Indignados de más de 300 ciudades protestan contra las políticas de ajuste
INFORME Q|En medio de una coyuntura económica marcada por la recesión, el desempleo y el ajuste en España, y bajo el lema Toma la Calle, los manifestantes –en su mayoría jóvenes– lanzaron una convocatoria a través de las redes sociales. Entre las protestas de indignados por la “creciente violencia económica”, un grito se impuso: “No es la crisis, es el capitalismo”.
El movimiento nacido para protestar contra la crisis y los políticos cumple un año y en conmemoración los indignados volvieron a copar las calles en 80 ciudades del mundo. El encuentro, que reunió ayer a más de 200 mil personas en Barcelona, fue el puntapié inicial de cuatro días de movilizaciones.
En medio de una coyuntura económica marcada por la recesión, el desempleo y el ajuste en España, y bajo el lema Toma la Calle, los manifestantes –en su mayoría jóvenes– lanzaron una convocatoria a través de las redes sociales y lograron que la gente vuelva a las calles de ciudades como Madrid y Barcelona. La marcha estaba encabezada por los globos amarillos que representan a quienes protestan contra los recortes en sanidad y por los verdes aludiendo a los cortes en educación. Contrariamente a las últimas marchas realizadas para protestar contra la política gubernamental de recortes, el paisaje mostraba pocas banderas, la mayoría republicanas, y nulas consignas de partidos políticos y sindicatos.
Con una pancarta blanca en la que podía leerse la frase Open your Eyes (Abre los ojos), los primeros indignados comenzaron a reunirse por la mañana en la céntrica Plaza Cataluña de Barcelona. Noelia Moreno, de 30 años, una de las participantes en aquella protesta que el 15 de mayo del año pasado, e inspirada en las de la Primavera Arabe, sorprendió al mundo, manifestó que gracias al movimiento poco a poco la sociedad fue abriendo los ojos.
“Ha cambiado algo en la mentalidad de la gente, no es algo muy tangible ahora, pero se ha plantado una semillita que de cara al futuro se irá viendo”, afirmó consciente de la necesidad de mantener el movimiento vivo. Y agregó: “Es una carrera de fondo, nadie puede cambiar todo un sistema político en un día ni un año, eso lleva tiempo”. Para Horacio Tamburini, médico argentino de 64 años, esto es un déjà-vu. “En Argentina también pasó, había gente que se quedaba sin trabajo y empezó a recuperarse desde el barrio. Aquí ha venido mucha gente de los barrios, que se está organizando”, reflexionó. “Estamos todos indignados por todo. Ya no hay indignados de educación, indignados de sanidad, ahora lo estamos todos”, dijo Manoli Fernández, profesora de 65 años, quien apoyada en una muleta hizo contundente su crítica. “Esto es una rapiña. Aprovechan la crisis para la rapiña”, sostuvo.
En Madrid, el objetivo era que los manifestantes marcharan desde distintos puntos de la ciudad para converger en la emblemática Puerta del Sol, la plaza donde se instaló hace un año un improvisado campamento de carpas y sacos de dormir que, con su comedor, su guardería y su biblioteca, se convirtió en el símbolo del hartazgo popular por la crisis, inspirando movimientos similares otros países.
Las autoridades españolas advirtieron que no habrá nuevas acampadas y sólo autorizaron las concentraciones hasta las 22. “Más allá de esa hora, se estaría vulnerando la ley”, enfatizó la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría.
La preocupación por la marcha y la posibilidad de que los indignados acampen nuevamente motivó que las autoridades desplegaran más de mil agentes. “No será una acampada, sino una asamblea permanente”, explicó Luis, portavoz del movimiento, esperando que esta fórmula les permita quedarse en la plaza hasta el martes, cuando los indignados cumplen su primer año.
La convocatoria repercutió también en las principales ciudades de los países invitados a sumarse a la iniciativa. En Londres, el movimiento Occupy London eligió comenzar la protesta en la catedral de San Pablo, donde los indignados ingleses acamparon hace varios meses en rechazo a los recortes presupuestarios y al desempleo derivados de la crisis económica de su país.
Luego se desplazaron por la ciudad y recorrieron varias instituciones financieras de esa capital. Al llegar al Banco de Inglaterra decidieron acampar y en ese momento la policía británica detuvo al menos a 19 personas y reprimió a quienes seguían acampados.
Occupy London informó a través de su cuenta de Twitter que los oficiales rodearon el área, agredieron a los manifestantes e iniciaron las detenciones ante la negativa de los inconformes de abandonar el área.
La protesta indignada global también se manifestó en Lisboa, donde se registraron casi mil personas en la marcha por la Avenida da Libertade, la principal avenida del lugar. En esta convocatoria el principal lema coreado por los asistentes era un sistemático: “España, Grecia, Irlanda y Portugal. La primavera es internacional”.
“FMI, fuera de aquí”, fue otra de las frases que sonaban con fuerza entre los participantes que se congregaron en Lisboa para manifestarse en contra del neoliberalismo. También aprovecharon la ocasión para criticar al gobierno del conservador Pedro Passos Coelho, seguidor a ultranza de las tesis del ajuste.