Puntos judiciales en las negociaciones en México
Leopoldo Puchi|
Se ha informado que en la próxima reunión de negociaciones en México se conversará sobre sobre los temas vinculados al ámbito de las instituciones judiciales, en la perspectiva de su renovación, reinstitucionalización y de una participación compartida en esas instancias.
Se estima que no sería suficiente para una estabilización de largo plazo un acuerdo que se limite a fijar una fecha de elecciones o a la reinserción en la vida electoral del sector de oposición que tomó el camino de la estrategia de derrocamiento. En este sentido, Phil Gunson, del Crisis Group, señala: “si se diera un acuerdo que solo abarque el cronograma electoral que lleve a una elección presidencial, no creo que pueda resolver esta situación compleja”.
Sistema judicial
El ámbito de los asuntos judiciales es amplio y corresponde al punto en agenda formulado de forma general bajo el título de respeto al Estado Constitucional de Derecho. Siendo el Tribunal Supremo de justicia la máxima instancia del sistema judicial, del cual depende la Dirección Ejecutiva de la Magistratura, es de esperarse que la elección de los nuevos integrantes de ese cuerpo sea parte de un entendimiento que permita la designación de magistrados pertenecientes a las distintas corrientes, es decir, plural, aunque sin duda existirá una mayoría vinculada a una de ellas.
No es un asunto sencillo, tal como lo muestra el impasse por el que atraviesa España con el Consejo General del Poder Judicial, que tiene su período vencido, pero no ha podido renovarse por los desacuerdos entre las fuerzas partidistas presentes en el parlamento, ya que se requiere de una mayoría calificada de 3/5 partes de ambas cámaras.
El control de este poder público por una mayoría de miembros pertenecientes al sector político de la derecha corresponde a una correlación de fuerzas diferente a la actual. La ausencia de acuerdos entre las partes en pugna no ha podido superarse, lo que ha dado lugar a un bloqueo institucional, que probablemente se resolverá en una mesa de diálogo y negociaciones.
Juicios
En el marco de los temas judiciales a tratar en el diálogo de México, se contemplará también lo relativo a las causas pendientes en distintos tribunales, dentro y fuera de Venezuela, que involucran a la dirigencia política, de Gobierno y oposición.
Es muy difícil un acuerdo si, luego de firmado, el destino sea que unos u otros sean encarcelados. Recordemos que se intenta seguir juicio en la Corte penal Internacional y en Estados Unidos a varios miembros del Gobierno, entre ellos al propio Presidente de la República, por quien se ha ofrecido incluso una recompensa. A su vez, un numeroso grupo de dirigentes de oposición es procesado por haber cometido delitos graves que conducirían a penas de prisión prolongadas.
Por supuesto, pudiera señalarse que el caso de los tribunales en el exterior no depende de los delegados de la oposición. Esto es así, y también lo relativo a las sanciones, los activos y los reconocimientos diplomáticos. Son decisiones en manos de gobiernos de otros países, sin las cuales no se llegará a acuerdos. Por esto es que en México se adelanta una negociación indirecta Venezuela-Estados Unidos.
Compromisos
El gobierno de EEUU no es un observador de un conflicto, ni se “entromete” simplemente en los asuntos internos, sino que participa como protagonista.
Se han utilizado los instrumentos de las sanciones y de los tribunales como medios de presión para alcanzar el objetivo de reinsertar a Venezuela en su órbita geopolítica. De manera que está directamente comprometido, por lo que los avances que pudieran tener lugar en México requieren de acuerdos con Washington que permitan la cooperación, en un marco del respeto a la igualdad soberana.
Reparación
Obviamente, no se puede hacer un borrón y cuenta nueva de todo lo ocurrido. Por esta razón, en otros procesos se ha creado la figura de justicia restaurativa o transicional, para buscar la verdad, rendir cuentas, reparar a las víctimas y se respete el Estado de derecho. De lado y lado. Es la justicia del paso de un periodo de conflicto a uno de convivencia, en lo interno, y de cooperación, en lo externo, sin que se produzca una ruptura del sistema político vigente.
Sin duda, el trabajo será laborioso, de filigrana, y requerirá mucho espíritu constructivo entre las fuerzas internas, así como la disposición de los países que aplicaron sanciones, no solo para levantarlas, sino para reparar los daños humanos y materiales causados.