Brasil: El ministro de Defensa, un ventrílocuo de los militares

(Xinhua/Lucio Tavora)
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Jeferson Miola 

En un discurso ideologizado ofrecido en un acto en la Confederación Nacional de la Industria (CNI) el 8 de octubre, el ministro de Defensa, José Múcio Monteiro, disparó ataques y críticas al gobierno y entre ellos enfrentó directamente a la autoridad del Presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Mucio criticó la posición diplomática brasileña con respecto al holocauto en Gaza y la guerra en Ucrania. Se quejó de que “la cuestión diplomática interfiere con la defensa”, como si la definición de la estrategia de defensa nacional debiera ser prerrogativa de los militares, no una asignación de poder político y de la sociedad civil con expertos civiles en la zona.

Ejemplificó que ahora hubo una competencia, una licitación, vencieron los judíos, el pueblo de Israel [sic] ha vencido. “Pero por cuestionesn de la guerra, por Hamas, por los grupos políticos, estamos con la oferta lista, pero para cuestiones ideológicas no podemos aprobarla.”, dijo

El ministro también acusó que por «diplomático» las Fuerzas Armadas no pudieron llevar a cabo un gran negocio de venta de municiones a Alemania, “porque si no el alemán [sic] lo enviará a Ucrania y Ucrania la usará contra Rusia y Rusia jugará con nuestros acuerdos de fertilizantes”.

Lula con Monteiro, en un acto oficial en Brasilia. (Xinhua/Lucio Tavora)

Mucio también culpó al área económica del gobierno. Dijo que «no tenemos una previsibilidad presupuestaria», por lo que el país no puede hacer inversiones en defensa, y acusó al gobierno de reducir el 47% de las inversiones de las Fuerzas Armadas “por componentes ideológicos, por quejas políticas, por variaciones programáticas”.

Esta declaración, además de inversosimil, esconde el bajo patrón histórico de inversiones en la modernización y perfeccionamiento de las Fuerzas Armadas porque casi el 90% del presupuesto está destinado a pagar al personal:la partida más grande es para el  pago de “la familia militar”en la reserva y las indecentes pensiones vitalicias, que incluso benefician a las hijas de personal militar de por vida, dejando menos del 5% del presupuesto para inversiones en tecnologías, equipo y capacidad de defensa.

En el discurso, el ministro no se olvidó de atacar la Constitución brasileña. En su opinión, la Constitución prohíbe, «por razones ideológicas», la explotación de potasio,   -pretendida, presumiblemente, por grupos multinacionales en asociación con los militares,-que está bajo la tierra de los indios [sic].

Mucio también agredió la historia del país. Dijo: «Si muchas personas adeudan a las Fuerzas Armadas el golpe de 1964, tuvieron que haber confiado en las Fuerzas Armadas que no hubo golpe de Estado en 2023. Fueron las fuerzas armadas las que preservaron y aseguraron nuestra democracia y el sistema político”.

El presidente Lula da Silva, la primera dama brasileña, Rosangela da Silva (2-i), y el ministro de Defensa brasileño, José Múcio Monteiro (d), en un acto oficial en Brasilia. (Xinhua/Lucio Tavora)

Este enfoque sobre heroísmo militar en el salvataje de la democracia no es original de Mucio. En realidad, es la explicación falaz difundida por las cúpulas partidistas de las Fuerzas Armadas.  Hoy se sabe que el Alto Mando del Ejército se dividió y no adelantó el golpe porque el gobierno de Estados Unidos no autorizó a las cúpulas militares a perpetrar otra vez otro ataque mortal contra la democracia brasileña, como en 1964.

Además, cuando la voz de Mucio dice que «fueron las Fuerzas Armadas que preservaron y aseguraron nuestra democracia», en la práctica está reproduciendo la visión de los dueños de su voz, que desde el nacimiento de la República se atribuyen como misión la de tutelar la democracia y el sistema político.

Mucio es un ventrílocuo de los militares. El contenido de su discurso en el CNI sigue fielmente el manual ideológico de los militares. Y el momento del discurso, en la inmediatez postelectoral que consagró la victoria de la derecha y la extrema derecha en las urnas, suena como el aprovechamiento de una coyuntura política desfavorable para el gobierno.

La continuidad de Mucio en el ministerio es insostenible. Pero, sin embargo, se debe preguntar si los ataques contra el presidente Lula y el gobierno no tuvieron precisamente el propósito de provocar su renuncia, para causar una crisis conveniente para los militares.

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*Miembro del Instituto de Debates, Estudios y Alternativas de Porto Alegre (Idea), fue coordinador ejecutivo del V Foro Social Mundial. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)