Alerta máxima en Francia tras un ataque racista
EDUARDO FEBBRO| Un lobo solitario, adepto de la eliminación racial, asesinó a balazos a cuatro personas, tres niños y un adulto, en la puerta de una escuela judía de la sureña localidad de Toulouse. El individuo repitió la escenografía que había empleado entre el 11 y el 15 de marzo cuando asesinó a tres soldados franceses de origen magrebí e hirió gravemente a un cuarto oriundo de las Antillas francesas.
La policía pudo determinar que el criminal usó la misma arma en los dos atentados. Según adelanta el semanario Le Point, las autoridades están buscando a tres militares franceses ligados a los grupos neonazis que pertenecían al mismo regimiento que los tres militares asesinados a sangre fría entre el jueves pasado y el domingo en la localidad de Toulouse y Montauban. El atentado de ayer es un acto de barbarie completo: a las ocho menos cinco de la mañana el individuo, a bordo de una potente moto blanca, llegó a las puertas del colegio judío Ozar Hatora de Toulouse. Disparó contra las personas que estaban en la puerta y mató a quemarropa a un profesor de religión de 30 años, a sus dos hijas de tres y seis años y a otra niña de ocho años, hija del director del colegio. Esta última víctima murió en los brazos de su padre. La matanza continuó luego dentro del colegio. El individuo ingresó al establecimiento para perseguir a los alumnos disparando hacia todas partes. Otras cinco personas resultaron heridas, entre ellas un joven de 17 años que se encuentra en estado crítico.
El carácter racial del operativo no deja lugar a dudas. El hasta ahora desconocido mató en un par de días a personas de origen magrebí, a judíos e hirió a un negro. Ayer, se trataba de eliminar a judíos sin importar que fueran niños o adultos. Matar para eliminar. El ministro francés de Interior, Claude Guéan, declaró que el “sentimiento de impunidad” del asesino “preocupa” al gobierno. La descripción hecha por los testigos y lo que muestran las imágenes de las cámaras de vigilancia dan cuenta de un hombre frío, perfectamente entrenado en el uso de las armas, exento de toda compasión. Luego de matar al profesor, su primera víctima, el hombre persiguió a la niña de seis años y la ultimó a balazos. “Disparó contra todo lo que tenía por delante”, dijo el fiscal de la República, Michel Valet. Llevaba dos armas, una calibre 11.43 y otra de 9 milímetros. La pistola de nueve milímetros se le trabó y sacó la segunda, con la que continuó la matanza. Es esa arma –la calibre 11.43– la que fue empleada en los asesinatos de los tres militares. En esos crímenes anteriores, el hombre actuó con la misma metodología y frialdad. El semanario conservador Le Point adelantó que las investigaciones se orientan hacia la participación de tres militares neonazis pertenecientes al decimoséptimo regimiento de Ingenieros paracaidistas de Montauban. En 2008, el semanario satírico Le Canard Enchaîné y otros diarios publicaron una foto en la que se veían a estos militares haciendo el saludo nazi ante una cruz gamada.
Dos de los tres militares asesinados la semana pasada pertenecían a este regimiento. El perfil de los tres soldados neonazis coincide con el retrato que surge de los testigos de los crímenes: grandes, musculosos, llenos de tatuajes y vestidos de negro. Esta no es, sin embargo, la única pista que exploran los investigadores. Con todo, las similitudes entre los asesinatos son aplastantes: la moto, el arma, las descripciones de los testigos y el hecho de que todas las víctimas tienen origen étnico y confesional distinto. El presidente francés acudió de inmediato al lugar de los hechos y lo mismo hizo el candidato socialista, François Hollande. Sarkozy decretó para hoy un minuto de silencio. “Es toda la República francesa la que está afectada por este drama abominable”, dijo.
La carnicería en el colegio de Toulouse interrumpió la campaña electoral para las elecciones presidenciales del próximo 22 de abril y 6 de mayo. La campaña entraba ayer en su fase oficial con la lista final de los diez candidatos. Sarkozy y Hollande cancelaron sus actos de campaña y ésta recién recomenzará mañana, después de que se celebren los funerales de los tres soldados asesinados en Toulouse y Montauban.
Francia quedó en alerta máxima. El asesino sigue suelto. Anoche, varios miles de personas se aunaron en una marcha en París desde la Plaza de la República hasta la Plaza de la Bastilla. Los siete asesinatos provocaron una honda sensación de horror y una unión nacional. Los crímenes se produjeron en un clima exacerbado por la campaña electoral. Los extranjeros han sido objeto de incontables ataques por parte de candidatos como la ultraderechista Marine Le Pen y autoridades del Estado. El gesto de un loco llama a la prudencia y a evitar interpretaciones rápidas y abusivas. La demencia racial es un signo de estos tiempos, cualquiera sea el continente. Los integristas de todas las confesiones siempre buscan el mismo final: la desintegración.
*Periodista de Página 12, desde París