El petróleo calienta el deshielo de las relaciones EEUU-Venezuela

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Álvaro Verzi Rangel |

Como resultado de las conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos y Venezuela, el pasado fin de semana, Caracas liberó a dos ciudadanos estadounidenses presos, lo que redundó en el reinicio del diálogo del gobierno y la oposición en México y la autorización a la trasnacional estadounidense Chevron a producir petróleo en el país caribeño.

La liberación de los dos estadounidenses es interpretado como un gesto de buena voluntad hacia la administración del presidente Joe Biden tras la visita a Caracas de la delegación de alto nivel de Estados Unidos, el pasado fin de semana, cuando también se abrió la posibilidad de que el petróleo venezolano regrese a los mercados de consumo afectados por el suministro ruso, ante la invasión de Rusia a Ucrania.

En ese encuentro de alto nivel -el primero desde que ambos países rompieron relaciones en 2019 cuando Estados Unidos decidió apoyar un gobierno paralelo- participó el presidente Nicolás Maduro, y la delegación estadounidense exigió que al menos una parte de las exportaciones petroleras que se podrían autorizar al flexibilizar el férreo bloqueo sobre Venezuela sean enviadas a Estados Unidos.

Según la Casa Blanca, en el encuentro se discutieron “temas energéticos” en el contexto de la invasión a Ucrania. Por su parte Maduro calificó la reunión de “respetuosa, cordial y muy diplomática”. Venezuela ha estado bajo sanciones petroleras de Estados Unidos desde 2019 y podría ahora retomar rutas para su crudo si se levantan esas restricciones.

Repercusiones en Washington

El acercamiento se generó después de meses de contactos indirectos, a través de cabilderos estadounidenses, diplomáticos noruegos y ejecutivos del sector petrolero de otros países, que han estado presionando Biden para que reconsidere la política de “máxima presión” con el fin de provocar la caída de Maduro que heredó del gobierno de Donald Trump y que no ha dado resultados.

La idea  ganó impulso luego de la invasión de Ucrania y de que Estados Unidos impusiese sanciones a los rusos, lo que precipitará un reacomodo de las alianzas mundiales y un aumento de los precios de la gasolina, que a su vez agravan una inflación que es la más alta en cuatro décadas en Estados Unidos.

Nicolás Maduro con el Alto Mando Militar venezolano. (Prensa Miraflores)

El senador Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores, sostuvo que no se debe apoyar a Maduro para castigar a Putin. “Si los informes de que el gobierno de Biden está negociando la compra de petróleo venezolano son ciertos, me temo que se corre el riesgo de perpetuar una crisis humanitaria que ha desestabilizado América Latina y el Caribe por toda una generación”, declaró el dirigente demócrata.

“Por ello, me opondría vigorosamente a toda medida que llene los bolsillos los oligarcas del régimen con dinero del petróleo mientras Maduro sigue privando a los venezolanos de derechos humanos básicos, libertades y hasta comida”.

El senador republicano Marco Rubio, otro de los ideólogos de la política que busca un derrocamiento del  gobierno constitucional venezolano, también criticó los contactos. Dijo en un tuit que representan una “traición desmoralizadora de quienes lo arriesgaron todo oponiéndose a Maduro”.

Es el petróleo, estúpido

El requisito de enviar barriles venezolanos a Estados Unidos podría beneficiar en primer lugar a la trasnacional estadounidense Chevron Corp, que busca luz verde por parte de la estatal venezolana PDVSA y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para recobrar deuda pendiente mediante el comercio de petróleo venezolano a través de una licencia renovada. A Chevron se le ha prohibido enviar petróleo venezolano desde sus empresas conjuntas desde 2020 y ha presionado para anular la prohibición.

Cartel de Chevron en una estación se servicio en Oregon, Estados Unidos. (Scot97006 – Flickr)

La licencia de Chevron para operar en Venezuela, que se otorgó en 2019 cuando Washington impuso sanciones al comercio de petróleo venezolano para presionar a Maduro, expirará en junio. La compañía ha solicitado varias veces que se ajusten los términos del permiso para cobrar cientos de millones de dólares en deuda y dividendos pendientes de sus empresas mixtas con PDVSA.

