EEUU presiona a Uruguay para evitar la compra de patrulleras marinas chinas
Luvis Hochimín Pareja
En un nuevo acto de presión a un gobierno latinoamericano, la embajada de Estados Unidos en Montevideo advirtió al gobierno uruguayo su rechazo a la compra de patrullas marinas chinas, en medio de una creciente tensión entre Washington y Beijing tras la provocación de la presidenta del Congreso Nancy Pelosi visitando Taiwán.
El aumento de la influencia china en la región es un asunto de preocupación para Estados Unidos, que observa con atención cada uno de los movimientos que realiza la potencia asiática. El tema es definido como complejo en la interna del gobierno, donde las autoridades recurren a la imagen del péndulo para describir la estrategia de posicionamiento de Uruguay.
La preocupación estadounidense por el avance chino fue transmitida en marzo de 2022 por la nueva jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richadson, al Congreso de ese país. En su declaración, la militar dijo que China continuaba su marcha “implacable” para expandirse “económica, diplomática, tecnológica, informativa y militarmente en América Latina”, algo que desafiaba a Estados Unidos, que debía pasar a tener una actitud más “agresiva” en sus líneas de acción.
Ese incremento en el enfrentamiento entre EEUU y China hace que la decisión que deben tomar a la brevedad el derechista presidente uruguayo Luis Lacalle Pou y su ministro de Defensa Javier García cobre mayor trascendencia, ya que deben definir por cuál de las tres ofertas se inclinan para la compra de dos patrulleros oceánicos (OPV) para la Armada, señala El Observador.
Los expertos de Uruguay señalaron a los patrulleros chinos como la mejor opción para la Armada. Gabriel Porfilio, en Infodefensa.com, recordó que las diversas comisiones asesoras designadas por el gobierno para evaluar las tres ofertas presentadas han señalado que la propuesta de la empresa China Shipbuilding Trading Co (CSTC) es la idónea para el país dado que cumple con todos los requisitos. Las tres propuestas están varios millones por encima de lo autorizado por el equipo económico.
Esta decisión es la culminación de una búsqueda que comenzó hace casi ocho años atrás, con múltiples llamados y competencias y para la que el nuevo gobierno optó por realizar una compra directa por excepción, realizando un llamado abierto a todos los astilleros.
La proximidad a esa resolución hizo que Estados Unidos decidiera mover sus fichas y transmitiera –a través de un alto funcionario de la embajada– al senador Carlos Daniel Camy su rechazo a que el gobierno compre las OPV chinas, según confirmó El Observador con fuentes diplomáticas y del gobierno.
El diplomático estadounidense le hizo saber al presidente de la Comisión de Defensa del Senado que era una mala señal la compra de insumos militares a China en un momento de alta sensibilidad a nivel geopolítico y, específicamente, en medio de una creciente tensión entre Washington y Beijing por Taiwán.
En este sentido, marcó la diferencia entre vender carne y soja a China y comprar material para defender el mar territorial uruguayo, cuya principal amenaza suelen ser –según Washington- los buques de pesca chinos.
La compra fue anunciada en diciembre de 2021 y el gobierno estableció que se realizarían dos llamados: uno para buques nuevos y otro para usados. En ese entonces, Estados Unidos transmitió a legisladores oficialistas que estaba analizando la posibilidad de ofrecer dos OPV usadas a un monto bajo, aunque finalmente desistió de la operación y el llamado quedó desierto.
Además de CSTC, presentaron propuestas para vender patrullas nuevas la holandesa Damen –que incluso presentó un recurso en el que pidió ser reevaluada– y la francesa Kership. El astillero que resulte ganador deberá entregar la primera de las OPV en junio de 2024, según el pliego.
La oferta de la empresa holandesa fue de 225 millones de dólares, mientras que la de la china fue por 199,5 millones. La empresa francesa Kership, en tanto, ofreció 134 millones de euros pero la comisión senaorial le hizo “puntualizaciones” y expresó que esa oferta al 29 de abril ya tenía 10% adicional.
En diciembre de 2021, García dijo que la compra iba a rondar los 100 millones de dólares: “Cuando digo ronda es porque quizá esa no sea la cifra exacta, pero si dijera la cifra exacta estaría revelando algo que va en contra de los intereses del país porque estamos frente a un proceso competitivo y estaríamos dando un dato que es muy importante. Sabiendo más o menos cuáles son los valores que tienen estos buques en el mundo, Argentina acaba de adquirir uno, estamos hablando de una cifra que ronda ello”.
En el marco de la estrategia pendular uruguaya, el viernes se realizó en Baltimore la ceremonia de abanderamiento de las tres lanchas guardacostas donadas por el gobierno estadounidense que llegarán a Montevideo en noviembre y se instalarán en la base de Fray Bentos.
A su vez, en agosto el Parlamento aprobó un acuerdo de cooperación en materia de defensa con China, que generó controversia ya que los legisladores del oficialismo lo habían frenado hasta tener mayor información. El documento habilita la realización de ejercicios combinados y aumenta la posibilidad de la llegada de armamento y equipamiento chino para las Fuerzas Armadas.
Ahora, el gobierno impulsa la aprobación de un acuerdo de defensa con EEUU cuya actualización se firmó en 2012 pero naufragó en el Legislativo.
Aunque EEUU sigue mantenido, por mucho, el principal gasto en defensa a nivel internacional, China viene con un aumento sostenido de sus inversiones en este concepto concentrándose en la modernización de su fuerza nuclear. A la militarización del Mar de China Meridional y la consiguiente tensión con Japón en torno a unas islas en disputa, se sumó la guerra comercial durante la administración Trump y la tensión actual en torno a la soberanía de Taiwán.
La República Popular de China reclama ese territorio como parte de su política de “una sola China” y considera a Taiwán como una “provincia renegada”. Estados Unidos reconoce esa política de Beijing desde 1979. Sin embargo, es el principal proveedor de armas de Taipéi y, en teoría, sería el mayor aliado militar de la isla en caso de un conflicto bélico. De hecho, en mayo de 2022 el presidente Joe Biden dijo que intervendría militarmente en caso de que China invada Taiwán.
En los últimos dos años Washington relajó sus políticas para con Taiwán y en los últimos dos años hubo visitas al país asiático que generaron malestar en el gobierno de Xi Jinping. La temperatura en esa región creció luego del inicio de la guerra en Ucrania, con EEUU gestos de compromisos atípicos.
*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)