Funcionarios reticentes en Washington: se atenuó el tono de la retórica entre los dos países

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Leopoldo Puchi

Las nuevas políticas económicas del Gobierno, que se expresan en menos controles del Estado, nuevo mercado cambiario y participación del sector privado, han tenido una expresión simbólica de importancia en la decisión de devolver la propiedad del Centro Comercial de la Candelaria a la Constructora Sambil. Esta edificación había sido expropiada hace 14 años y venía funcionando como refugio de población sin vivienda o depósito de bienes.

Los indicadores económicos tienden a estabilizarse y la inflación cerró en febrero de este año en 2,9%, el sexto mes con inflación de un digito. Sin embargo, tal como lo ha señalado Luigi Pisella, presidente de Conindustria, “se ha recuperado parte de la producción, pero estamos muy lejos de dónde debemos estar”.

Para llegar más lejos no son suficientes políticas económicas adecuadas y de apertura. Se requiere financiamiento, créditos bancarios internacionales, libre uso de los fondos en el exterior y que se permita a Venezuela gozar de libertad de comercio.

Siendo Venezuela un país petrolero, una mayor recuperación de la economía nacional está directamente vinculada a los ingresos de esa industria. Pero el incremento de esos ingresos está obstruido por las sanciones de EEUU, que limitan fuertemente la producción de petróleo, su financiación y exportación.

>Casa Blanca

Las conversaciones que se han iniciado entre el gobierno de Estados Unidos y el de Venezuela para garantizar el suministro del petróleo en medio de las necesidades creadas por el conflicto de Ucrania abren las puertas para el alivio de esas sanciones, lo que le dará impulso al conjunto de las actividades económicas.

Por el momento, se ha atenuado el tono de la retórica entre los dos países. En lugar de adjetivos como “gobierno narcoterrorista”, ahora en el Departamento de Estado se habla de la existencia de “diferencias” y “preocupaciones” sobre Venezuela, y pocas veces se menciona un “gobierno interino”.

Divisiones

Ahora bien, las negociaciones de la administración Biden con Venezuela enfrentan una fuerte oposición de sectores republicanos y de algunos demócratas, así como de grupos en Venezuela vinculados a Juan Guaidó, quien pidió en una carta a Joe Biden no comprar petróleo venezolano.

Los congresistas están divididos. El senador demócrata Bob Menéndez se opone “rotundamente” al alivio de las sanciones, mientras que el representante demócrata Gregory Meeks está a favor de suspenderlas para propiciar el diálogo. Por su parte, Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca, se vio obligada a decir, bajo ese ambiente de presiones, que no había “conversaciones activas en este momento sobre petróleo con Venezuela”.

Chevron

Desde antes de que estallara el conflicto en Ucrania, la petrolera Chevron venía haciendo lobby en Washington para aliviar las sanciones y retomar la producción en Venezuela. Vale recordar que Donald Trump permitió que Chevron continuara sus actividades durante todo el año 2019 y un semestre de 2020 y que, además, esta empresa llegó a acuerdos especiales con Pdvsa que garantizan sus ingresos.

Ahora, aprovechando los acontecimientos de Ucrania y su impacto en el mercado petrolero, el director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth, ofreció la ayuda de la compañía a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, para apuntalar los suministros de energía, reseña The Wall Street Journal.

“Chevron dice que puede ayudar a duplicar la producción de 800,000 barriles por día de Venezuela en unos meses. Eso podría reemplazar la pérdida de aproximadamente 700.000 barriles por día que Estados Unidos importaba de Rusia”.

El problema es que “algunos funcionarios de Biden se oponen a permitir que las empresas estadounidenses operen en Venezuela”, apunta el reporte de WSJ.

Diálogo interno

La existencia de un acuerdo implícito para la participación en las presidenciales de 2024 como fórmula para manejar las disputas internas en Venezuela le ha hecho perder peso al diálogo de México. A esto se le suma que en las negociaciones directas Venezuela-EEUU sobre suministros petroleros se aborda el asunto de las sanciones.

Sin embargo, alguna modalidad del “diálogo de México” todavía tiene perspectivas, en la medida en que puede ser el instrumento que brinde argumentos para ser mostrados ante los funcionarios reacios de la administración Biden.

Posiblemente luego de la designación del TSJ se tengan mayores detalles sobre la continuidad del diálogo en Venezuela, en una variante que incluya distintos factores.