Acnur detalla la pavorosa realidad de los niños sirios refugiados

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La mitad de los 2,2 millones de refugiados sirios son niños, cerca de la mitad de ellos no pueden ir a la escuela pues deben trabajar para sobrevivir y miles cruzaron la frontera sin sus padres por lo que viven en completa soledad, advierte un informe de Naciones Unidas publicado hoy.

Télam

El informe titulado “El futuro de Siria: niños refugiados en crisis”, elaborado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), analiza a fondo la situación de los menores refugiados en Líbano y Jordania, donde están 660.000 de los 1,1 millones de niños sirios refugiados registrados.

El estudio describe una realidad alarmante, protagonizada por los menores víctimas del conflicto armado en Siria, donde un grupo  heterogéneo de milicias rebeldes busca derrocar al presidente Bashar Al Assad desde comienzos de 2011 en enfrentamientos que costaron la vida a más de 100.000 personas según datos de la ONU.

“Casi uno de cada dos hogares de refugiados encuestados dependen en parte o en su totalidad de los ingresos generados por un niño”, señaló el director de protección internacional del ACNUR, Volker Turk, que explicó que esto ocurre porque los padres de los menores fueron asesinados o se encuentran detenidos.

“Soledad, inseguridad y aislamiento son los principales traumas que atraviesan estos niños separados de su familia”, señala el informe de ACNUR al abordar los traumas de los menores que vieron el asesinato de uno a ambos padres y luego debieron enterrar sus cuerpos.

El estudio recoge los testimonios de 270 niños y constata las “cicatrices físicas y emocionales” que están sufriendo.

Unos 3.700 niños sirios viven como refugiados en Líbano y Jordania sin ninguno de sus padres, y muchos debieron cruzar la frontera totalmente solos, sin la compañía de ningún adulto, agrega el documento disponible en la página web del organismo (http://unhcr.org/FutureOfSyria).

Las principales razones por las que huyen solos son el fallecimiento de sus progenitores, que éstos han sido detenidos por fuerzas gubernamentales o rebeldes en la zona de conflicto, o porque sus padres son enviados a los países vecinos para evitar que sean reclutados por estos grupos armados.

Además, unas 70.000 familias sirias refugiadas en estos países perdieron a la figura paterna o cabeza de familia, lo que ha obligado a trabajar a niños de hasta siete años, “durante largas horas y por poco dinero”.

El 29 % de los niños entrevistados dijo que en ese tránsito a los países vecinos tuvo que cambiar de hogar al menos una vez por semana.

Todo esta dramática realidad por el éxodo, agrega el informe, les provoca episodios de ira, ataques de pánico o desconfianza, y heridas de guerra a su llegada a los campos de refugiados.

En el Líbano, en los primeros seis meses del año 741 niños refugiados fueron ingresados en hospitales por heridas de guerra; mientras que en el campamento de Za`atri de Jordania más de 1.000 fueron tratados por estas lesiones en el último año.

Durante las entrevistas muchos menores expresaron su deseo de “volver a Siria para luchar”, detalla el informe.

Sobre el acceso a la educación, el informe muestra que hay más niños sirios fuera de la escuela que dentro, situación especialmente grave en Líbano, donde sólo recibe clases un 20% de los 270.000 sirios en edad escolar, cifra que para finales de año excederá la de niños libaneses que acuden a la escuela pública.

Más de la mitad de los niños sirios en Jordania, en tanto, no están registrados en el sistema escolar del país, que acoge a más de 83.000 refugiados, mientras la situación de refugio dispara otro precupante síntoma: la gran cantidad de bebés nacidos en el exilio sin actas de nacimiento, un documento esencial para que no sean considerados apátridas.

En el Líbano, el 77 % de los 781 bebés nacidos en el exilio no cuentan con un certificado de nacimiento oficial; mientras que en Za`atri (Jordania), unos 1.400 nacidos entre noviembre de 2012 y julio de 2013 no recibieron este documento.

El conflicto sirio ha provocado el mayor éxodo de población conocido hasta la fecha, unos 2,2 millones de refugiados, de los que más de la mitad son menores y el 75 % de éstos tiene menos de 12 años.