Crece el escándalo por la deportación de migrantes venezolanos a El Salvador
Pablo Rodríguez
En un acto calificado como un «abierto desacato» a una orden judicial, el gobierno de Donald Trump deportó a más de 200 migrantes venezolanos a El Salvador, a pesar de que un juez federal había ordenado detener las expulsiones.
Venezuela expresó su rechazo categórico a la reciente proclama del gobierno de los Estados Unidos, calificándola como una medida anacrónica, violatoria de los derechos humanos e ilegal, dirigida a criminalizar a los migrantes venezolanos. El canciller Yván Gil, denunció que esta acción constituye un «acto infame e injusto», evocando episodios oscuros de la historia de la humanidad, como la esclavitud.
“Denunciamos de forma energética que nuestros compatriotas en Estados Unidos están siendo sometidos a persecución en sus lugares de trabajo, colegios, iglesias, hospitales y espacios públicos», dice el comunicado, que reafirmó el compromiso de la gestión con la defensa de los derechos de sus ciudadanos en el exterior y condenó cualquier política que atente contra la dignidad y el bienestar de los migrantes. Este pronunciamiento subraya la necesidad de promover un enfoque humanitario y respetuoso hacia la migración en el ámbito internacional.
“Hemos enviado a dos peligrosos líderes de la MS-13 y a 21 de sus más buscados de regreso a El Salvador para que comparezcan ante la justicia. Además, como prometió @POTUS, enviamos a más de 250 extranjeros enemigos del Tren de Aragua, quienes El Salvador se comprometió a mantener en sus excelentes cárceles a un precio justo que también ahorrará dinero a nuestros contribuyentes”, aseguró por su parte el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
El Cecot, parte de la estrategia de Bukele para combatir el crimen organizado, ha sido criticado por grupos de derechos humanos, quienes denuncian maltratos y la falta de garantías para los reclusos.
Pese a la prohibición, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, anunciaron al unísono en redes sociales la decisión de Trump de deportar a decenas de presos venezolanos. Estados Unidos pagará a El Salvador seis millones de dólares por encarcelar durante un año a estos presos.
“El Salvador se ha comprometido a mantenerlos en sus excelentes cárceles a un precio justo, lo cual también ahorrará dinero a nuestros contribuyentes», afirmó Rubio, quien describió a los expulsados como “extranjeros enemigos», antes de agradecer la contribución del presidente salvadoreño, Nayib Bukele, “el líder más fuerte en el tema de seguridad de nuestra región y un gran amigo”.
Mientras, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró en redes la llegada de 238 venezolanos, junto con otros 23 supuestos miembros de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), a través de un mensaje en redes sociales. «¡Uy!… demasiado tarde», escribió Bukele, en referencia a la orden judicial que intentó frenar las deportaciones.
Los deportados fueron trasladados de inmediato al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad con capacidad para 40.000 personas, donde permanecerán «por un año», según Bukele, aunque el plazo podría renovarse.
«Hemos enviado a dos peligrosos líderes de la MS-13 y a 21 de sus más buscados de regreso a El Salvador para que comparezcan ante la justicia. Además, como prometió @POTUS, enviamos a más de 250 extranjeros enemigos del Tren de Aragua, quienes El Salvador se comprometió a mantener en sus excelentes cárceles a un precio justo que también ahorrará dinero a nuestros contribuyentes», aseguró por su parte el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
Un video publicado por el mandatario salvadoreño muestra a los detenidos esposados y siendo escoltados entre golpes y amenazas por agentes armados hacia autobuses blindados, que los condujeron a la temida instalación.
El Cecot, parte de la estrategia de Bukele para combatir el crimen organizado, ha sido criticado por grupos de derechos humanos, quienes denuncian maltratos y la falta de garantías para los reclusos.

Acuerdo entre EE. UU. y El Salvador
Según reportes de la agencia AP, El Salvador habría aceptado albergar a unos 300 migrantes durante un año a cambio de US$ 6 millones. «EE.UU. pagará una tarifa muy baja por ellos, pero una alta por nosotros», comentó Bukele en tono de humor negro.
Por su parte, el gobierno estadounidense no ha proporcionado pruebas que vinculen a los deportados con el Tren de Aragua (organización desarticulada en Venezuela) o con delitos cometidos en EE. UU. Las deportaciones forman parte de la campaña de Trump contra la inmigración ilegal, una de sus principales promesas de campaña.
Venezuela recibió hasta ahora cuatro vuelos con migrantes. Dos desde Estados Unidos, otro desde México y un cuarto desde Honduras, con migrantes desde la cárcel de Guantánamo, rescatados a través de una mediación del ex presidente hondureño Mel Zelaya y la actual presidenta, Xiomara Castro. Después de analizar caso por caso, el gobierno venezolano confirmó que ninguno de los repatriados estaba ligado al mentado Tren de Aragua.