Con apoyo turco, derrocan al presidente sirio Bashar al Assad
Maxime Doucrot
Las fuerzas rebeldes de Siria encabezadas por el grupo yihadista Organismo de Liberación del Levante han anunciado este domingo la caída de la capital del país, Damasco, tras una ofensiva relámpago de apenas doce días, que provocó el colapso del régimen del presidente Bashar al Asad, cuya familia llevaba en el poder desde 1971.
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Con la caída de Al Assad, ahora todos los países de Medio Oriente son estados confesionales de iure o de facto, lo que no augura nada bueno para la tolerancia y la vigencia de los derechos humanos. La única excepción es Líbano, donde la correlación de fuerzas ha mantenido la coexistencia de hasta 18 credos, aunque con deplorables episodios de violencia sectaria.
La instalación de un régimen títere de Occidente, encabezado por los millonarios, activistas, conspiradores y vendedores de humo que viven exilios dorados en EEUU, Reino Unido y la Unión Europea convertiría a Siria en una cuña más de esas potencias en la región, a semejanza de Israel, sin dudas un riesgo para la soberanía de todos sus vecinos, que podría desembocar en el sometimiento de la región a un sistema neocolonial, como Washington, Londres, Tel Aviv -entre otros- anhelaron por décadas.
La ofensiva relámpago fue comandada por combatientes pro turcos encabezados por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS), cuyo líder, Abu Mohammad al Jolani, pidió a sus tropas que abandonen las instituciones estatales sin causar daños y afirmó que permanecerán por ahora bajo la supervisión del primer ministro sirio, Mohammed Ghazi Jalali.
Al Golani, de 42 años, lideró durante 12 años una filial de Al Qaeda en Siria, llamada Frente Nusra, pero se distanció de esa organización en un intento de ganarse a los gobiernos internacionales y a las minorías religiosas y étnicas del país al presentarse como un defensor del pluralismo y la tolerancia. Pero Washington etiquetó al nuevo grupo como organización terrorista y estableció una recompensa de 10 millones de dólares por su líder.
Además de Damasco, también se confirmó la caída en manos de los rebeldes de la ciudad de Homs, al norte de la capital y la toma del control de Deir al Zur, en el este del país y controlada hasta ahora por fuerzas kurdosirias. La toma de la capital se ha hecho con relativa calma y con pedidos por todas las partes para preservar la tranquilidad, evitar la violencia y “venganzas”.
Los insurgentes irrumpieron este domingo en la televisión oficial siria y anunciaron que han “liberado” la ciudad de Damasco, ha “caído el tirano Bashar al Asad” y han “liberado a todos los oprimidos de las prisiones del régimen”, entre ellas la militar de Saydnaya, lo que fue saludado por los rebeldes como “el momento de regresar a casa y el momento de la libertad después de décadas de opresión y sufrimiento”.
Sólo quedarían en principio fuera del control de la insurgencia las provincias costeras de Tartús y Latakia, la primera el centro principal de poder de la familia Al Asad -dominada por la minoría religiosa alauita- y la segunda dónde se encuentran las principales bases militares rusas.
El primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, se ha ofrecido a colaborar con los insurgentes. “Este asunto lo abordará cualquier liderazgo que elija el pueblo sirio, y estamos dispuestos a cooperar con ella para ofrecer todo tipo de facilidades y para entregar (transferir) los expedientes gubernamentales sin problemas y de forma sistemática para preservar las instituciones del Estado”, afirmó en un vídeo grabado en vertical y de más de tres minutos.
El director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, Rami Abdulrahman, aseguró que es un “día de la libertad para el pueblo sirio después del fin de 54 años de gobierno de la familia Asad en Siria”.
Rusia anunció que al Asad había “dimitido de su cargo” y abandonado Siria. “Tras las negociaciones entre Bashar al Asad y varios participantes en el conflicto armado en el territorio de Siria, decidió dimitir de su cargo presidencial y abandonó el país con instrucciones de llevar a cabo la transferencia del poder de forma pacífica”, dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Abu Mohamed al Jolani, líder islamista de la coalición insurgente que ha arrebatado a Al Asad la capital Damasco, ha proclamado hoy la victoria. Al Jolani lidera la coalición insurgente encabezada por el Organismo de Liberación del Levante, que se escindió en 2016 del Frente al Nusra, la filial siria de Al Qaeda, que inició el 27 de noviembre la ofebsiva contra el gobierno de Al Asad.