Biden prohíbió las importaciones de petróleo de Rusia a EEUU (en noviembre de 2021, Estados Unidos importó 178.550 barriles diarios de petróleo de Rusia), y adviertió que la gasolina aumentará aún más, y Estados Unidos está buscando otras fuentes de petróleo para minimizar el impacto de las sanciones contra Rusia, por ello el cónclave en Caracas.

Durante la reunión del sábado en Caracas, se avanzó poco después de que las partes presentaron demandas maximalistas, incluidas las principales que el líder opositor proestadounidense Juan Guaidó repitió sus demandas de elecciones presidenciales libres y transparentes, y la liberación de todos los políticos presos. Maduro solicitó el levantamiento de todas las sanciones.

Para analistas estadounidenses, el salvavidas financiero que tiene Caracas en Rusia se desgasta bajo las sanciones a Moscú, especialmente golpeando las cuentas de Venezuela en bancos rusos que han sido añadidos a la larga lista negra de Washington.

Pero el interés de los estadounidenses eran el de discutir medidas inmediatas más prácticas para el sector petrolero.como permitir que el petróleo venezolano regrese a mercados de consumo afectados por las interrupciones del suministro ruso, crear una alternativa temporal para que la estatal venezolana PDVSA pueda usar el sistema Swift para transferencias bancarias internacionales y la liberación de al menos dos de nueve prisioneros estadounidenses, lo que sucedió el martes.

Gustavo Cárdenas, un exejecutivo de Citgo, la subsidiaria estadounidense de la compañía petrolera estatal de Venezuela, y Jorge Alberto Fernández, supuesto turista cubano-estadounidense que entró al país con un dron, condenados por corrupción y terrorismo respectivamente, fueron liberados en Venezuela este martes. En mayo de 2021 ambios habían sido sacados de prisión y enviados a cumplir arresto domiciliario, una decisón que el gobierno Biden acogió positivamente.

Cárdenas hace parte de los “Citgo 6”, un grupo de seis ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela desde 2017.

“Los 6 de CITGO”, detenido en Caracas. (VTV)

Los diplomáticos estadounidenses han trabajado para encontrar suministros de energía en todo el mundo que puedan ayudar a compensar la interrupción de las exportaciones rusas de petróleo y gas causadas por las sanciones impuestas por Washington o la guerra en Ucrania.

Esta cuota de petróleo ruso pudiera ser suplida por las empresas en las que participa Chevron en sociedad con Pdvsa, como Petroboscán. Ahora se espera que la Casa Blanca libere las sanciones que prohíben la exportación del petróleo de Venezuela.

James Story, representante de EEUU en Venezuela (pero que atiende en Bogotá), señaló la disposición de EEUU a aliviar algunas sanciones. The New York Times informó que la liberación de al menos dos estadounidenses se produjo después de que los funcionarios de Biden se movieran para descongelar las relaciones con Venezuela.

La vicepresidenta y canciller colombiana, Marta Lucía Ramírez, se mostró sorprendida por el anuncio de la reunión entre funcionarios de Estados Unidos y Venzuela. “Yo no lo conocía, no sé si la conocía el presidente. Lo importante es escuchar a EEUU porque creo que la geopolítica mundial ha cambiado en los últimos 15 días y eso tiene unos contrapesos que hay que sopesar”, dijo la canciller

Mientras, el presidente Nicolás Maduro informó que se retomaría el diálogo de México, con la participación de los conglomerados opositores G-4 y Alianza Democratica. Ya Primero Justicia anunció que apuesta a que se retome cuanto antes el proceso negociación. En el mismo participan como países observadores Rusia y los Países Bajos, un espectro que pudiera ampliarse, señala el politólogo Leopoldo Puchi.

 

*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)