Obama frena la deportación de niños y jóvenes para atraer voto latino
Hasta 1,4 millón de jóvenes indocumentados en Estados Unidos podrían evitar un proceso de deportación con la nueva medida anunciada ayer por el gobierno de Barack Obama. La iniciativa protege a niños y jóvenes que hayan residido al menos por cinco años en Estados Unidos y que eran menores de 16 años cuando llegaron de forma ilegal.
En defensa de la medida decretada por su gobierno, el presidente norteamericano, Barack Obama, afirmó ayer que no es justo expulsar a cientos de miles de jóvenes talentosos que son estadounidenses de corazón y han hecho contribuciones extraordinarias al país, “Pónganse en su lugar”, dijo Obama en una comparecencia en la Rosaleda de la Casa Blanca, al recordar que muchos de los jóvenes que se beneficiarán con esa medida, en su mayoría hispanos, fueron traídos a Estados Unidos por sus padres y no es justo que sean deportados a un país del que no saben nada y cuya lengua no hablan. “Se trata de los niños y jóvenes que estudian en nuestras escuelas, que juegan en nuestros vecindarios, que son amigos de nuestros hijos”, subrayó el candidato que busca la reelección de cara a las presidenciales del 6 de noviembre.
“Se han criado como estadounidenses y se sienten parte del país”, sostuvo Obama sobre los beneficiarios de la iniciativa, contenida en una directiva del Departamento de Seguridad de Nacional (DHS) que entrará en vigencia de inmediato para que la política de inmigración sea más justa y eficiente. El presidente aseguró que seguirá insistiendo para lograr una reforma migratoria integral, que dé una solución definitiva a 11,5 millones de indocumentados en el país. “Esto no es una amnistía. No es inmunidad. No es un camino para lograr la ciudadanía”, advirtió enfatizando que es una medida temporal para intentar solucionar un problema desde hace años.
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, anunció que el cambio de política significa que cientos de miles de jóvenes podrán beneficiarse de una prórroga de dos años en los trámites de deportación y solicitar un permiso de trabajo.
La lista de requisitos incluye que los jóvenes estén matriculados en la escuela, se hayan graduado de la secundaria o hayan obtenido un diploma equivalente, o que sean veteranos dados de baja en forma honorable de las Fuerzas Armadas y el Servicio de Guardacostas. Asimismo, deben tener un historial que no incluya condenas por delitos graves o repetidos, y que indique que no presentan algún otro tipo de amenaza para la seguridad nacional. Fuentes del gobierno calculan que al menos 800 mil personas podrían beneficiarse con esta medida, mientras que el Centro Pew Hispano, en un informe divulgado ayer, eleva esa cifra hasta 1,4 millón.
La iniciativa fue bien recibida por la comunidad hispana, uno de los apoyos clave de Obama, En el centro de Los Angeles, donde se planeaba una manifestación para exigir la aprobación de una ley que beneficie a los estudiantes indocumentados –conocida como Dream Act o “ley del sueño”– el encuentro se transformó en una celebración. Docenas de manifestantes a favor de la ley cantaban frente al edificio de la oficina de migración (ICE), llevando camisetas que decían “I am un-doc-u-men-ted” (Soy indocumentado).
El alcalde de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, dijo que la decisión de Obama reafirma la imagen de Estados Unidos como un país de inmigrantes.“No puedo estar más orgulloso de nuestro presidente por hacer lo correcto, lo que creo que confirma y reafirma, una vez más, que Estados Unidos es un lugar que da la bienvenida”, dijo a la CNN. Por el contrario, republicanos y activistas conservadores criticaron los cambios en la política de deportación, “El anuncio del presidente Obama tiene motivaciones políticas que no promueven el debate sino que, en lugar de ello, añaden confusión e incertidumbre”, sentenció el senador John McCain.
El ex candidato presidencial republicano, derrotado por Obama en 2008, recordó que en su primer año en la Casa Blanca el presidente demócrata no propuso una reforma migratoria integral, como había prometido en la campaña electoral. Durante más de una década, se presentaron iniciativas en el Congreso para legalizar a esos jóvenes, pero todas fracasaron.