El director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, Rami Abdulrahman, ha asegurado que es un “día de la libertad para el pueblo sirio después del fin de 54 años de gobierno de la familia Asad en Siria”.
Hadi Al Bahra, presidente del máximo órgano político de la oposición siria en el exilio, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), aseguró que “continúa trabajando para completar la transferencia del poder a un órgano de gobierno de transición con plenos poderes ejecutivos, para lograr una Siria libre, democrática y pluralista”, y, pidió a la población permanecer en sus casas.
Los únicos ganadores en el desenlace del conflicto que inició en 2011 y que parecía congelado desde 2016 son Occidente, parecen ser el régimen genocida de Benjamin Netanyahu y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan
Lo más llamativo es el desmoronamiento súbito del ejército sirio, cuando parecía fortalecido por años de relativa estabilidad de los frentes, control sobre las principales ciudades y baja intensidad de los combates intermitentes.
La rapidez con que se ha desvanecido el gobierno, sin que sus tropas e esforzaran por sostenerlo, obliga a preguntarse si hubo una traición de los altos mandos, convenios secretos entre las partes, una insólita ineptitud de las agencias de inteligencia que no supieron –o no informaron– nada sobre los preparativos para un alzamiento de estas dimensiones, una corrosión silenciosa pero inexorable del régimen o una combinación de varios de tales factores.
Mientras, EEUU e Israel
La Casa Blanca publicó una breve declaración tras los hechos, mientras el asesor de seguridad nacional de Washington, Jake Sullivan, afirmó que Estados Unidos quiere garantizar que los combates en Siria no conduzcan a un resurgimiento de Estado Islámico o a una catástrofe humanitaria.
El Ejército israelí anunció este domingo que ha desplegado tropas dentro del área desmilitarizada de los Altos del Golán ocupados, en la frontera con Siria, así como “en otros lugares necesarios para su seguridad”, tras la caída del régimen de Bashar al Asad.
“En una evaluación de la situación tras los recientes acontecimientos en Siria, incluida la entrada de personal armado en la zona de amortiguación, las Fuerzas de Defensa de Israel han desplegado tropas en la zona de amortiguación y en otros lugares necesarios para su defensa, para garantizar la seguridad de las comunidades de los Altos del Golán y de los ciudadanos de Israel”, indicó un comunicado castrense.
El mensaje llega poco después de que la red de activistas Daraa24 asegurase que las fuerzas israelíes han entrado en la ciudad siria de Al Baaz, después de que “individuos desconocidos abrieron fuego contra una patrulla” en los Altos del Golán.”Enfatizamos que el Ejército israelí no está interfiriendo en los acontecimientos internos en Siria”, indicaron las fuerzas en un breve comunicado, tras la caída del régimen de Damasco.
Mientras, el presidente electo de EEUU, Donald Trump, aseguró este domingo desde París que el hasta ahora mandatario sirio, Bashar al Asad, ha huido de su país porque su aliado, el presidente ruso, Vladimir Putin, ya “no está interesado en protegerlo”.
“Asad se ha ido. Ha huido de su país. Su protector, Rusia, liderada por Vladimir Putin, ya no estaba interesada en protegerlo. No había ninguna razón para que Rusia estuviera allí en primer lugar. Perdieron todo interés en Siria debido a Ucrania, donde cerca de 600.000 soldados rusos yacen heridos o muertos, en una guerra que nunca debió haber comenzado”, escribió Trump en su red social Truth Social.
Señaló que el mundo se está volviendo un poco loco, y aseguró que Estados Unidos debería evitar involucrarse militarmente en Siria, “Esta no es nuestra lucha”, declaró. “Siria es un desastre, pero no es nuestro amigo, y EEUU no debe tener nada que ver con ello”, dijo antes de su reunión con el mandatario francés, Emmanuel Macron, y señaló que Bashar al Assad no merecía el apoyo estadounidense para mantenerse en el poder.
Trump relacionó directamente la caída de Al Asad, apoyado por Irán y Rusia, con la guerra en Ucrania, que ha obligado a Moscú a reducir su presencia militar en Siria, donde se instalaron cuando comenzó la guerra en 2011.”Rusia e Irán están muy debilitados en este momento, uno por Ucrania y una mala economía, y el otro por Israel y sus éxitos militares”, dijo Trump, quien asumirá el 20 de enero con la promesa de “frenar guerras”.
*Analista francesa, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)