Adiós a un imprescindible: Alfredo Molano

La madrugada de este jueves 31 de octubre falleció en Bogotá, a los 75 años de dad y víctima de un cáncer, el periodista, sociólogo y  agudo estudioso del conflicto armado colombiano Alfredo Molano. A Alfredo lo conocí por el 1974, cuando fui a Bogotá a editar la Enciclopedia del Humor Latinoamericano.

Muchos años después nos reencontramos en Caracas y lo invitamos a narrar la epopeya del pueblo colombiano en Telesur. Alfredo pasó buena parte de su vida recorriendo su país, a lomo de mula, a pie o en el auto de algún compañero, y contó la historia de su Colombia ignorada en 27 libros.Resultado de imagen para alfredo molano

Las historias del país real, del país rural, del campesino y las campesinas, de los indígenas que han sufrido los embates de la guerra debían llegar a todos los latinoamericanos (o al menos intentarlo).

No estaba en Bogotá la última vez que pasé por allí. Hoy solo pienso en que no habrá más largas conversaciones con quien tanto me (nos) enseñó sobre Colombia. Se nos fue un grande del periodismo, un imprescindible. Aram Aharonian

Quien era Alfredo Molano

Por su trayectoria y gran conocimiento del conflicto armado colombiano, fue designado Comisionado de la Verdad, para contar la verdad de lo que sucedió en la Orinoquia.

Dedicó gran parte de su vida a recorrer su país, muchas veces a lomo de mula o a pie, y creó una obra única que, en más de 20 libros, cuenta la historia de una Colombia muchas veces ignorada: el país rural, campesino e indígena que ha sufrido los embates de la guerra.

Un hombre que a través de su prosa les permitió a sus lectores conocer las entrañas del conflicto armando.

Resultado de imagen para alfredo molanoMolano se había desempeñado desde hace más de un año como uno de los 11 comisionados de la Verdad, para realizar un informe que se entregaría al país en tres años sobre qué sucedió durante la guerra. En este cargo estaba al frente del esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición en la región de la Orinoquia, es decir, en los departamentos de Meta, Caquetá, Guaviare, Casanare, Vichada, Vaupés y Guainía.

Estudió Sociología en la Universidad Nacional. Sus relatos han atravesado la espesa selva del Guaviare, las infinitas llanuras de la Orinoquía y los muros de las cárceles donde mulas y narcotraficantes colombianos purgan sus condenas. Ha sido de los pocos escritores del país que dedicó su vida a pasear por las zonas más alejadas.

También conoció de cerca y estudió en profundidad los orígenes de las Farc como una guerrilla campesina liberal, en el sur del Tolima. Su entendimiento por los problemas sociales colombianos lo llevaron a la academia, pero también a los medios de comunicación. Cromos, Alternativa, Semana y Economía colombiana y El Espectador, donde fue un columnista excepcional hasta que asumió su labor como comisionado, son solo algunos de ellos.

Resultado de imagen para alfredo molanoPor su labor, Molano también obtuvo el Premio de Periodismo Simón Bolívar, el Premio Nacional del Libro de Colcultura y el Premio a la Excelencia Nacional en Ciencias Humanas, de la Academia de Ciencias Geográficas, por una vida dedicada a la investigación y a la difusión de aspectos esenciales de la realidad colombiana.

Cuando ganó el premio Simón Bolívar a Vida y Obra, el jurado llegó a una misma conclusión: cuando los hechos y protagonistas de hoy sólo sean memoria, todo aquel que quiera conocer lo que sucedió en Colombia desde mediados del siglo XX al presente tendrá que leer al sociólogo, periodista y escritor Alfredo Molano Bravo. Sus 27 libros, centenares de crónicas, reportajes, documentales y columnas de opinión, realizados a lo largo de los últimos 50 años.

En una tradicional familia de abogados y comerciantes, Molano se abrió paso en la Universidad Nacional para estudiar sociología, donde aprendió de tres maestros tres lecciones: ‘de Orlando Fals, el país real; de Camilo Torres, el país posible, y de Eduardo Umaña, la ética’.

Al concluir sus estudios universitarios, el médico y defensor de derechos humanos Héctor Resultado de imagen para alfredo molanoAbad Gómez lo invitó a trabajar en la región del Alto Sinú, entre Córdoba y Sucre, y allí, en contacto con los campesinos y su resistencia por la tierra, entendió que ese era su destino.

Molano viajó a Francia como becario en La Sorbona y permaneció hasta 1977, tuvo que aplazar 40 años su título de doctorado por discrepancias con la academia respecto a sus métodos. Así que se dedicó a lo que mejor supo hacer: ir por las zonas rurales del país, dialogando con los campesinos, los pueblos indígenas y protagonistas del conflicto armado.

Fue así como empezaron a nacer sus libros: Los bombardeos de El Pato, en 1980; Los años del tropel, en 1985; Selva adentro, en 1987, y así sucesivamente, hasta consolidar una obra que todo colombiano debería conocer en detalle. Al mismo tiempo arrancó en el periodismo y desde entonces El Espectador fue su casa. Primero en el Magazín Dominical, después como cronista, autor de reportajes y columnista de opinión.

Ni siquiera entre 1998 y 2006, cuando se vio forzado a vivir en el exilio por las amenazas del paramilitarismo, especialmente de la casa Castaño, detuvo su intensa producción bibliográfica y periodística. Cuando retornó del todo al país, ya tenía listo un cronograma para seguir desentrañando a Colombia.

Imagen relacionadaEn su trabajo recorrió los municipios más alejados y olvidados por el Estado, golpeados por un conflicto que ha dejado cicatrices sociales después de 50 años. Él escuchaba a la gente atento, con la prudencia y la sabiduría de quien conoce las desigualdades sociales en este país. Sin importar las horas de carretera y el duro calor, a sus 75 años seguía recorriendo su país, recogiendo los testimonios de vida y resistencia de las comunidades.

“Fue la grabadora ambulante de todas las periferias colombianas. Le narró al país los territorios olvidados y atravesados por la violencia. Se le va a extrañar mucho en estos tiempos de memoria y verdad”, señaló el exdirector del Centro Nacional de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez,

“En cien años los libros del Alfredo serán la referencia de ese mundo doloroso de terratenientes, guerrillas, paramilitares y campesinos generosos y rebeldes”, escribió  León Valencia.  Gracias maestro y amigo Alfredo Molano por ser el tejedor de sueños y palabras de hombres y mujeres del campo profundo que conocimos de tu mano”, agregó Jesús  Abad.