moneda convertible, tendría dificultades de ser negociada en el mercado interno”. En el caso de Brasil, el Banco Central debería absorber los yuanes y después intentar colocarlos en el mercado internacional, lo cual implica un riesgo financiero, analizó.

Un informe del centro estadounidense de análisis Dialogo Interamericano publicado este mes indicó que China otorgó créditos por 37.000 millones de dólares a América Latina en 2010, más de lo que prestaron juntos el Banco Mundial, el BID y el banco de exportaciones e importaciones de Estados Unidos.

Más de 90 por ciento de ese monto se destinó a Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador, especialmente para financiar la compra de materias primas y para empresas con capital chino con inversiones en esos países. Países como Venezuela y Ecuador, para quienes no es fácil obtener préstamos multilaterales, se benefician particularmente con esa asistencia.

En el marco de un plan estratégico de por lo menos 20 años, China ha prestado desde 2007 a Venezuela más de 40.000 millones de dólares. El primero fue de 4.000 millones, del cual se han hecho reposiciones a un “Fondo chino-venezolano” para inversiones en infraestructura y programas sociales cuyas cifras exactas se desconocen.

En 2010 fue negociada una línea de crédito por 20.000 millones de dólares, la mitad de ellos en esta moneda y la otra en yuanes, destinada fundamentalmente a adquirir bienes y a pagar servicios a China. También las corporaciones petroleras chinas CNPC y CNOOC pusieron a disposición de la firma estatal Petróleos de Venezuela varios miles de millones de dólares para proyectos de la industria.

Las inversiones chinas en Venezuela han ido desde la producción de petróleo hasta ferrocarriles, obras de infraestructura, construcción de viviendas y plantas de ensamblaje de autos, motocicletas y teléfonos móviles, entre otras.